INTRODUCCION

Grandes iniciadores

La modernidad de la novela inglesa aparece en el periodo de entreguerras y la universalizan un grupo de escritores de la categoría de D. H. Lawrence, Virginia Woolf, James Yoice y Aldous Huxley. No se trata aquí de insinuar que la producción de Henry James, Thomas Hardy, Joseph Conrad, Rudyard Kipling, H. G. Wells y E. M. Forster no fuera relevante y significativa para su propia época y aleccionadora para las generaciones futuras. Pero sí conviene reconocer que, con todo lo que la obra de estos novelistas tiene de validez absoluta y de orientación y vigencia para la posteridad, el grupo de entreguerras es el que establece las bases de las nuevas formas de novelar, consistentes en la idea bergsoniana del fluir del tiempo, el nuevo concepto de la concatenación de la conciencia, derivado de William James, y lo que David Daiches califica como la quiebra del sentido general de la significación, es decir, la pérdida que supone para el escritor actual el hecho de que las creencias y el modo de entender la vida del hombre de hoy no sean válidas para todos los demás con la objetividad que Jane Austen estaba segura de que lo eran para sus contemporáneos.

El período en que amanecieron los cuatro novelistas citados era de una gran inestabilidad.

Después de una paz costosa y deficientemente conseguida, sobreviene un descenso de ideales que se encadenan con la depresión económica de finales de los años veinte y aparecen de pronto los grandes totalitarismos europeos, que perturbaron la conciencia mundial con una amenaza continua. Desde el mundo de vista del espíritu, la alegría y frivolidad que siguieron a la primera gran guerra, se sustituye por una actitud de duda y de incertidumbre, por un criticismo exacerbado que viene a poner en tela de juicio los problemas éticos, sociales y políticos del momento, hasta el punto en que el estallido de la segunda gran guerra despertaría al pueblo inglés hasta que los desastres de Dunquerque le advirtieron de la gravedad del peligro. El individualismo, la frivolidad, la vaciedad de intención, el criticismo investigador y científico del periodo, se manifiestan en la obra de Lawrence, Joyce, Virginia Woolf y Aldous Huxley, a la que deberíamos añadir la sátira política proporcionada por las dos narraciones noveladas de George Orwell.
 
 
 
 
 
 

AUTOR

Lawrence (1885-1930) es una de las figuras más desconcertantes de los años de entreguerras. Nacido en el distrito industrial del condado de Nottingham e hijo de un minero, Lawrence abandona su destino de maestro en Croydon para dedicarse a la literatura después de la publicación de The White (1911).

Se enamora de Frieda von Ritchthofen, una alemana casada con un profesor de literatura de Nottingham, y, después de muchas dificultades para la obtención del divorcio, logra casarse con ella. Los poemasLook! We have Come Through (1917), manifiestan su exaltación emotiva en esta circunstancia. Lawrence es el hombre en contradicción con la civilización y el ambiente. No es fácil determinar si el choque está en sí mismo o entre su cultura y circunstancias iniciales y las formas de vida posteriores exigidas al escritor reconocido. Probablemente en ambas cosas. La consecuencia es que su comportamiento es de un individualismo absoluto, y en sus caracteres resultan imperiosos, egoístas y de difícil ajuste aun después de imponer su criterio. Su filosofía es elemental. "Mi gran religión estriba en la creencia en la sangre y la carne, por contener más sabiduría que el intelecto. Podemos equivocarnos con nuestra mente. Pero lo que nuestra sangre siente y cree es siempre verdadero. El intelecto es sólo el bocado y la brida". Esta es su creencia, su fe, y el hombre inquieto se lanzará a la búsqueda de una vida natural y auténtica, de emociones y contactos fuertes y primarios, apartado de las formas de vida, que él consideraba hipócritas y gastadas, de la civilización europea, sobre todo nórdica, para no encontrarlas en ninguna parte. Y viajaba a Italia, a Australia, a Méjico, a California a la India y a España, muriendo de tuberculosis en el sur de Francia, después de haber pasado unos meses en Andraitx (Mallorca). La característica más importante de sus novelas, y también de su poesía, es este desprecio de la razón y su confianza en los instintos. Lawrence es un místico de los sentidos y, en último término, del amor físico, del amor natural, en el que no interviene la inteligencia ni los motivos o valores sociales. Se propone revelar lo sagrado y legítimo del instinto contra lo bastardo de la mente o los prejuicios. Y estas experiencias vitales se muestran del modo más acusado en las relaciones amorosas de los hombres y las mujeres de sus novelas. Lawrence es un profeta y un poeta del instinto primario y de la pasión desnuda. Se dirige al corazón, no a la inteligencia, y procura convencer, no con el razonamiento, sino con el impacto de su arte.

