Cullera dispone d'un gran patrimonio histórico-cultural que le da variedad a la oferta turística de la ciudad, entre los cuales destacan El Castillo, El Fuerte, La Torre de la Reina Mora, La Casa Consistorial, La Casa de la Enseñanza, El Faro, La Torre del Marenyet, El Ravalet de Santa Anna, La Iglesia de los Santos Juanes y El Museo de la Cueva de Dragut.



El Castillo El Castillo es el emblema de Cullera y vestigio histórico de la población desde época musulmana y posteriormente cristiana, el Castillo tiene una rica historia y constituye el elemento más singular del patrimonio local. Además, este recinto es perfecto como mirador del término municipal y de la comarca. El Santuario del siglo XIX con la patrona de Cullera, la popular Moreneta, también cumple una función de culto importante. El Castillo de Cullera domina, desde su enclave, tanto la antigua villa como la moderna Cullera que ha surgido al lado de la bahía. Su origen se pierde en la antigüedad. Sobre las ruinas del castillo musulmán, el rey Jaime I, en el siglo XIII, mandó construir otro. Después fue de nuevo restaurado por Pedro IV el Ceremonioso. Además, fue fortificado y artillado durante la Guerra de la Independencia. A finales del siglo XIX, se añadió adosado el importante Santuario de la Virgen de estilo neorrománico. Al Castillo se puede acceder desde las revueltas del calvario o por carretera desde el barrio de San Antonio por la plaza del Pintor Mongrell. El conjunto del Castillo de Cullera comprende el primitivo baluarte árabe del siglo XIII, formado por la Torre del Baluarte, Torre Mayor, Torre de Sueca y Torre Redonda, unidas por un recinto amurallado muy modificado. En su parte inferior, como entrada de lo que fue el recinto amurallado árabe se encuentra la Torre de la Reina Mora o de Santa Ana. El Santuario es de estilo neorrománico y es obra del arquitecto valenciano Joaquín Mª Belda Ibáñez. Su interior ha sido protegido por la comunidad de los frailes franciscanos, que han custodiado el templo desde el año 1944 y hasta finales de abril de 2.007, en que se han despedido argumentando la avanzada edad de los mismos y la imposibilidad de relevos por falta de vocación. La casi totalidad de los ornamentos e imágenes desaparecieron durante la Guerra Civil de 1936-39. De entre los objetos salvados se encuentra la imagen de la patrona de la ciudad. La reconstrucción pastoral y material de este Santuario después de la Guerra Civil está relacionada con el nombre de un fraile, Antonio Berenguer Servall, el cual se encuentra enterrado a los pies de la patrona. El Santuario consta de una nave central más amplia y dos naves laterales. En la nave central se encuentra la imagen de la patrona de la ciudad.


El Fuerte El Fuerte , actualmente en ruinas, es una construcción que fecha de principios del S. XIX, y construida con motivo de la Guerra de la Independencia; ocupa un lugar estratégico, a 210 metros de altitud, desde donde se domina toda la llana de la Ribera y la Huerta de Valencia.


La Torre de la Reina Mora La Torre de la Reina Mora era una de las puertas de acceso al recinto musulmán. El 26 de julio de 1631 la torre se convirtió en la Ermita de Santa Ana. De ella salía un camino resguardado de alto muro que acababa en otra torre enfrente del mar llamada la Miranda. Por debajo de la Torre de la Reina Mora comenzaron a construirse las primeras casas extramuros de la población formando el típico Barrio del Pozo, que con sus calles empinadas y casas típicas recuerda el pasado islámico de Cullera.


Casa Consistorial La Casa Consistorial data del año 1781 y se encuentra ubicada en la plaza de España en plena villa o centro histórico. Fue construida por Carlos III y tiene un estilo similar al de los palacetes italianos de la época como consecuencia de las largas estancias del monarca en este país. Así pues, el edificio tiene una función institucional y en el mismo se celebran los plenos municipales, se presiden las fiestas, reciben autoridades, etc.; es la sede de la Policía local.


Casa de la ense La Casa de la Enseñanza es un edificio construido en época del rey Carlos III, a finales del S: XVIII y que ha tenido distintos usos a lo largo del tiempo siendo originalmente escuela, y de aquí su nombre. Actualmente alberga los museos municipales Arqueológico y Fallero; en el primero podemos encontrar una valiosa colección de restos prehistóricos, cerámicas de todas las épocas y ánforas griegas y romanas, además de utensilios de uso cotidiano. En el museo fallero se encuentran les “ninots indultats” de todas las épocas así como elementos de la tradicional fiesta valenciana de las fallas.


Faro de Cullera El Faro es, junto con el Faro de la población de Canet d´en Berenguer, uno de los dos faros existentes en todo el litoral de la provincia de Valencia. La automatización de los faros cambió también su diseño. De acuerdo con esto, actualmente el Faro de Cullera sólo puede albergar equipos de material electrónico. Además de su señalización luminosa, de día también se puede identificar, mar adentro, por la pintura distintiva de su fachada, un color blanco que contrasta fuertemente con respecto al fondo del paisaje.


