Colgado sobre las casas que se agrupan buscando su amparo, el castillo de Gama,
aún orgulloso, exhibe parte de sus muros y de su torre, que conserva las dovelas
del arco de lo que fue su pórtico de entrada. Tiene unos 60 metros de longitud
por 9 metros de anchura. En el interior de la planta se alza hoy la ermita de
Nuestra Señora del Castillo, de construcción posterior. Si bien no podemos
precisar con exactitud sus orígenes parece ser que allí moraron D. Nuño Pérez
de Lara, a quien Alfonso VI concedió en 1.096 la villa de Gama y su alfoz. Más
tarde perteneció al señorío de la Vega, al Conde de Osorno y a la Casa de Alba.
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