En 1925, durante su estancia en México, pertenecen obras como The Woman who rode away, inspirada en el tema de la mujer complicada y moderna, negativa, en suma, y The Princess, fruto del afán de presentar bajo una forma fantástica una lección de naturismo a Dorothy Brett y en la cual aparece humillado y debelado lo que Lawrence denominaba el "truco original", o sea la apariencia de un falsificado modernismo.

En 1928, escribió El amante de Lady Chatterley, y, apasionándose en el ejercicio del arte pictórico, iniciaba, con "una sagrada família", su "verdadera pintura".

Además de Sons and Lovers, Kangaroo (1923) Lawrence escribió otras seis novelas: El transgresor (1912); El arco iris (1915); LA mujer pérdida (1920); Women in Love (1921); Aaron’s Rod (1922) The Boy in the Bush (1924).

A su obra narrativa deben añadirse todavía unas setenta novelas cortas y narraciones. Cabe mencionar también los libros y páginas de viaje, singularmente Atardecer en Italia (1916); Mar y Cerdeña (1921) y Mañanas en México (1927). En cuanto a los numerosos textos de intenciones filosóficas, corresponde el primer puesto a Fantasy of the Unconsious (1922), de los críticos, a Studes in Classic American Literature (1924). Compuso, además, cuatro obras teatrales, otras tantas colecciones de poesias y el interesante epistolario, publicado por Aldous Huxley, The Letters of D.H.Lawrence.
 
 
 
 

SONS AND LOVERS

La obra se divide en dos partes; la primera desde el capítulo primero hasta el sexto; y la segunda desde el séptimo hasta el final del libro, el capítulo quince.

La novela narra principalmente la historia de una família, y en especial la vida amorosa de uno de los hijos.

Comienza relatando, la vida conyugal del minero Walter Morel y de su mujer Gertrudis que no es más que una larga batalla: la mujer, dotada de un fuerte sentimiento puritano, quiere obligar a su marido a asumir sus propias responsabilidades, y éste las rehúhe por su naturaleza puramente sensual. Nacen de este matrimonio cinco hijos a los que la madre atrae a su propia órbita, alejándolos del padre, pero su predilecto es Pablo, muchacho pálido y apacible, profundamente sensible y siempre pegado a las faldas de su madre, en cuya vida, especialmente después de la muerte del primogénito Guillermo, arraiga profundamente el influjo materno. Pablo encuentra un empleo en una fábrica de instrumentos ortopédicos, pero en sus momentos libres estudia y pinta, expresando en sus cuadros su inquieta sensibilidad. Su amistad con Miriam, muchacha mística y romántica que odia la vulgaridad y siente sed de sacrificio, lo estimula intelectualemente, "…I know, you never will. You’ll never believe that I can’t- can’t physically, any more than I can fly up like a skylark…", pero no le comunica el calor vital que él siente, en cambio, si lo encuentra junto a su madre, "…And why did he hate Miriam, and feel so cruel towards her, at the thought of his mother? y después de varias alternativas de amor y de odio, acaba por dejar a la joven, "…He had come back to his mother. Hers was the strongest tie in his life…"

