Típica etapa "gallega", sube y baja, senderos densos de vegetación y "corredoiras" frescas y húmedas con cúpulas de ramas de carballos, castaños y robles que apenas dejan pasar los rayos de sol y pequeños riachuelos que hacen de estos parajes uno de los más húmedos del Camino. A partir de este punto la sucesión de aldeas es constante, hasta tal punto que perderás la referencia y te resultará difícil saber exactamente en cual de ellas te hallas.