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PRESA DEL AZUD
Como su nombre árabe indica, se trata de una presa sobre el río Mundo, en donde se refleja como un espejo ese agreste enclave de Liétor. Es un paraje que recomendamos para las primeras horas de la mañana, quizás se pueda entonces observar el majestuoso vuelo de alguna garza real o su actividad pescadora en las plácidas orillas del remanso.
Oír la caída tumultuosa de las aguas del mundo al salir del Azud o ver saltar las truchas corriente arriba para superar la amplia rampa del rebosadero, son un verdadero placer.
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ERMITA DE SANTA BARBARA Y VEGA DE TALUVIA
Es un entorno de belleza singular. Sobre un montículo que se levanta en el centro del valle, está la ermita dedicada a la Santa Mártir abogada contra las tormentas. A sus pies, la presa a la que da nombre y que sirve también de aforo al caudal del río. Aquí, el legendario Mundo describe un amplio meandro antes de entrar a la espaciosa vega de Talubia. Desde la ermita se contemplan las casitas blanqueadas salpicando los feraces y bien cuidados "bancales". Cercan el paraje cadenas montañosas resguardándolo de los vientos fríos, por lo que también se denomina como "la hoya de Talubia".
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PEÑASCAL DE LOS INFIERNOS
Lugar agreste, de rocas ennegrecidas, con innumerables grietas que muestran la evidencia de un lejano cataclismo.
En una de sus covachas fue hallado en 1985 un impresionante ajuar árabe del siglo X al que ya nos referimos al hablar del museo parroquial.
A los pies del Peñascal discurre el río Mundo entre cañaverales, regando la fértil vega de Dita.
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