Energía Eólica

La utilización de esta energía es una de las más antiguas, junto a la energía térmica. Se ha usado para navegar, moler trigo, bombear agua...

La energía eólica es la que aprovecha la energía del viento para producir energía eléctrica o energía mecánica. El elemento que se ocupa de esta transformación energética es el aerogenerador o molino de viento: se habla de aerogeneradores cuando se quiere producir energía eléctrica, y de molinos de viento cuando se produce energía mecánica.

La base de funcionamiento es el mismo para los dos tipos de captadores de energía eólica: El viento incide sobre las palas y las hace girar, transmitiendo el movimiento al rotor de la máquina, con lo cual ya tenemos la energía cinética del viento convertida en energía mecánica. Del rotor sale un eje que puede ir conectado a una bomba o a un generador eléctrico, según el caso. La potencia generada es proporcional al área barrida por las palas.

 

Este tipo de aprovechamiento de energía solamente es rentable en zonas especialmente ventosas, sobretodo si se trata de instalar aerogeneradores. También es importante que los vientos no sean de corta duración y huracanados, sino más bien moderados y constantes.

Hay dos tipos de instalaciones de producción de electricidad: las instalaciones aisladas sin conexión a la red eléctrica, y las instalaciones conectadas a la red eléctrica de distribución general. Estas últimas utilizan aerogeneradores de alta potencia y suelen ser instalaciones de dimensiones muy grandes; son los llamados parques eólicos. Las instalaciones aisladas normalmente se utilizan en la electrificación rural o de viviendas junto con algún panel fotovoltaico, y utilizando generadores de baja potencia.

Los molinos de viento tienen bastantes aplicaciones dentro del bombeo de agua, y las potencias pueden variar de los 800 watios a los 12 Kw.

 

 

Energía hidráulica

La energía hidráulica se basa en aprovechar la caída del agua desde cierta altura. La energía potencial, durante la caída, se convierte en cinética. El agua pasa por las turbinas a gran velocidad, provocando un movimiento de rotación que finalmente, se transforma en energía eléctrica por medio de los generadores. Es un recurso natural disponible en las zonas que presentan suficiente cantidad de agua, y una vez utilizada, es devuelta río abajo. Su desarrollo requiere construir pantanos, presas, canales de derivación, y la instalación de grandes turbinas y equipamiento para generar electricidad. Todo ello implica la inversión de grandes sumas de dinero, por lo que no resulta competitiva en regiones donde el carbón o el petróleo son baratos. Sin embargo, el peso de las consideraciones medioambientales y el bajo mantenimiento que precisan una vez estén en funcionamiento centran la atención en esta fuente de energía.

La fuerza del agua ha sido utilizada durante mucho tiempo para moler trigo, pero fue con la Revolución Industrial, y especialmente a partir del siglo XIX, cuando comenzó a tener gran importancia con la aparición de las ruedas hidráulicas para la producción de energía eléctrica. Poco a poco la demanda de electricidad fue en aumento. El bajo caudal del verano y otoño, unido a los hielos del invierno hacían necesaria la construcción de grandes presas de contención, por lo que las ruedas hidráulicas fueron sustituidas por máquinas de vapor con en cuanto se pudo disponer de carbón.

La primera central hidroeléctrica moderna se construyó en 1880 en Northumberland, Gran Bretaña. El renacimiento de la energía hidráulica se produjo por el desarrollo del generador eléctrico, seguido del perfeccionamiento de la turbina hidráulica y debido al aumento de la demanda de electricidad a principios del siglo XX. En 1920 las centrales hidroeléctricas generaban ya una parte importante de la producción total de electricidad.

Toma para el canal de riego en Alloz

A principios de la década de los noventa, las primeras potencias productoras de energía hidroeléctrica eran Canadá y Estados Unidos. Canadá obtiene un 60% de su electricidad de centrales hidráulicas. En todo el mundo, este tipo de energía representa aproximadamente la cuarta parte de la producción total de electricidad, y su importancia sigue en aumento. Los países en los que constituye fuente de electricidad más importante son Noruega (99%), Zaire (97%) y Brasil (96%). La central de Itaipú, en el río Paraná, está situada entre Brasil y Paraguay; se inauguró en 1982 y tiene la mayor capacidad generadora del mundo. Como referencia, la presa Grand Coulee, en Estados Unidos, genera unos 6500 Mw y es una de las más grandes.

En algunos países se han instalado centrales pequeñas, con capacidad para generar entre un kilovatio y un megavatio. En muchas regiones de China, por ejemplo, estas pequeñas presas son la principal fuente de electricidad. Otras naciones en vías de desarrollo están utilizando este sistema con buenos resultados. En Euskadi, debido a que los ríos son de curso corto y no conducen caudales importantes, existen bastantes minicentrales hidráulicas. En el resto de España hay problemas de escasez de agua y se han construido presas para riego. Posteriormente han sido aprovechadas para generar energía, y actualmente tenemos una fracción importante de energía hidroeléctrica instalada.

Presa de bóveda de Alloz

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