ARQUETA
DE RELIQUIAS DE CALIXTO III
Arqueta de reliquias que forma parte de la donación del Papa Calixto III a la catedral de Valencia en 1457, por lo que se data entre 1450-1457. Lo más curioso es la falta de documentación desde su donación hasta principios del s. XX. Esta arqueta vino acompañada de otra, la llamada de las ágatas.
Responde a una serie de características tipológicas y ornamentales del taller de los Embriachi: trabajada como objeto de lujo realizada en maderas, hueso y marfil, se reviste con seis placas de hueso talladas formando una narración continua, aunque separada en registros, en las que se trata el mito amoroso de origen clásico de Paris y Helena. La calidad y la riqueza de esta pieza justificaría el tema profano cuando pasara a formar parte del relicario de la Catedral. Los artistas de esta arqueta resaltaron la narración a través de los contrastes y combinaciones de maderas y huesos en tonalidades y decoraciones geométricas diferentes que ornamentan hasta la tapa. Esta profusión decorativa era característica del Gótico Internacional y del gusto de las cortes pomposas y detallistas de Europa, y que el taller de los Embriachi sabía plasmar perfectamente. En la cubierta se incorpora un motivo repetitivo, también característicos de este taller: unos personajes alados entre hojas formando una cenefa que rodea la tapadera. Hasta el asa está tratada ornamentalmente, como una especie de serpiente sinuosa.
Actualmente, se encuentra en el relicario de la Catedral de Valencia.
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Bibliografía:
-GONZÁLEZ
BALDOVÍ, MARIANO; PONS ALÓS, VICENT (Coms.): Xàtiva els Borja: Una
projecció europea, vol. II. 1995, Ayuntamiento de Játiva, pp.
119-122.
-MIRA,
EDUARD; ANDALÓ, LEARCO (Coms.): Los Borja. Del mundo gótico al universo
renacentista. 2001, Conselleria de Cultura, Educació i Ciència de la
Generalitat Valenciana – Fundazione Memmo de Roma, p. 287.
-SOLER
D’HYVER, CARLOS: “La iglesia valenciana en el marco del humanismo
renacentista”, en BENITO DOMENECH, FERNANDO (Com.): La Luz de las Imágenes,
vol. II. 1999, Valencia, pp. 420, 421.
Realizada en Roma a petición del Papa Calixto III, forma parte de la donación que, desde Roma, hizo a la catedral de Valencia, la que se documenta en 1458. Vino acompañada de la arqueta de marfil. Ambas contenían reliquias que suscitaron gran devoción entre el pueblo valenciano.
Los materiales usados para su elaboración, ágatas de distintas tonalidades y formas que se incrustan con láminas de plata sobredorada y decorada con motivos vegetales, cruciformes y geométricos y con el interior forrado de terciopelo, nos dan muestra del poder y riquezas que manejaban las clases elevadas, monarquía y clero, pero también de la importancia que adquirieron las reliquias como símbolos de veneración popular.
Forma parte del Tesoro de la Catedral desde el s. XV, encontrándose actualmente en el museo de la misma.
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Bibliografía:
RETRATO
de ALFONSO DE BORJA y PAPA CALIXTO III
Retrato
de Alfonso de Borja como Papa Calixto III, que pertenece a la serie pictórica
de obispos y arzobispos valentinos realizados por Juan de Juanes, pintor
valenciano que asimiló a la perfección las fórmulas del Renacimiento
Italiano, y su taller en 1568. Se trata de un óleo sobre guadamacil (cuero
curtido que se decora con dibujos o relieves). Este retrato lo encargó Sto.
Tomas de Villanueva, él cual también está retratado en esta serie.
Interesante
de esta pintura es el zócalo clásico con el emblema del toro de los Borja, la
inscripición sobre sus cargos eclesiásticos y las fechas; también su
vestimenta con motivos clásicos, como las decoraciones vegetales simétricas y
las cabezas de angelitos con alas, putti. Estas características nos hablan de
otra época de la historia respecto a la que vivió este Papa, el cual murió en
1458. Para el retrato, Juanes se haría servir, posiblemente, de las medallas
que se plasmaron con la imagen de Calixto III, dotándolo de una majestuosidad
serena y humana, elegante en su movimiento que lo consigue a partir de líneas
tenues y de un color suave.