Torre del Marenyet La Torre del Marenyet se levantó en el siglo XVI una torre con motivo de los ataques de los piratas a Cullera, haciendo las funciones de punta de vigilancia y defensa en la desembocadura del río en el caso de nuevos ataques costeros. Tiene unos 20 metros de altura y destaca en el paisaje. La Torre del Marenyet estaba comunicada estratégicamente con otras torres próximas, como la desaparecida Torre del Cabo de Cullera y la Torre del Campanar de la Iglesia de los Santos Juanes, las dos con la misma finalidad. La Torre del Marenyet se llamaba antes Torre de la Gola del Río, ya que fue construida al lado de la antigua desembocadura del río Júcar. Este río, después de la riada de 1864 (conocida popularmente como la riada grossa por los daños que causó), cambió su curso por el emplazamiento que actualmente conocemos. La Torre quedó así situada a casi un kilómetro de distancia del río. Es visitable por dentro y consta de planta baja y tres alturas. En la planta baja se situaba el establo, donde se guardaban los caballos. En la primera planta encontramos el comedor, donde los soldados preparaban la comida. La sala está decorada con cerámica de los siglos XV y XVI. La planta siguiente estaba destinada al descanso y en ella podemos contemplar mosquetones típicos de la época de Felipe II. Finalmente, llegamos a la terraza, desde la cual podemos entrever una magnífica vista de la costa de Cullera.

Barri del Pou Ravalet de Santa Ana esta separado de la Vila por los jardines del mercado y la plaça de la Llibertat o Taut, su nombre se debe a la proximidad del barrio a la torre de Santa Ana, fundándose una capilla en 1780, que en la actualidad ya no tiene actividad, formando parte del patrimonio histórico-cultural de la localidad. Este era el barrio más antiguo de pescadores: calles irregulares con casitas (antes barracas valencianas) en las calles de Santa Ana, del Pou, Sant Jaume, Barreig Del Pou, Nou-Cases y Talega.


Iglesia de los Santos Juanes La Iglesia de los Santos Juanes tenía un templo parroquial era gótico, de los siglos XIII y XIV, tal y como demuestra la única capilla que sobrevive de su planta, sobre la cual se alza la torre campanario. El actual templo, de una sola nave y de estilo neoclásico, es del siglo XVII. La parroquia se llama de los Santos Juanes, de ahí que el altar lo presidan los dos patronos de la ciudad de Cullera: San Juan Bautista y San Juan Evangelista. Fue la única parroquia de Cullera desde 1248 hasta 1953. Se sitúa en la plaza Patio de la Iglesia, en el núcleo urbano antiguo de la ciudad, la popular villa.

Museo de la Cueva del Dragut El Museo de la Cueva del Dragut tiene como origen un acontecimiento histórico que causó una gran conmoción en el antiguo Reino de Valencia. El 25 de mayo de 1550, el conocido pirata turco Dragut, lugarteniente de Barbaroja, atacó por sorpresa la villa de Cullera. El asalto, efectuado al amanecer, cogió desprevenidos a los cullerenses y Dragut obtuvo un importante botín en bienes y prisioneros. Pronto se enviaron refuerzos, pero los corsarios utilizaron los rehenes conseguidos en el saqueo para incrementar su botín con el pago de sus rescates. Ante el peligro de nuevos ataques, la villa de Cullera quedó durante muchos años prácticamente despoblada y, por ello, se inició la construcción de nuevas fortificaciones que devolvieron a la ciudad su seguridad y vida habituales. En la cueva en la cual según la leyenda se realizó el intercambio de prisioneros, se puede visitar una singular exposición sobre la piratería mediterránea en el siglo XVI. Situada en el Faro, la Cueva-Museo de Dragut alberga una exposición temática sobre la piratería mediterránea en el siglo XVI. El asalto del pirata Dragut es el centro argumental de un recorrido que se inicia con un diorama que ilustra la villa real de Cullera en 1550. El contexto sociopolítico del Mediterráneo y la vida cotidiana de sus habitantes se evoca a través de los conflictos religiosos, la Inquisición con sus instrumentos de tortura, la piratería y el corso, para dar paso en la última sala a los avances de la navegación. Diversos elementos configuran la Cueva-Museo de Dragut como una exposición única en su género. Los visitantes podrán contemplar diferentes instrumentos náuticos del siglo XVI, inventados gracias a los avances de la astronomía. También supone una importante innovación en la técnica militar la incorporación generalizada de la artillería. Otro elemento remarcable del museo es la reproducción de un bergantín, galera corsaria de asalto muy rápida y de gran eficacia. La exposición se refuerza con la presencia de un testigo de excepción de esta época que conoció muy de cerca las embarcaciones turcas y berberiscas: Miguel de Cervantes, al cual se representa durante su cautiverio en Argel. Pero también se exponen más elementos: mapas, documentos históricos, vestidos o monedas, entre otros. Esta iniciativa de carácter municipal intenta ofrecer una atractiva propuesta cultural y, al mismo tiempo, mantener en la memoria histórica un hecho que, durante siglos, fue recordado por los habitantes de Cullera.