Harold Pinter:
Dentro de este autor observamos tres etapas
fundamentales de las cuales hemos extraído tres obras distintas para poder desgranar todos los aspectos
de este escritor en sus distintas formas de asimilar el teatro según va pasando
su vida.
En la primera obra que hemos elegido (Dumb Waiter) encontramos dos
personajes totalmente contrapuestos ya que por un lado aparece un hombre cuyo
nombre será Ben y por otro estará Gus, los cuales darán un juego sensacional a
la obra cuyo medio principal de expresión es el diálogo el cual hace que se
enfrenten entre ellos para dar lugar al desenlace de la obra pero todo
concebido con un toque exquisito de humor además de dar muestra de una total
indiferencia en cuanto a su personalidad, la cual definiríamos como poco usual
y atrevida por parte del autor ya nos enseña las conversaciones entre dos
asesinos acerca como conseguir dar muerte a una victima desconocida; así vemos
a un autor que se enfrenta a los problemas de forma suelta y tranquila dándonos
lugar a pensar que se siente totalmente identificado con ellos pues él vive la
etapa de juventud de su vida.
En la escena de esta obra encontramos un
sótano, en el cual hay dos camas y una ventanilla cerrada entre ambas. Hay una
puerta a la izquierda que conduce a la cocina y a los servicios y otra a la
derecha que conduce a un pasillo.
Podemos hablar de una obra totalmente cómica, a
pesar de que el humor no es verbal, sino que procede de los personajes.
El argumento básico de la obra es que estos dos
personajes esperan la llamada del que los ha contratado para que les diga a
quién tienen que matar. Al final de la obra,
en un momento dado, Gus sale de la habitación. Cuando vuelve a entrar,
Ben está preocupado por la llamada. Cuando ésta se produce, Ben la atiende y al
finalizar coge el revolver y mata a Gus, ya que el que los había encontrado le
dijo que tenía que matar al primero que cruzara la puerta para salir.
Esta obra de Pinter, se encuadrada en el teatro
del absurdo, al igual que “Waiting for Godot”
De Samuel Beckett.
La acción de la obra se basa en la falta de
comunicación (frases sin sentido, cambio de las palabras…).
Los personajes del teatro del absurdo sólo existen
cuando están sobre el escenario. Antes de subir al este y tras la
representación, los actores no tienen biografía. Sólo lo que dicen sobre el
escenario es lo que tiene valor.
Las pausas y los silencios llenos de sentido son otros de los
elementos importantes. Tanto “The Dum Walter” como “Waiting for Godot”
deben ser leídos de manera distinta a como leemos los textos realistas.
En la segunda obra presenciamos un cambio
radical con respecto a su etapa anterior ya que simplemente los personajes
pasarán a ser cuatro,tres hombres y una mujer pero
además de este dato señalamos que trama es totalmente compleja pues tenemos una
mezcla entre tragedia y farsa así obtenemos como Stella casada con James
recurre a Bill cuando se siente sola ya que su marido no está a su lado pero esse te entera de lo sucedido y pide explicaciones a Bill
quien en un principio negará todo pero conseguirá afirmarlo al final y así
aparece Harry fiel protector de Bill quien hablará con Stella intentando hacer
que ella ayude a Bill mientras este es el único culpable ante su marido.
Gracias a este enredo encontramos un enfoque distinto que nos da a entender que
Pinter ve la vida como un cúmulo de circunstancias cotidianas que juntas dan
lugar toda una serie de peripecias que nos llenan cada uno de nuestros días.
En la última obra analizada de este autor
encontramos el relato de una fiesta que es exclusiva para un grupo determinado
de gente los cuales, como clase social bohemia, olvida por completo todos los
problemas que acuden a su alrededor por ello está creada esta fiesta. En esta
obra lo que realmente quiere resaltar el autor es el inmovilismo social que se
produce en la gente y la forma en que estos se desenvuelven ante distintas
situaciones en un espacio bastante reducido y la forma que tienen los
personajes para defenderse y evadirse. Como sentimientos fundamentales la
intolerancia y la culpabilidad de la indiferencia.
Con estas tres obras demostramos que Harold
Pinter posee gran interés en su forma de escribir tanto como en su forma de ver
la vida ya que sus obras poseen gran similitud con la vida cotidiana pero desde
su propio punto de vista.