El MDMA es un alucinógeno. Es una sustancia gravemente perniciosa para la salud. La MDMA puede presentarse en forma de polvo cristalino o en forma de comprimidos, o tabletas. Para facilitar la absorción se toma con el estómago vacío y sus efectos se produce las 1-2 horas de la ingesta, pudiéndose prolongar hasta de cuatro a seis horas.
Respecto a los efectos, se han descrito sensaciones táctiles de ligereza, flotación y sensaciones auditivas transitorias.
Las dosis superiores a 200 miligramos supone crisis de pánico. Mientras que las dosis superiores a 500 miligramos son mortales.
Otras complicaciones de la sobredosis aguda incluyen delirios, convulsiones, hemorragias cerebrales, una rápida elevación de la presión arterial, rigidez muscular, etc. llegando en algunos casos a causar shock hipertérmico y fracaso multiorgánico. Algunos sujetos que consumen MDMA describen una “resaca” al día siguiente de su consumo que se caracteriza por insomnio, fatiga, somnolencia, dolor en los músculos de la mandíbula por apretar los dientes, pérdida de peso y dolores de cabeza.