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Volver a filmografía de David Wark Griffith

 

 

 

 

 

 

Una de las películas más caras de toda la historia del cine. Todo el dinero que ganó con El nacimiento de una nación Griffith lo invirtió en Intolerancia. La superproducción era un lujo que Griffith podía permitirse, pues en ese momento contaba con el apoyo de la poderosa productora Triangle, cuyos vértices eran él mismo, Thomas Ince y Mack Senté. Con este respaldo Griffith se embarcó en la que fue su obra más ambiciosa. Los decorados de Babilonia alcanzaron la altura de casa de cuatro pisos, intervinieron 60 actores principales y 18.000 figurantes y el rodaje duró 14 meses. Solo la secuencia del festín de Baltasar costó casi dos veces y media lo que El nacimiento de una nación. Se filmaron cerca de cien mil metros de película, que el montaje redujo a ocho horas de copión y tres horas y media de proyección.

Una película de lo más compleja. Lo más revolucionario de Intolerancia fue su montaje alterno, que no solo entrelazaba acciones simultáneas que transcurrían en espacios distintos, sino acciones separadas por cientos de años. Al principio las cuatro historias fluyen con relativa autonomía y están separadas por la imagen de la madre meciendo la cuna, pero a medida que avanza la película se van entremezclando sin previo aviso, convergiendo en una especie de triple “rescate en el último momento”. Como declaró Griffith, su idea era que discurrieran al principio lentamente para confluir en un “solo y único torrente de emoción violenta”. Cada vez el paso de un episodio a otro es más rápido, incluso se llega al punto de confundir la sangre de los babilonios con al de los hugonotes decapitados. Esto producía un crescendo emocional que trataba de extraer una idea abstracta (la de la intolerancia a través de las edades) por encima de las anécdotas respectivas. Por ello tendría una enorme influencia sobre los cineastas de la escuela soviética, que la vieron y analizaron exhaustivamente. Y el episodio de la huelga influyó en La huelga y El acorazado Potemkin de Eisenstein y La madre de Pudovkin.

...y un auténtico fracaso. Su estreno en los EEUU fue un fracaso, y en el extranjero aún funcionó peor, ya que fue censurada en varios países. Ante tal situación Griffith, desesperado, hizo un montaje que separaba los cuatro episodios, pero nada evitó la catástrofe: se perdió más de un millón de dólares y Griffith pasó el resto de su vida pagando aquella deuda, ya que sus socios, al ver las dimensiones que tomaba la cinta, le había obligado a que pusiera su dinero, y Griffith invirtió en la cinta el millón ganado con El nacimiento de una nación. Ni siquiera quedaron fondos para retirar los decorados de Babilonia, que permanecieron en Subset Boulevard como una atracción más de Hollywood hasta finales de los años treinta.

Pero, ¿por qué fracasó Intolerancia?

  1. Debido a la extrema complejidad narrativa de la película. En esta película Griffith contaba cuatro historias que no son contemporáneas y la gente estaba acostumbrada al montaje alterno pero no al montaje paralelo. Se trataba de un montaje demasiado vanguardista para ese momento.
  2. Por motivos ideológicos. Con esta película Griffith quiso demostrar que él no era racista tras las acusaciones de su película anterior. Pero por aquella época, en 1916, el gobierno de EEUU intentaba convencer a la opinión pública que merecía la pena luchar y en Europa estaba inmersa en le Primera Guerra Mundial, y la película de Griffith era antibélica, por lo que no fue estrenada en el momento más oportuno.

Intolerancia

David Wark Griffith (1916)

Después del estreno de El nacimiento de una nación Griffith había empezado a trabajar en un melodrama de asunto contemporáneo y de bajo presupuesto, La madre y la ley, basado en un suceso reciente durante el cual unos trabajadores habían muerto durante una huelga. Cuando ya la había completado se le ocurrió mezclarla con otra tres historias situadas en la Babilonia de Ciro el Grande (538 antes de Cristo), en la Judea de la época de la Crucifixión y en Francia, mostrando la batalla de los hugonotes en la noche de San Bartolomé (1972). De esta manera nació Intolerancia. El leitmotiv visual de la película era una imagen inspirada en un poema de Wlt Whitman, que representaba a Lillian Gish meciendo una cuna.

Imagen del decorado del episodio de Babilonia