LOS GRANDES NARCÓTICOS

 

                  CLOROFORMO (Destilación del alcohol con otros compuestos):

                                                                                                                                        

Es un potente narcótico inhalable, su efecto anestésico es muy breve y tiene el riesgo del llamado colapso primario.

La muerte y las intoxicaciones agudas se deben a falta de oxigeno en el cerebro y a una profunda depresión en la mayoría de  los órganos.

Un empleo crónico produce dolores de estomago y vómitos, perdida del impulso sexual, irritabilidad, insomnio, debilidad física y mental y marasmo generalizado. Es acorde a una fuerte bebida alcohólica con efectos rápidos.

                                                                                                                                               

        ÉTER (Destilación del alcohol con ácido sulfúrico): Empleado como disolvente desde el S.XVI.

Su uso como excitante/sedante produce halitosis, mal olor, insomnio, apatía y hasta crisis epileptiformes, seguidas por una intensa postración nerviosa.

Dosis leves producen una desinhibición controlable con ciertos poderes de fantasía diurna y una sensación de que se agudizan los sentidos y el intelecto. Dosis medias y altas crean alucinaciones visuales y auditivas, y casos de delirio ninfomaníaco.

La ebriedad del éter es similar a la del alcohol.

 

         GAS DE LA RISA Y FENTANILES: Eran somníferos y sedantes antiguos.

El óxido nitroso (gas de la risa) aún se utiliza hoy en la cirugía general y odontología.

 Su toxicidad proviene de inhibir la producción de glóbulos blancos en la medula espinal, aunque hacen falta grandes concentraciones en sangre para provocar la muerte. Con dosis medias o pequeñas elimina sensaciones de dolor.

El fenanil es reciente y esta bajo el monopolio de la multinacional Johnson & Johnson, posee 40 veces mas potencia que la heroína y se utiliza hoy en día en las intervenciones quirúrgicas realizadas por clínicas occidentales.