por Mari Carmen Grau Rojas
¿ Cuál es su valoración global al haber realizado el trabajo compartido?
V.B.:Los científicos, dejando a un lado su sempiterna competencia en aras de una causa común, han compartido entre ellos muchas cosas y han aprendido muchas otras, de modo que el trabajo compartido ha resultado especialmente estimulante para todos.
M.G.R.:¿Cómo ve el panorama actual de las investigaciones científicas?
V.B.:Cada vez está más claro que hoy en día nos estamos quedando atrás debido a nuestra creciente especialización. El investigador se encuentra abrumado por los descubrimientos y conclusiones de miles de compañeros, hasta el punto de no disponer de tiempo para aprehender, y mucho menos de recordar, sus diferentes conclusiones a medida que van viendo la luz. Sin embargo, podemos afirmar también que la especialización resulta cada vez más necesaria para el progreso y, como consecuencia, el esfuerzo de construir puentes entre las distintas disciplinas resulta cada vez más superficial.
M.G.R.:En su estudio ha cuestionado la utilidad que de los archivos hacen los científicos. Según usted, ¿qué debe contener un archivo para que sea útil?
V.B.:Para que un archivo resulte útil a la ciencia, ha de estar en continua ampliación, almacenado en algún lugar y, lo que es aún más importante, ha de poder ser consultado. En la actualidad, confeccionamos todo tipo de archivos por medio de la escritura y la fotografía y, en menor grado, por medio de la impresión. Pero también nos ayudamos de las películas cinematográficas, de los discos fonográficos y de los cables magnéticos. Incluso, en el caso de no aparecer nuevos medios para confeccionar archivos, los existentes se encuentran sumidos en un proceso de modificación y expansión.
M.G.R.:En su investigación también presta mucho interés al proceso de la fotografía deteniendose especialmente en la fotografía en seco, ¿cree que seguirá existiendo este método?
V.B.:En la actualidad, este tipo de fotografía se da en dos formas. Cuando Brady llevó a cabo sus fotografías de la Guerra Civil estadounidense, la placa fotográfica debía estar húmeda en el momento de la exposición. Hoy en día ha de estar húmeda durante su revelado. Sin embargo es posible que, en el futuro, no tenga por qué estar húmeda en absoluto. Existen desde hace ya algún tiempo películas fotográficas que, impregnadas con una emulsión diazoica, no necesitan ser sometidas al proceso del revelado, por lo que la imagen es ya visible instantes después de haber sido operado el disparador de la cámara. Una exposición a un gas amónico destruye la emulsión que no ha sido expuesta y permite que la película recién impresionada pueda observarse a la luz del día. En la actualidad, este proceso es algo lento, pero habrá alguien que conseguirá acelerarlo en el futuro porque con el grano de la película no se dan problemas que puedan entretener demasiado a los científicos encargados de la investigación de materiales fotográficos. En muchas ocasiones resultará de gran utilidad ser capaces de disparar el obturador de la cámara y ver la fotografía inmediatamente después.
M.G.R.:También habla en su estudio sobre el uso de las calculadoras o de las máquinas que leen mediante células fotoeléctricas y de su mecanismo, ¿es tan complicado?
V.B.:Todas estas complicaciones resultan necesarias debido a la torpe forma en que hemos aprendido a escribir las cifras. Si las registrásemos de manera posicional, simplemente mediante la disposición de un conjunto de puntos en una tarjeta, los mecanismos automáticos de lectura resultarían comparativamente más sencillos. De hecho, si los puntos fuesen agujeros, podríamos utilizar las máquinas a base de tarjetas perforadas que Hollerith creó para que le ayudasen en el recuento del censo de los Estados Unidos y cuyo uso se encuentra, en la actualidad, muy extendido en el ámbito del comercio, hasta el punto de que algunos tipos de negocio a duras penas podrían funcionar en ausencia de tales máquinas.