Alfonso
de Borja inició su carrera eclesiástica en la corte del rey Alfonso el Magnánimo,
cuya relación le sirvió para ascender dentro de la jerarquía clerical. Un
hecho determinante fue su participación indispensable para poner fin al Cisma
de Occidente, gracias a lo que consiguió ser obispo de Valencia. En 1437 fue a
Italia donde pudo ponerse en contacto con los pontífices, siendo elegido Papa
en 1455. En su pontificado persiguió la ascensión de su familia, favoreciendo
la carrera eclesiástica de Rodrigo de Borja, futuro Papa Alejandro VI.
Actualmente,
se encuentra en el Museo de la Catedral de Valencia.
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Bibliografía:
-MIRA, EDUARD; ANDALÓ, LEARCO (Coms.): Los Borja. Del mundo gótico
al universo renacentista. 2001, Conselleria de Cultura, Educació i Ciència
de la Generalitat Valenciana – Fundazione Memmo de Roma, pp. 308, 309.
-BENITO
DOMÉNECH, FERNANDO; GÓMEZ FRECHINA, JOSÉ (Coms.): Joan de Joanes.
2000, Valencia, pp. 136-147.
-AA.VV,
“El Renacimiento”, en AGUILERA CERNI, VICENTE (dir.): Historia del Arte
Valenciano, vol. III. 1987, Valencia, pp. 258-278.
Retrato de César
Borja como arzobispo de Valencia, perteneciente a la serie de
obispos y arzobispos valentinos. Fueron
realizados por Juan de Juanes, pintor valenciano que asimiló a la perfección
las fórmulas del Renacimiento Italiano, y su taller en 1568, en óleo sobre
guadamacil (cuero curtido que se decora con dibujos o relieves).
Por la fecha
de realización, César murió en Navarra en 1507, se trata de un retrato tomado
de otras obras o fuentes, como pudieron ser las pinturas que existen de este
personaje de los ss. XV y XVI. Está ataviado de arzobispo, es el tipo de gorro
el que determina esta dignidad eclesiástica. Si vamos al retrato de Calixto III
comprobamos que él lleva la tiara papal con las tres coronas. Otra diferencia
entre ambos que alude a dichas categorías, son los guantes púrpuras que no
viste César Borja en calidad de arzobispo, nominado como tal en 1492 por
Alejandro VI cuando lo nombraron Papa. Su gesto y sus brazos alzados demuestran
más entusiasmo que el movimiento contenido de Calixto III, pero aún así,
Juanes no lo muestra extasiado. En el centro del zócalo se distingue el escudo
de los Borja, ya partido en dos al incluir el barrado de la familia Oms.
Lo más
curioso de la vida de César Borja quizá sea que abandonó sus títulos eclesiásticos
para volver al estado laico e iniciar una andadura militar. Se convirtió en
duque del Valentinés al casarse con Carlota de Albret., hija del conde de Foix,
hermana del rey de Navarra y sobrina del rey de Francia.
Actualmente,
se encuentra en el Museo de la Catedral de Valencia.
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Bibliografía:
-MIRA, EDUARD; ANDALÓ, LEARCO (Coms.): Los Borja. Del mundo gótico
al universo renacentista. 2001, Conselleria de Cultura, Educació i Ciència
de la Generalitat Valenciana – Fundazione Memmo de Roma, pp. 454, 455.
-BENITO
DOMÉNECH, FERNANDO; GÓMEZ FRECHINA, JOSÉ (Coms.): Joan de Joanes.
2000, Valencia, pp. 136-147.
Pintura al fresco, procedente del aula capitular de la Catedral de Valencia, la actual capilla del Santo Cáliz. Fue realizada por dos autores italianos en 1472: Paolo de San Leocadio y Francesco Pagano. Se trata de la primera pintura en Valencia de estos artistas quienes introdujeron el nuevo lenguaje pictórico del Renacimiento italiano.
