Situada en la plaza de Santa María es el monumento barroco más importante de la zona levantina. Colaboraron en esta monumental obra, que se inició en 1673 con restauraciones de gran importancia hasta los años 1902 y 1939, varios autores de los que citamos a los arquitectos Francisco Verde, Pere Quintana, Joan Fauquet, Marcos Evangelio, etc. Como figura importante y singular destacamos a Nicolás Bussy, escultor y arquitecto que fue quién diseñó y realizó la monumental portada de la fachada principal.
Convendría destacar que en la iglesia de Santa María de la Asunción tiene lugar cada año la representación de la festa o misterio de Elche, drama sacro lírico totalmente cantado que se divide en dos actos. El día 14 de agosto se representa la Vespra que se refiere a la muerte de la virgen María, y el día 15, la festa que desarrolla la Ascensión de la Virgen y su coronación por la Santísima Trinidad.
El misterio de Elche debe llamarse la Festa puesto que la palabra Misterio alude a las medievales representaciones que tenían lugar en los atrios e interiores de las iglesias y que desaparecieron con el Concilio de Trento. Es una ópera singular, cuyo texto en verso está escrito en valenciano antiguo. El consueta o libro que contiene la música y el canto se conserva en la cuidad de Elche como una joya de la cultura valenciana. Vale la pena visitar Elche a mediados de agosto para asistir a esta representación, que por su tramoya, escenografía y pureza de voces de niños y adultos resulta la manifestación más genuina del arte popular del medioevo español.
En cuanto a la obra, la iglesia de Santa María se desarrolla en planta de cruz latina con capillas laterales y un crucero corto que es envuelto por una girola que da entrada a su vez a la capilla de la Comunión. A un lado, entre el cuerpo principal de la iglesia y la capilla de la comunión, se emplaza la sacristía y la escalera que da acceso a los corredores superiores.
Sobre el crucero de la iglesia se levanta una gran cúpula con pechinas barrocas cuya ornamentación vale destacar y donde figuran los cuatro evangelistas. La cúpula de la capilla de la comunión es también muy interesante y se remata con una linterna que da una luz ambiental bastante intimista.
Refiriéndonos al interior de la nave principal diremos que se cubre con bóveda de cañón seguido la cual se va interrumpiendo en algunos puntos por arcos torales. Esta bóveda tiene una iluminación rasante por lunetos que crean una perspectiva que nos guía la mirada hacia el presbiterio. Allí esta colocado un templete de mármoles de colores, rematado en ángeles, que fue construido en Génova.
Son también particularmente interesantes las distintas portadas que tiene la iglesia. Aparte de la fachada principal que mira a poniente está la de San Agatángelo y la del Órgano, al norte, y la de San Juan al sur. También existen unas puertas menores que comunican con el vestíbulo de la sacristía y con la capilla de la comunión.
Destaca junto a la puerta principal la torre cuadrada, maciza, que ayuda a equilibrar el frontón de remate de la portada principal. Pero lo verdaderamente importante es la mencionada portada principal que está ornamentada con columnas salomónicas y una abigarrada decoración de frutos, cariátides y niños juguetones sobre los que destaca la Hornacina dedicada al tema de la Asunción de María.
Por su imponente altura la basílica se distingue como un valor importante del centro urbano. Es un punto singular que se contempla desde el campo, y la torre, especialmente, se divisa entre los huertos de palmeras siendo un hito que señala la vida religiosa de la cuidad. La cúpula rematada en azulejería de un tono azul fuerte se distingue también a distancia y renueva en el espectador esa imagen a la que está tan acostumbrado cuando visita la zona de levante y contempla sus iglesias con medias naranjas azuladas.