Opinión

por María Bengochea

El diccionario de la Real Academia Española (RAE) recoge en un artículo que “[...] tiene como misión principal velar por que los cambios que experimente la Lengua Española en su constante adaptación a las necesidades de sus hablantes no quiebren la esencial unidad que mantiene en todo el ámbito hispánico“. Sin embargo hay muchas jergas en la actualidad que difieren mucho de la función de la RAE recogida por este artículo. Como por ejemplo la jerga juvenil con palabras como tronco (con el significado de chico), mazo (con el significado de muy), pedo (que quiere decir borrachera), etc., la jerga audiovisual con palabras como racord (sensación de movimiento en el cine), scoop (primicia periodística) o la expresión mucha mierda (que significa buena suerte), etc. o, tantas de la jerga deportiva, la jerga taurina o la jerga médica. No entiendo porque la Academia se niega a aceptar dichos términos si en realidad manda por igual o quizás más la norma descriptiva (la del uso habitual de los hablantes) que la preescriptiva impuesta por el gran diccionario. Al final tendrán que aceptarlas quieran o no los dirigentes de la RAE, porque sino todos hablaremos con vocablos que no existen y realmente mal. Se sabe que la Academia es bastante conservadora y su objetivo de garantizar un estándar lingüístico común del español dudo que pueda llegar a cumplirlo. .

 


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