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Una partida de campo - Une partie de campagne

(Jean Renoir, 1936)

Una partida de campo (1936) es la historia de una familia, la familia Dufour, que pasa un domingo a orillas del Sena. Ahí encuentran a dos inquietos jóvenes remeros que cortejan a la madre y a la hija durante un paseo en barca, mientras el padre y el novio se dedican a pescar. Un paseo que se convertirá en algo más que en una inocente excursión fluvial. Tiempo después, ya casada, la joven reencuentra a su efímero seductor.

Se trata de un mediometraje (40 min.) dirigido por Jean Renoir, con el que el director hace un homenaje a su padre, el pintor impresionista Pierre Auguste. La película parte de un relato corto del escritor Guy de Maupassant, sobre el despertar a la sensualidad de una familia parisina que se encuentra de paseo en el campo. La única diferencia notable respecto al texto literario reside en el prólogo y el epílogo. El cuento de Maupassant describe detalladamente la salida de París de la familia Dufour y, en el epílogo nos cuenta cómo el canotier Henri visita la residencia urbana de los Dufour, en la que se encuentra la madre que le envía recuerdos para su compañero Rodolphe. De modo que, los únicos momentos no incluidos en la película, frustrados por el rodaje inacabado (debido a la amenaza constante de lluvia), fueron las escenas propiamente parisinas.

Los problemas presupuestarios y los compromisos con el rodaje de Los bajos fondos hicieron que Renoir se despreocupase de acabarla. Su montaje fue acabado por la script y la banda sonora no fue escrita hasta que estuvo finalizado el montaje. Pero, el hecho de que Renoir no controlase el montaje final no cuestiona la autoría del cineasta, ya que paradójicamente Une partie de campagne es una de las obras más estrechamente impregnadas de su filosofía vital y más condicionada por sus principios estilísticos de puesta en escena.

 

Naturalidad versus teatralidad

La sencillez formal de su estructura narrativa (basada en la linealidad temporal) y de su puesta en escena (ajena a toda forma de efectismo en el uso de la cámara) da la sensación de que fue hecha sin ningún esfuerzo. Pero la naturalidad de la película no es más que una apariencia y constituye uno de sus valores formales. Renoir busca el esplendor de lo verdadero mediante el artificio, edifica una apariencia de naturalidad a partir del contraste entre lo real y lo reconstruido. El cineasta concede un valor al decorado natural, teatraliza los diferentes movimientos de los actores y construye el texto fílmico como un compendio de diferentes materiales artísticos. En Une partie de campagne existe un trabajo de representación de la naturaleza, dentro del que emergen algunas citas que remiten a la pintura, la danza o el teatro.

En la película destaca la frescura de los diálogos. La tranquilidad con la que hablan los actores, tiene cierto punto de libertad. Esto no pasaría en el cine de Hollywood donde hay una gran censura y está muy interiorizado que ciertos temas no se tocan. Sin embargo, a pesar de este caracter espontáneo de los diálogos, hay que tener en cuenta que la interpretación de los actores no está apoyada en un registro naturalista, sino en la artificiosidad de carácter caricaturesco. En el texto original de Maupassant se pone de manifiesto cierta voluntad de establecer una caricatura del físico de los personajes. Por ejemplo, Madame Dufour es vista como una “inmensa masa de carne”. Sin embargo, en este caso mientras Maupassant caricaturiza a Madame Dufour, Renoir convierte su carnalidad en sensualidad voluminosa, cercana a la fascinación por los cuerpos robustos que sentía Rubens. No obstante, es cierto que Renoir se hace eco de los rasgos caricaturescos presentes en el relato original para configurar los personajes como tipos y poder establecer una sátira soterrada de sus costumbres. Los personajes masculinos de la familia, por ejemplo, están muy esteriotipados. La relación que se establece entre Monsieur Dufour y Anatole es casi clownesca, es el juego eterno entre el payaso hábil y el payaso torpe; y del mismo modo, la pareja de seductores se caracteriza por la ligereza de su cuerpo y por sus rasgos caricaturescos. Se trata de una mirada muy realista pero también muy irónica. De hecho el relato de Maupassant es un retrato muy ácido de la pequeña burguesía. El proceso de conversión de los personajes principales en tipos permite al cineasta establecer una teatralidad cómica.

