Un día un águila logró robar una pizza de Casa Tarradellas del Mercadona. Lo vio un cuervo y tratando de imitar al águila - pensando que no lo iban a pillar- se llevó consigo no una sino dos pizzas de Casa Tarradellas tamaño grande además. Pero con tan mala suerte que tanta comida no le dejaba volar bien, lo que hizo que se estampara antes de llegar a la caja. El guardia de seguridad, que estaba al tanto, cogió al cuervo y lo retuvo hasta que vino la policía y se lo llevaron preso. Cumplió dos meses de cárcel en la prisión de Picassent. Uno de los presos de los que se hizo amigos le dijo:
-La próxima vez no seas tan primo y no robes aquello que no te puedas llevar. Roba solo lo esencial para comer y no para reventar comiendo.
Roba pero ¡con cabeza hombre con cabeza¡ Que no te pueda el ansia.