Historia
Historia de Dénia
Aunque con indicios arqueológicos de poblado ibérico (Diniu), su origen como ciudad es romano(Dianium), situándose al norte de la ciudad actual y frente al antiguo puerto.
Los textos clásicos y restos arqueológicos indican que en el Siglo I a. C. las tropas de Sertorio establecieron en Dianium una base naval.
Durante el Alto Imperio la ciudad disfrutó de un periodo de esplendor pasando de ser ciudad estipendiaria a municipio. Entre 636 y 693, en tiempos del reino visigodo, Denia fue sede episcopal dependiente de Toledo.
En época musulmana la ciudad logrará el momento culminante de su expansión y pujanza, que generó un momento de gran vitalidad cultural. Daniyya será la capital de la taifa creada en 1010 por el amiri Muyahid al-Amiri al-Muwaffaq que, anexionándose las Baleares, convertirá el reino en un importante centro marítimo y comercial que acuñará su propia moneda hasta la invasión almohade. La taifa perdió su independencia el 1076, al ser destronado Iqbal al-Dawla por Al-Muqtadir, rey hudí de la Taifa de Zaragoza, de la cual dependió hasta la invasión almorávide (1091).
La conquista cristiana, en 1244, llevó un serio retroceso en el desarrollo de la ciudad, prácticamente deshabitada al sacarse de ella la población musulmana. Repoblada a fuero de Valencia, la villa de Denia, reducida al albacar del castillo, se convierte en el centro del poder cristiano en un término general poblado mayoritariamente por musulmanes. Jaime II de Aragón inicia la etapa del dominio señorial, al ceder la villa en 1298 a Poncio de Ampurias. Posteriormente, bajo la casa de Gandía, se convierte en condado (1356), volviendo a la Corona en tiempo de Alfonso el Magnánimo. El absentismo de este monarca posibilitó que el lugarteniente Juan de Navarra lo donara al castellano Diego Gómez de Sandoval y Rojas (1431), con el consiguiente descontento de la villa, que reclamó a su muerte la reincorporación al reinado (1455) con el espaldarazo de la ciudad de Valencia, que ocupó, hasta el 1477, el castillo, que comprendía las tierras de los entornos de la ciudad, las cuales reciben aún el nombre de Marquesado. El condado permaneció en manos de los Sandoval, promocionándose a marquesado en 1487. El duque de Lerma, quinto marqués de Denia y favorito de Felipe III, proporciona a la villa importantes prebendas y el título de ciudad. Impulsó la expulsión de los moriscos (1609), 25.000 de los cuales embarcaron en el puerto de Denia con destino a Berbería, con el consiguiente despoblamiento y ruina económica del marquesado.
A partir del siglo XVIII, la ciudad participó abiertamente en la guerra de Sucesión, y fue la primera en proclamar rey al archiduque Carlos. La guerra y las represalias posteriores provocaron la crisis de la ciudad. Fue finalmente ocupada por los borbónicos el 17 de noviembre de 1708. El castillo, seriamente dañado, se hundirá definitivamente en la Guerra de la Independencia Española. En el siglo XIX Denia se reincorporará a la Corona (1804) y experimenta un gradual crecimiento iniciado al barrio marinero, que se independizó administrativamente entre 1837-39. El floreciente comercio de la pasa hizo surgir una burguesía comercial y atrajo empresas extranjeras con el consiguiente aumento de población, que pasó de 6.538 a 12.413 habitantes (dianenses) entre 1860-1900.
El Monte Montgó es testigo de los orígenes de Dénia gracias a los hallazgos
de poblamientos ibéricos descubiertos en sus laderas, tales como “L’Alt de Benimaquía”,el “Pic de l’Aguila” Y el "coll de pous".
Durante la Dianium romana esta ciudad fue “civitas stipendiaria” (ciudad conquistada a la fuerza por los romanos, por lo que eran obligadas a pagar ciertos tributos perpetuos en castigo a su rebeldía),
pasando
posteriormente a ser “municipium”. Los restos hallados son señal inequívoca
de que tuvo asiento aquí una época de mucho esplendor y riqueza, con un magnífico puerto donde confluía comercio y escuadras del imperio.
La Daniya musulmana vivi
ó épocas de esplendor, llegando a ser Reino Taifa en
el S. XI. El Reino Taifa de Dénia era uno de los más importantes de España y poseía las tierras de lo que hoy es la Marina Alta extendiéndose
hasta la actual Alicante, incluso comprendiendo parte de Murcia, así como las islas Baleares.
Con la conquista cristiana, Dénia sigue siendo “plaza fuerte” , siendo cabeza del condado y posteriormente del marquesado de Dénia. Es el quinto marqués de Dénia el más conocido ya que se trataba del Duque de Lerma y favorito del Rey Felipe III.
En el S. XIX Dénia vive una época de auge y esplendor propiciados por el comercio de la pasa. La pasa, como motor económico de Dénia fue el móvil de un gran desarrollo urbanístico y creó un ambiente cultural y una sociedad burguesa consolidada.
A principios del S. XX prospera en Dénia el comercio del juguete y la producción de pasa es sustituida por la de cítricos.
Hoy día es conocida y reconocida mundialmente por sus playas, su naturaleza
y su bienestar.