HISTORIA
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Primeros pobladores
Hasta fechas recientes se creía que Mallorca no fue habitada hasta el Neolítico, es decir, entre 4.000 y 3.000 años antes de Cristo. Sin embargo, el descubrimiento de indicios de carbones en la cueva de Canet, en el municipio de Esporles, ha hecho aventurar a los prehistoriadores la existencia de una población primigenia hacia el 7200 a.C.
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Sepulcros megalíticos
El periodo que comprende entre el 3.000 y el 1.300 a.C. recibe el nombre de pretalayótico. Pequeñas colectividades organizadas tribalmente en torno a la agricultura y la ganadería habitaban Mallorca. Es el tiempo de los sepulcros megalíticos, túmulos mortuorios formados a base de gigantescas piedras alrededor de los cuales se celebraban ritos y ceremonias religiosas. De este periodo son las denominadas 'navetiformes', edificaciones en forma de nave invertida que en Mallorca servían como habitación.
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El guerrero y el talayot
Hacia el 1300 a.C. Mallorca vive la llegada de las primeras oleadas de pueblos talayóticos (de talaia, atalaya grande), una cultura guerrera que perduraría hasta que Quinto Cecilio Metelo, conquistara la isla para el imperio romano. Cascos, espadas y pectorales son algunos de los valiosos restos que perviven de aquella época, junto a los poblados amurallados y las diferentes tipologías de talaiots, monumentos de piedra sobre cuya función diversas hipótesis se disputan su veracidad, desde las que apuntan que se usaban como lugares de cremación y entierro hasta las que los observan como símbolos de poder y torres de defensa.
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Conquista romana
En el 123 a.C. Mallorca fue conquistada por Roma, con el pretexto de librar a las naves imperiales del acoso de los piratas que tenían su base en las Illes Balears. Las huestes romanas fueron recibidas con una lluvia de piedras por los honderos, avezados lanzadores que aún perviven en la mitología colectiva y que incluso han sido objeto de recuperación mediante el deporte del tiro con honda. Si así recibieron a las naves imperiales, apenas doce años después ya formaban parte de los ejércitos romanos en su campaña africana. Con el dominio de Roma aparecen las ciudades, de las que quedan notables vestigios en Pollentia (actual municipio de Alcúdia).
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Invasiones vándala y bizantina
Fue en el año 425 de nuestra era cuando Mallorca vivió la invasión y el saqueo de los vándalos, pueblo germánico que se asentó en la isla. Fue una época de decadencia, iniciada con la destrucción de Pollentia, que los historiadores no han logrado descifrar por la ausencia de vestigios. Su final está datado en el año 534, cuando el general bizantino Belisario ordenó conquistar el archipiélago balear.
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La gran influencia árabe
El dominio de Bizancio tampoco sería muy largo, puesto que en el 707 tuvo lugar el primer desembarco musulmán del que se tiene constancia. Siguieron dos siglos de zozobra permanente hasta que a partir del año 903 Mallorca quedó en poder de la dinastía musulmana de los omeyas. El castillo de Alaró, situado sobre agrestes peñascos, fue, según cuentan las crónicas, el último refugio de la resistencia cristiana. Lo que vino a continuación fue una etapa floreciente, que tuvo a Medina Mayurka, la Palma actual, como lugar de gran irradiación cultural. Desgraciadamente los restos que han quedado de ese tiempo son escasos, con los Baños Árabes, en el centro del casco antiguo ciudadano, como elemento arquitectónico más sobresaliente.
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El inicio de 700 años de cristiandad
Si alguna fecha permanece en la memoria colectiva de los mallorquines ésta es el año 1229. Fue un 12 de septiembre cuando los ejércitos de la Corona de Aragón, al mando de Jaime I, recuperaron la isla para la cristiandad.
Tomaron la ciudad de Palma el 31 de diciembre de ese año, después de ir ganando progresivo terreno desde su desembarco en la actual Santa Ponça, en el término de Calvià. Hasta 1276, el Reino de Mallorca permaneció unido a la Corona de Aragón. En este año, con la partición de la misma, se constituyó en reino independiente, junto a los territorios catalanes del sur de Francia, tras la jura por Jaime II de la denominada Carta de las Franquicias. La independencia no fue muy larga. En 1349 fue reincorporado a la corona aragonesa. La muerte del rey Jaime III en la batalla de Llucmajor defendiendo la soberanía de la isla es otro de los episodios inscritos con letras de molde en la historia de Mallorca.
Fueron esos primeros siglos de reencuentro con la cristiandad (XIII, XIV y XV) los que hicieron famosa en todo el mundo conocido la cartografía mallorquina. Los talleres más reputados de Europa donde se elaboraban cartas náuticas eran los de la isla. Abraham y Jafuda Cresques, autores del célebre Atlas Catalán de 1375 conservado en la Biblioteca de París, son los dos nombres más universales. Tras la unificación de las coronas de Castilla y Aragón, la historia de Mallorca ha ido al paso de las vicisitudes de la de España. No faltaron las rebeliones, como las de las Germanías de 1521 y 1522, cuando una parte del pueblo mallorquín se sublevó contra el sistema económico y tributario impuesto por Carlos I.
En 1715, el rey Felipe V abolió las instituciones propias de la isla y prohibió por decreto el uso del catalán, lengua que en sus variantes isleñas durante siete siglos se ha hablado en Mallorca. Con la restitución de la democracia en 1977 llegaron también las recuperaciones de la lengua y los símbolos de identidad propios. Merced al Estatuto de Autonomía de 1983, Baleares cuenta con gobierno específico y cada una de las islas dispone de sus instrumentos de gestión y administración: los consells insulares.