En los planos que John Damascene le enseñó a Nikolich y a su hija Attilia, podemos ver un largo pasillo que daba a dos habitaciones en particular, una iba a ser para el comedor:  The Dining-room y la otra para la habitación: The Bedchamber . Attilia le recordó que quería el palacio como como una carta de amor. Entonces ella le dio dos anillos que parecían dos ojos azules.

                                                                

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    Así que el palacio empezó a construirse, un día Damascene llamó a Nikolich porque excavando había encontrado una estatua de mármol que tenía forma de mujer, ésta parecía estar señalando a algo. Damascene pensó que la estatua podía ir en la entrada, pero a Nikolich no le gustaba. Entonces Damascene golpeó con un martillo el brazo de la estatua y empezó a salir un líquido rojo, como si fuera sangre. Cuando paró, se pudo ver que tenía venas, huesos y músculos, pero todo ello estaba hecho de mármol. Cuando Attilia se enteró de todo esto se sorprendió y fue a verla, pero entonces Damascene ya se la había llevado. Todo esto indicaba que algo malo iba a pasar, ya que Attilia nunca volvió a ver a Damascene por Tisa. Así que, un día Yagoda llegó con malas noticias, ya que contó que se comentaba que Damascene había tenido muchos "affairs" con muchas mujeres y que sus respectivos esposos aún lo perseguían para matarlo. Por eso, para esconderse de ellos, hacía unas noches que había vuelto al palacio. Pero la primera noche que pasó allí fue atacado, en la pelea Damascene consiguió cortarle el dedo índice a su atacante, así que este huyó corriendo. Al oír esto, Attilia y su padre fueron a Tisa para ver si Damascene estaba aún allí. Pero los trabajadores les dijeron que no y que además había dicho que les pagaran porque habían hecho un trabajo de tres años en uno y que solo había cobrado por ese. A esto, Nikolich contestó furioso que no iba a pagar hasta que no estuviera el palacio terminado. Ante todo esto Nikolich decidió llamar a John the Ladder para que le explicara quien era realmente Damascene. Pero, éste le contó que un día en la vida de Damascene era como el de cualquier otra persona. Finalmente, John le dijo a Nikolich que Damascene había decidido que no iba a trabajar más para él y que, además le había dejado una caja, en la que había un dedo índice.