COCAÍNA

La cocaína es un tropano, parecido estructuralmente a los alcaloides de las solanaceas alucinógenas (belladona, belanio, daturas, mandrágora, etc.) aunque muy distinto por su acción fisiológica y psicológica.

La teoría mas común para explicar sus efectos supone que no libera reserva de ciertos neurotransmisores, como sucede con las anfetaminas, sino que impide su reabsorción una vez liberados. Parece activar ante el sistema simpático, al que se atribuye el mantenimiento del organismo en estado de alerta para hacer frente a cambios externos: activa también el hipotálamo, centro al que se atribuyen la regulación del sueño, la temperatura del cuerpo y las reacciones de cólera y miedo.

La muerte se produce por paro del corazón, normalmente de modo rápido.                        

Primero hay un periodo de hiperestimulación con aumento de presión, pulso acelerado, convulsiones y amoratamiento de la piel; luego viene el periodo de subestimulación con parálisis muscular, perdida de reflejos y conciencia, dificultades respiratorias y colapso cardiaco.

A pesar de los riesgos objetivos, mientras el producto estuvo disponible en forma pura o casi pura no hubo apenas episodios mortales.

La cocaína afecta ante todo al corazón y al hígado, provocando en ellos esfuerzos adicionales. El empleo crónico o prolongado reduce también las reservas de vitamina C y del complejo B, haciendo mas oportuna la presencia de la vitamina E, que mejora la respuesta cardiaca.

Acelera el envejecimiento de la piel.

Produce efecto de optimismo y una duradera euforia, que no se diferencia de la normal en una persona sana. Se nota un aumento del autocontrol, del vigor y es capaz de trabajar. El mejor empleo se consigue administrando dosis pequeñas pero eficaces, repetidas lo bastante a menudo como para que los efectos se superpongan.

La cocaína es un estimulante mucho más vigoroso y menos dañino que el alcohol.

La inyección intravenosa de cocaína actúa casi instantáneamente, como un sentimiento a caballo entre el estupor y una sobreabundancia sin perfiles, persistiendo no más de 4 o 5 minutos. Sigue una ansiedad intensa, presagiadora de postración que trata de combatirse con nuevas inyecciones pero el ritmo necesario para no caer pronto en una abatimiento  acompañado por convulsiones y otros síntomas de hiperestimulación se hace imposible sin el consumo de alguna otra droga sedante.

                                            

Los usos comprenden tres campos básicos que son la comunicación con otros, el desempeño de alguna tarea especifica y fines medicinales en sentido estricto.