La teatralidad también se pone de manifiesto en la puesta en escena, en la frontalidad con que se resuelven algunas situaciones, en los artificiosos movimientos cercanos a la danza, y en las entradas y salidas laterales de los personajes.

 

Un ejemplo de cine impresionista

Une partie de campagne ha sido considerada como un ejemplo claro de cine impresionista. Dentro de esta película Renoir realiza un homenage al universo de los pintores impresionista y, particularmente, al de su padre el pintor Pierre-Auguste Renoir. Los temas abordados y, sobre todo, el tratamiento plástico de la imagen hacen nos remiten a algunos lienzos paternales. Sin embargo, el impresionismo de la película no está únicamente determinado por una serie de referencias pictóricas concretas que la película esboza, sino por el sentimiento de búsqueda de lo efímero. Renoir no se dedica únicamente a citar algunas obras, sino que además, refuerza una serie de elementos temáticos e iconográficos (el agua, el columpio, el almuerzo sobre la hierba, los canotiers, el campo, la pesca) propios del mundo impresionista. La película puede considerarse como ejemplo de cine realizado en plein air, donde el cineasta impresionista sustituye el caballete por la cámara, pero mantiene el deseo de instalarse en medio de las cosas para poder llegar a capturar las impresiones que le ofrece el esplendor de la naturaleza. La búsqueda impresionista conduce a inscribir la ficción dentro de un orden natural, en el que los detalles aleatorios desestabilizan continuamente lo construido. La puesta en escena teatral, perfectamente controlada por Renoir, entra en tensión con lo efímero (por ejemplo, la tormenta que cambia la luz del paisaje).

A continuación os mostraremos el parecido entre algunos cuadros impresionistas y fragmentos de la película que parecen llevar el mismo sello de marca.

 

Un cuadro reencontrado

Haciendo su propia intepretación de la figura del columpio, Jean Renoir riende un homenage a la obra de su padre. Se inscribe en la historia del arte, tal y como lo había hecho anteriormente Auguste Renoir, retomando por su cuenta el cuadro "El columpio" de Fragonard.
Un cuadro dentro de otro cuadro

Vista desde la ventana, visión a través de una puerta abierta... El film Una partida de campo está lleno de imágenes reencuadradas. Utilizando el marco de una puerta o el contorno de una ventana Renoir estructura la imagen y señala así el paso del interior al exterior.

De este modo, crea cuadros dentro del propio cuadro que constituye en film en sí. Se trata de cuadros animados de los cuales podéis ver aquí un ejemplo. Además, este ejmplo nos remite directamente a otra de las pintura de Renoir: Les canotiers, figura que Renoir hijo también introduce en el film.

La naturaleza

Una naturaleza bella, una naturaleza sencilla y llena de nobleza... Jean Renoir en Una partida de campo pone en escena este paisaje donde ha pasado gran parte de su infancia. Como su padre, se conmueve por la simplicidad de la naturaleza, por su aspecto armonioso y, sin embargo, extremadamente problemático.

Además, a lo largo del film escuchamos exclamaciones de placer de que expresan la emoción de unos seres acostumbrados a la vida estrecha y rutinaria de la ciudad, y que están ávidos de encontrar emociones auténticas.

Entre las referencias pictóricas que nos remiten a ese paisaje natural, además de aquellas que nos remiten a los cuadros de Renoir, hay una que nos transporta directamente al famoso cuadro "Le déjeuner sur l'herbe" de Manet, que luego también pintó Monet.

Las modelos renoirianas
Ellas son finas, delicadas, mujeres ingenuas y luminosas. Con formas redondas y dulces, portadoras de una feminidad eterna. Tanto en la obra de Renoir padre como en los filmes de Renoir hijo las mujeres son omnipresentes, y su sensualidad es directamente o delicadamente sugerida. Déjate llevar por esta hermosa mezcla de rostros de las actrices del cineasta y de las modelos del pintor.

Si queréis conocer más cosas sobre la película haced click aquí!