Rodrigo
de Borja era en estas fechas cardenal y obispo de Valencia. Entre su séquito
trajo a estos dos autores a tierras levantinas para que realizaran las pinturas
del presbiterio de su Catedral. Antes de esto, realizaron el fresco de la
adoración como prueba pictórica para demostrar su calidad como artistas y que
el cabildo se convenciera de su contratación. Esta pintura de nuevo lenguaje,
definitivamente clásico, produjo gran admiración.
Los
elementos, entre otros, que definen este clasicismo son la arquitectura, un
edificio clásico en ruinas estudiado al milímetro representado grandiosamente,
lo que supone una exaltación de la Antigüedad; la composición centrada y en
perspectiva; el paisaje del fondo abierto que dota de profundidad a la obra; y
los gestos serenos, naturales y devotos de la Virgen y San José.
La
pintura ha perdido casi toda la mitad inferior, lo que ha impedido establecer
con exactitud qué partes pertenecen a cada autor. Los historiadores acuden a
otras obras realizadas por ellos y deducen que seguramente la arquitectura la
haría Leocadio y las figuras quizás Pagano.
Este
fresco fue trasladado a lienzo y actualmente se encuentra en el pasillo que
conduce a la capilla del Santo Cáliz.
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Bibliografía:
-COMPANY, XIMO (Com.): El mundo de los Osona.
1994-1995, Valencia, pp. 94-99.
-MIRA,
EDUARD; ANDALÓ, LEARCO (Coms.): Los Borja. Del mundo gótico al universo
renacentista. 2001, Conselleria de Cultura, Educació i Ciència de la
Generalitat Valenciana – Fundazione Memmo de Roma, pp. 364-365.
-SOLER
D’HYVER, CARLOS: “La iglesia valenciana en el marco del humanismo
renacentista”, en BENITO DOMENECH, FERNANDO (Com.): La Luz de las Imágenes,
vol. II. 1999, Valencia, pp. 424, 425.
-AA.VV,
“El Renacimiento”, en AGUILERA CERNI, VICENTE (dir.): Historia del Arte
Valenciano, vol. III. 1987, Valencia, pp. 204, 205.
VIRGEN DE LAS FIEBRES Y DON FRANCISCO DE BORJA Y DE ALPICAT
Se trata de la única obra conocida de Pinturicchio en España, quien fue uno de los mejores pintores de Italia en la transición del s. XV al XVI. Alejandro VI le encargó la decoración de sus estancias privadas en los apartamentos Borja. Se le conocía como Pinturicchio por el brillante uso del dorado en sus obras. Éstas tendían a la anécdota y a la profusión decorativa y la variedad de colores usados.
Fue encargada a Pinturicchio especialmente para la capilla de la Virgen de las Fiebres en la Colegiata de Játiva por el fundador de la misma Francisco de Borja y de Alpicat, en 1497, pariente de Alejandro VI. Llegó a ser obispo de Teano, tesorero del Papa y presidente de la Cámara apostólica. Estos datos nos han llegado gracias a una placa que existe en una de las capillas de esta Colegiata.
En
la descripción formal destaca la actitud de la Virgen más humana, que enseña
al niño Jesús el cual está subido en un taburete donde se representa el toro
emblemático de los Borja y los símbolos de Alejandro VI: la doble corona, los
rayos ondulantes y la mitra.
Lo
más característico es el realismo incluso excesivo con que se trata la
vegetación, las joyas de trajes y mitras, el detallismo del libro miniado y el
retrato del obispo, tratado todo con una calidad técnica prodigiosa y con
colores muy luminosos.
Actualmente
se encuentre en la Real Academia de Bellas Artes de San Carlos de Valencia.
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Bibliografía:
-COMPANY,
XIMO; BENITO, DANIEL (Coms.): Madonnas y Vírgenes del siglo XIV al
XVI. 1995, Valencia, pp. 138-143.
-GONZÁLEZ
BALDOVÍ, MARIANO; PONS ALÓS, VICENT (Coms.): Xàtiva els Borja: Una
projecció europea, vol. II. 1995, Ayuntamiento de Játiva, pp.
183-185.
-MIRA,
EDUARD; ANDALÓ, LEARCO (Coms.): Los Borja. Del mundo gótico al universo
renacentista. 2001, Conselleria de Cultura, Educació i Ciència de la
Generalitat Valenciana – Fundazione Memmo de Roma, pp. 370-371.