ETER

          El éter, ó Destilación del alcohol con ácido sulfúrico, se  empleaba como disolvente desde el S.XVI.

Su uso como excitante/sedante produce halitosis, mal olor, insomnio, apatía y hasta crisis epileptiformes, seguidas por una intensa postración nerviosa.

Dosis leves producen una desinhibición controlable con ciertos poderes de fantasía diurna y una sensación de que se agudizan los sentidos y el intelecto. Dosis medias y altas crean alucinaciones visuales y auditivas, y casos de delirio ninfomaníaco.

La ebriedad del éter es similar a la del alcohol.