VISIONARIOS Y ALUCINÓGENOS:

 

-      MESCALINA:

 Principio básico del peyote, carece de dosis mortal conocida.

Por vía oral la dosis activa mínima ronda los 100 gramos, si bien  solo 500 o 600 miligramos producirán

una experiencia visionaria muy intensa, que durarán entre 6 y 10 horas.

            Dentro del sistema nervioso, el principal órgano afectado es el hipotálamo

            - LSD

      Dietilamida del ácido lisérgico, es una de las principales drogas en la categoría de los alucinógenos.

Fue descubierta en 1938 y, entre las sustancias químicas que alteran el estado de ánimo, es una de las más potentes. Se fabrica a partir del ácido lisérgico, encontrado en un hongo que crece entre el centeno y otros cereales.

Se vende en la calle en tabletas, cápsulas y, a veces, en forma líquida. Es inodora, incolora y tiene un sabor ligeramente amargo. Suele consumirse por vía oral. Con frecuencia, se agrega la LSD a un papel absorbente, como el papel secante, que se divide en pequeños cuadrados decorados, cada uno de los cuales constituye una dosis.

Estos se conocen como “Tripis”.

                                                                          

 

                                   

 

Los efectos de la LSD son impredecibles. Dependen de la cantidad ingerida; de la personalidad, estado de ánimo y expectativas del usuario; y del ambiente en el que se usa la droga.

 Por lo general, el usuario siente los primeros efectos de la droga de 30 a 90 minutos después de tomarla. Los efectos físicos incluyen dilatación de las pupilas, sudoración, falta de apetito, insomnio, sequedad en la boca, temblores y aumento de la temperatura corporal, la frecuencia cardiaca y la presión arterial.

Es posible que el usuario sienta varias emociones diferentes a la vez o que pase rápidamente de una emoción a otra. Si se toma en una dosis suficientemente alta, la droga produce delirio y alucinaciones visuales. El sentido del tiempo y el de sí mismo cambian en el usuario. Las sensaciones parecen "cruzarse", dando al usuario la impresión de oír los colores y ver los sonidos. Estos cambios pueden ser atemorizantes, causándole pánico al usuario.

 

Algunas personas que usan LSD sufren pensamientos y sensaciones sumamente aterrorizantes, tienen miedo de perder el control, de volverse locos y de la muerte, y se sienten angustiados. Han ocurrido algunos accidentes mortales durante estados de intoxicación con LSD.

Muchos usuarios de LSD padecen "flashbacks" o "deja vues", es decir, recurrencias de ciertos aspectos de sus experiencias, sin haber ingerido nuevamente la droga. Un "flashback" sucede súbitamente, sin previo aviso y puede ocurrir desde unos días hasta un año después de haber usado la LSD.

 

Los usuarios de LSD pueden manifestar síntomas persistentes parecidos a los de la esquizofrenia o la depresión.

La LSD no se considera una droga adictiva, ya que no causa un comportamiento compulsivo tendiente a la búsqueda de la droga, como sucede con la cocaína, las anfetaminas, la heroína, el alcohol y la nicotina. Sin embargo, al igual que muchas de las drogas adictivas, la LSD produce tolerancia, de manera que algunas personas que usan la droga repetidamente deben tomar dosis cada vez más fuertes para lograr el mismo estado de intoxicación que lograban anteriormente. Dada la naturaleza de la droga, esta práctica es sumamente peligrosa.

 

 

-      ERGINA:

 

El efecto de la Ergina es muy curioso, ya los primeros botánicos españoles observaron que los individuos lo tomaban a solas, con su curandero, en un lugar solitario, donde no pueda escuchar “tan siquiera el canto de un gallo.”

En dosis altas, de 4 miligramos o más, hay una fase inicial de apatía y vacío psíquico, con sensibilidad incrementada para estímulos visuales, y solo varias horas después se obtiene un periodo de serenidad y bienestar, que puede prolongarse varias horas más.

     La dura fase inicial, acompañada por algunas molestias de estómago y vértigos, contiene elementos de angustia que potencian el carácter liberador de la segunda, pues no sólo posee virtudes visionarias, sino un intenso poder sedante, desconocido en otros fármacos de su especie.

 

-      HONGOS PSILOCIBIOS Y SUS ALCALOIDES:

 

(También conocida como “Morning Glory” o “Manto del cielo”).

En dosis leves y medias, la psilocibina es como una LSD más cálida, menos implacable en la lucidez interna, con una capacidad visionaria no inferior a la mescalina.

Si la LSD invoca finalmente experiencias de muerte y 

             resurrección, la psilocibina llama más bien a experiencias de amar y

 compartir. Provoca visiones complejas y nítidas, y, en situaciones inadecuadas, hasta individuos que

 tienden a tener buenos “viajes”, puede verse inmerso en trances duros, o incluso muy duros, donde

              sólo defiende el querer saber.

 

 

 

-      NUEZ MOSCADA:

 

 Es una especie muy utilizada en la cocina, y sus semillas secas y trituradas, ingeridas o fumadas, estimulan el sistema nervioso central, causando delirios y efectos similares a una ligera dosis de LSD.

 Los efectos secundarios pueden ser vértigos, náuseas y malestar general.

 

-      AMANITA MUSCARIA:

 

Es la seta con efectos alucinógenos más habitual en nuestro medio. Se trata de un hongo considerado como una de las sustancias alteradoras del sentido de la realidad usada por los chamanes como medio para lograr el éxtasis y el contacto con los espíritus.

 

        Algunas horas después de la ingesta se produce una intoxicación con molestias gastrointestinales, la

habladuría, trastornos perceptivos, normalmente alucinaciones visuales y auditivas.

     Los síntomas desaparecen después de 2 o 3 horas.

 

 

 

-      AYAHUASCA, IBOGA Y KAVA:

Las interesantes plantas trepadoras de Banisteriopsis caapi o Banisteriopsis inebrians son originarios de América. Crecen en el valle del Amazonas, al este de Ecuador y en algunas zonas de Perú, Colombia y Venezuela.

Con la corteza de estos bejucos y las hojas de otras plantas propias de la región, como la chacruna, se prepara una importante bebida ceremonial que recibe el nombre de ayahuasca. Durante años ha sido consumida con fines rituales en pueblos indígenas de Brasil, Ecuador y los Andes periuanos.

Los efectos comienzan aproximadamente 30 minutos después de su administración por vía oral y se prolongan alrededor de cuatro a seis horas.

A nivel físico, la ingestión de ayahuasca puede provocar náuseas, fuertes vómitos, diarrea, dilatación de pupilas, aumento del ritmo cardiaco y la presión sanguínea. No hay historias sobre daños físicos ocasionados por su consumo prolongado. Aunque sí hay observaciones respecto a un probable desarrollo de cambios a largo plazo en el sistema nervioso central tras un periodo de uso continuo.

Por otro lado, el Iboga es un arbusto perenne de las selvas tropicales del Africa Occidental, de la familia de las Apocynaceae.

Con fines medicinales y alucinógenos se recogen las raíces que, una vez secas, contienen doce alcaloides indólicos, siendo la ibogaina lo más importante. (La ibogaina es un fuerte estimulante psicoactivo, lo cual produce efectos alucinógenos cuando tomado en dosis elevadas.)

La medicina tradicional ha utilizado la iboga como afrodisíaco y euforizante. Se dice que duplica la potencia muscular, agudiza la vista, estimula la digestión y el apetito.

Iboga ha sido el primer antidepresivo de la medicina oficial.
 

Muestra un efecto relajante, pero manteniendo simultáneamente un estado mental alerta y tranquilo.