Entonces intenta desesperadamente abrasar su vida en el fuego de la pasión, en algo grande e intenso que fecunde su alma, y cree hallarlo en Clara,mujer divorciada y amiga de Miriam. Por un momento alcanza la intensidad del extasis; pero es solo un momento y muy pronto advierte que no ama a Clara, sino al amor, y que su experiencia ha sido impersonal. Lentamente se le declara la razón de esta dolorosa incapacidad de amar libremente, totalmente: mientras su madre viva él no podrá nunca entregarse a una mujer; ella lo ha concebido, criado, y ahora su amor vuelve a ella. Clara comprende que algo grande y vital se le escapa en él; sus cambios divergen, ambos necesitan un compañero y vuelve al lado de su marido, Dawes, a quien, a pesar de todos sus defectos, puede sentir completamente suyo. Cuando después de largos sufrimientos muere la madre de Pablo, éste se encuentra desesperadamente solo: ya no sabe trabajar ni pintar, todo le parece irreal e indistinto; tiene la sensación de no existir, Miriam corre a su lado, enamorada y fiel; sería feliz sacrificándose por él, pero no tiene fuerzas para tomarlo sencillamente, para librarlo de la responsabilidad de si mismo. Pablo la rechaza, "…She seemed to want him, and he resisted. He resisted all time. He wanted to give her passion and tenderness, and he could not…", y se halla solo en la noche, en el inmenso silencio en que únicamente su madre lo retenía; pero como no puede anularse y volver a ella, se dirige valientemente hacia el rumor y la claridad de la vida.
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

CONCLUSIÓN

En conclusión a la obra podríamos clasificarla como la más hermosa novela de Lawrence; en la que no se preocupa por defender tesis ni suscitar polémicas, y narra, sencillamente tejiendo en su narración numerosos elementos autobiográficos, una experiencia humana, dolorosa e intensamente vivida. En el drama de Pablo Morel y de las tres mujeres que rodean su vida, sin darle una armonía perfecta, se expresa una cualidad característica de Lawrence: su capacidad de entender la presencia obscura de aquella "alteridad" que yace más allá de los límites del espíritu humano consciente y de expresar su experiencia en términos literarios.

Lawrence parece haber asociado Sons and Lovers con el drama trágico tanto con la ficción; vio en la obra la sucesión de las tragedias sobre las relaciones entre madres e hijos.

Otra característica de la obra es que refleja la transición del pasado agrario al futuro industrial, explora entre dos generaciones, en concreto entre la infancia y la adolescencia, encontramos en esta característica cierta similitud con la obra de James Joyce, A Portrait of the Young Artist as a Young Man, en las características que rodean la personalidad de Stephen Hero; Lawrence hace a Paul Morel pintor, como Joyce, tiene preocupación por la evolución de la creación individual, reflejando que la novela refleja el problema de miles de jóvenes en Inglaterra.

La frecuente aseveración de que la novela se está muriendo es un tópico tan fraseologícamente tan atractivo como carente de base. Es absurdo pensar que pueda perecer un género literario arraigado en la sociedad y portador de valores humanos, estéticos e intelectuales, como la novela. Puede no tener la certera dirección de otros períodos; puede carecer de figuras de la máxima estatura; pero es una falta de visión el hecho de afirmar que el género se extingue. Es imposible hablar de la muerte de la novela cuando esta rápida exposición demuestra su vitalidad. Es cierto que las grandes figuras de los novelistas victorinos no han sido superadas sino en la técnica; también lo es que no la delantera en el primer tercio de este siglo; renacer del simbolismo, injertado en el realismo, que hay que considerarlo como un importante acierto artístico. Y si el novelista actual, en vez de retraerse hacia el campo subjetivo, se lanza a zonas de amplitud en las que los caracteres y ambientes sociales se funden en una unidad que refleje los problemas presentes, la novela inglesa tiene tantas posibilidades como las tuvo en los grandes momentos de los siglos XVIII y XIX.

BIBLIOGRAFIA