por Laura Hueso Ribes
¿ Cuáles han sido los beneficios que extrae el ser humano de la ciéncia?
V.B.:En primer lugar, han aumentado su control sobre el entorno material. Han mejorado su comida, su vestido y su vivienda, además de aumentar su seguridad y liberarlo, al menos en parte, de las ataduras de la existencia primitiva. Asimismo, le han proporcionado un creciente conocimiento de sus propios procesos biológicos, de modo que lo han ido liberando progresivamente de la enfermedad y han aumentado su esperanza de vida. Al mismo tiempo, han arrojado luz sobre las interacciones de sus funciones psíquicas y fisiológicas, otorgándole la promesa de una mayor salud mental.
L.H:¿Qué piensa que nos ayudará más, la cantidad de investigaciones científicas que se están realizando o el grado de especialización en cada una?
V.B.:Hay una enorme montaña de investigaciones científicas que no para de crecer pero, paradójicamente, cada vez está más claro que hoy en día nos estamos quedando atrás debido a nuestra creciente especialización. El investigador se encuentra abrumado por los descubrimientos y conclusiones de miles de compañeros, hasta el punto de no disponer de tiempo para aprehender, y mucho menos de recordar, sus diferentes conclusiones a medida que van viendo la luz. Sin embargo, podemos afirmar también que la especialización resulta cada vez más necesaria para el progreso y, como consecuencia, el esfuerzo de construir puentes entre las distintas disciplinas resulta cada vez más superficial.
L.H.:¿ Cómo serán las enciclopedias del futuro ?
V.B.:En el futuro aparecerán formas totalmente nuevas de enciclopedias, que contendrán en su seno numerosos senderos de información preestablecidos, y que podrán ser introducidas en el memex para ser ampliadas por el usuario. Así, el abogado tendrá a su alcance las opiniones y sentencias de toda su carrera, así como las de la carrera de amigos y autoridades en la materia. El especialista en marcas y patentes tendrá a su disposición toda la información relativa a millones de patentes, en el seno de la cual habrá creado los senderos que resulten del interés de sus clientes. El médico, sorprendido y desorientado por la reacción de un paciente, accederá a los senderos que creó en ocasiones en las que había estudiado casos similares, y recorrerá rápidamente el archivo de los historiales clínicos de sus pacientes, así como las referencias cruzadas a clásicos de la anatomía y la histología. El químico que intenta la síntesis de un compuesto orgánico, tendrá a su disposición, en su propio laboratorio, todo el cuerpo de literatura relacionada con la química, con senderos de información que siguen las analogías entre distintos compuestos, y senderos cruzados que recorren sus comportamientos físicos y químicos.