GRANDES DIRECTORES | El cine y sus maestros
Casablanca
Michael Curtiz (1942)
La película está ambientada en Casablanca, durante lo que fue una de las mayores contiendas bélicas de la historia: la Segunda Guerra Mundial. En esta ciudad se apiñan numerosos refugiados europeos que huyen de los nazis, mientras esperan el salvoconducto que les lleve a Lisboa, punto de partida hacia los ansiados EEUU. Muchos de estos refugiados se reúnen cada noche en el café de Rick, interpretado por Humphrey Bogart, un americano de pasado oscuro que prefiere mantenerse al margen de la política. Al café acude un día Ilsa (Ingrid Bergman), junto a su marido Victor Laszlo (Paul Henreid), perseguido por los alemanes. Ilsa ha sido la única mujer a la que Rick amó profundamente, y a la que la guerra la separó de él. Ahora ha dado la casualidad de que ella ha acudido a su bar, y además le pide que les ayude a ella y a su marido a salir del país, pues el delincuente (Peter Lorre) que tenía que darles los salvoconductos ha sido detenido. ¿Les ayudará Rick, o querrá recuperar a la mujer que le traicionó, pero a la que sigue amando? Todo un mito en la historia del cine, Casablanca es un film imprescindible para los amantes del séptimo arte.
Acerca de la película
En principio, la productora estadounidense Warner pretendía hacer una película tan modesta como las otras 50 que rodaba cada año. Pero Casablanca se salió de estos moldes, y consiguió convertirse en todo un mito dentro del mundo del cine. Como dijo el crítico Ángel Fernández-Santos: “Casablanca es un milagro, cuya parte milagrosa está en su terca persistencia. Casablanca es más que una película, es un sueño compartido por millones y millones de pobladores nómadas”. La mezcla de romanticismo, acción, ideales patrióticos, suspense y humor ha sido la que ha permitido que 60 años después de su realización la película se mantenga tan viva como en su época. Como afirma el catedrático Antonio Lara, “La calidad de Casablanca rebasa los límites dramáticos impuestos por la época para alcanzar un puesto mucho más sólido y rotundo; pocas veces se ha dado un cine tan eficaz y económico, en el que los actores ocupen el lugar preferente de una historia convencional, aunque sólidamente construida y contada”.
Aunque el resultado de la película es excelente, el rodaje del film estuvo sujeto a una muy complicada producción, llena de problemas e imprevistos. La historia de la película se inspiró en una obra de teatro, Everybody comes to Rick's, escrita por Murria Burnett y Joan Alison, que tras un viaje por Europa se sintieron conmovidos por el drama de los refugiados políticos. Dos prestigiosos guionistas, Julios y Philip Epstein, fueron contratados por la Warner Bross para adaptar cinematográficamente el guión, mientras que la productora se encargó de buscar a los actores. Pero los Epstein tuvieron que dejar el proyecto, pues fueron contratados por Frank Capra. Les sustituyó Howard Koch, que incluyó valores morales al texto irónico de los hermanos. Otro guionista, Casey Robinson (no acreditado en los títulos) hizo hincapié en el carácter romántico de la historia. En cuanto al director, la Warner consideró primero a William Wyler, William Keighley y Vincent Sherman, aunque finalmente fue el húngaro Michael Curtiz el elegido. Se dice que este, al no tener nunca el guión definitivo en sus manos, reñía con todo el equipo, pues la historia no tenía un final claro. Como dice Ingrid Bergman en sus memorias: “El guión se modificaba sin descanso y rodábamos a diario a partir de cero: nos entregaban el diálogo y procurábamos encontrarle su sentido. Nadie sabía en qué lugar ocurría la trama ni cómo finalizaría ésta, lo que, desde luego, no contribuía a que diéramos verosimilitud a los personajes. Yo le preguntaba a Michael Curtiz aspirando a precisar de quién estaba enamorada, y él me respondía: “Aún no lo sé, mientras tanto… actúe”. En una entrevista para la televisión del Reino Unido la actriz explicó esto mismo al periodista. Finalmente, los hermanos Epstein se reincorporaron de nuevo al proyecto, y dieron con la solución.
Un brillante resultado
Aquel desorden en el guión y en el rodaje, sin embargo, no afectó al resultado final del film. Casablanca es considerada una obra maestra, y ha tenido numerosas secuelas e imitaciones, tanto en cine como en radio y en televisión, aunque ninguna de ellas iguala a la original. De hecho, la American Film Academy la considera la segunda mejor película de todos los tiempos, tras Ciudadano Kane de Orson Welles. El año de su estreno, en 1942, la Academia de Cine de Hollywood la premió con tres Oscar: mejor película del año (producida por Hal B. Wallis), mejor director (Michael Curtiz) y mejor guión. Tuvo además otras cinco candidaturas, que no ganó: música original (de Max Steiner), actor principal (Humphrey Bogart), actor de reparto (Claude Rains), fotografía (Arthur Ederson) y montaje (Owen Marks).
Curiosidades
Sobre los actores, hay fuentes que afirman que los primeros elegidos para los papeles protagonistas fueron Ronald Reagan, Ann Sheridan y George Raft.
Contratar a Ingrid Bergman fue difícil, pues tenía un contrato de exclusividad con David O'Selznick (productor de Lo que el viento se llevó ). Cuando este pidió a los guionistas de ese momento (los hermanos Epstein) que le explicaran de qué iba la película, estos improvisaron en su despacho un diálogo, que permanecería en la versión definitiva de la película:
- ¿Dónde estuviste anoche, Rick?
- Hace mucho tiempo de eso. No me acuerdo.
- ¿Te veré esta noche?
- Nunca hago planes con tanta antelación.
Curtiz es famoso por saber salir de situaciones difíciles durante los rodajes, sobre todo por causa de estrecheces económicas. Ejemplo de esto es la última escena de Casablanca, cuando se despiden Rick e Ilsa. Fue rodada en un supuesto aeropuerto, pero el avión que aparece no es más que una maqueta de tamaño más pequeño que un avión real, alrededor de la cual pasean los pasajeros, unos enanos contratados para dar sensación de realidad.
En un principio, el compositor Max Steiner quiso cambiar la memorable canción As time goes by por otra original suya, aunque finalmente no se hizo, pues se debía grabar otra vez las escenas en las que el pianista Sam (Dooley Wilson) la cantaba, lo que era imposible, pues Ingrid Bergman se había rapado el pelo para rodar, junto a Gary Cooper, la película ambientada en la Guerra Civil española ¿Por quién doblan las campanas?, de Sam Wood.
Primero se pensó que el papel de pianista fuera interpretado por una mujer, como por ejemplo por Lena Hone o Ella Fitzgerald, aunque finalmente fue el percusionista Dooley Wilson quien encarnó al mítico Sam. Sin embargo, no era él quien ticaba el piano, sino Ellit Carpenter, escondido tras una cortina.
En un principio se pensó que el papel de pianista fuera interpretado por una mujer, como por ejemplo por Lena Hone o Ella Fitzgerald, aunque finalmente fue el percusionista Dooley Wilson quien encarnó al mítico Sam. Sin embargo, no era él quien ticaba el piano, sino Ellit Carpenter, escondido tras una cortina.
Paradójicamente, una de las frases que más se recuerda de esta película, “Tócala otra vez, Sam”, no se dice en ningún momento de la película. Lo que Ilsa dice al pianista es “ Play it, Sam, play As time goes by” ("Tócala Sam, toca As time goes by") . Y Rick, por su parte, dice: “ You played it for her, you can play it for me. Play it ” (“La has tocado para ella, así que puedes tocarla para mí. Tócala”.).