Los colores
Uno de los elementos
distintivos del Barça son los colores que visten
sus jugadores.
Hace
más de cien años que los colores azul y grana
viven unidos en las camisetas de los deportistas
del FC Barcelona, por eso el club es también
conocido como el equipo azulgrana. Son colores
que siempre han estado presentes en la
indumentaria del equipo, especialmente en la
camiseta. En cambio, los pantalones fueron de
color blanco durante los diez primeros años de
historia del club, después negros, y desde la
década de 1920, azules.
Pero más allá de la identificación del Barça con
los colores azul y grana, es lógico preguntarse
si dichos colores fueron fruto de una elección
específica, y si dicha elección perseguía algún
motivo en concreto. Son varias las teorías
que circulan en relación a esta elección, aunque
en este momento no hay ninguna que esté
lo bastante contrastada como para considerarla
válida. Como es natural, todas las teorías
tienen que ver con los propios orígenes de los
fundadores del club. Por eso, por ejemplo,
se especuló con que los colores azul y grana ya
se encontraban en un club de fútbol suizo
fundado anteriormente por Gamper, o
que pertenecen a la franja helvética, que es de
donde procedía el fundador. Ahora sabemos que
estas hipótesis no son ciertas.
En cambio, siguen siendo hipótesis no
demostradas todas las que afirman que los
fundadores se inspiraron en los colores de los
lápices de contabilidad que se utilizaban en la
época, que tenían un color en cada extremo,
precisamente el azul y el rojo. U otras teorías
aún más prosaicas, como la que sostiene que la
madre de los hermanos Comamala distribuyó fajas
azules y rojas para que aquellos jóvenes
jugadores se pudieran distinguir, cuando aún no
tenían uniforme. Como apuntábamos al principio,
ni éstas ni otras teorías han podido explicar
adecuadamente por qué el Barça utilizó, desde un
buen comienzo, los colores azul y grana. Unos
colores, pues, intensos y enigmáticos.
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Himno
Como un ritual
perfectamente establecido, en los inicios de los
partidos del Camp Nou la megafonía del estadio
hace que se oiga muy fuerte el himno del club,
el 'Cant del Barça', que los aficionados entonan
también.
El 'Cant
del Barça' no es, sin embargo, ni el primer ni
el único himno que ha tenido el club. Se
estrenó el 27 de noviembre de 1974, durante los
actos del 75 aniversario de la entidad, antes
del partido que culminaba aquella efeméride.
3.600 cantantes, dirigidos por el maestro Oriol
Martorell, desde el césped del estadio, pusieron
voz al nuevo himno por primera vez en público.
La letra era obra de Josep Maria Espinàs y Jaume
Picas, y la música de Manuel Valls. Rápidamente,
el himno se hizo muy popular gracias al
ritmo, ya que es posible acompañarlo picando
palmas, y a una letra muy acertada que resume
los valores vinculados al barcelonismo,
especialmente el espíritu hospitalario con todos
aquellos que quieren integrarse en la sociedad
catalana y el espíritu de club, que tiene que
estar presente en toda la masa social.
Asimismo, éste no ha sido el único himno que ha
tenido el club. El primero se estrenó el 18 de
febrero de 1923, con letra de Rafael Folch i
Capdevila y música de Enric Morera. El estreno
corrió a cargo del Orfeó Gracienc, y tuvo
lugar en el campo de Les Corts, en el contexto
de un homenaje del fútbol catalán a Joan Gamper.
Con los términos grandilocuentes de la época, la
letra enfatizaba la relación entre “deporte y
patria”.
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El escudo
Pocos elementos
singularizan más la imagen de un grupo
organizado como el escudo. Desde el mismo
momento de su fundación, el Barça tuvo ya un
escudo que los jugadores lucían con orgullo en
la camiseta.
Era
el escudo de la ciudad de Barcelona, embaldosado
con cuatro cuartos. Arriba lucía una corona y un
murciélago, y estaba rodeado por dos ramas, una
de laurel y otra de palmera. Era una forma de
expresar, desde buen principio, la vinculación
del club con la ciudad que le vio nacer.

Este escudo estuvo vigente hasta el año 1910.
Después de que Gamper salvara el club de la
profunda crisis de 1908, los intentos de
proporcionarle a la entidad un escudo propio y
diferenciado dieron sus frutos. En 1910, el
Barça convocó un concurso abierto a todos los
socios que tuvieran propuestas. Ganó el dibujo
de Carles Comamala, jugador del club entre 1903
y 1912, y por aquel entonces estudiante de
medicina y un gran dibujante. Así nació el
escudo que el club ha lucido desde entonces, con
pocas variaciones. Se trata de un escudo con
forma de olla que mantenía en los cuartos
superiores la Creu de Sant Jordi y las cuatro
barras, elementos representativos de Barcelona y
Catalunya, respectivamente. En el centro del
escudo, en una franja, aparecen las iniciales
del club, F.C.B., y en la parte inferior los
colores azul y grana con un balón de fútbol. En
definitiva, un escudo que reflejaba la dimensión
deportiva y la vinculación del club a la ciudad
y el país.

Desde 1910, los cambios introducidos en el
escudo han sido mínimos, la mayoría de carácter
estético, con pequeñas modificaciones en el
trazo de su perfil. Los más importantes son los
que se tuvieron que hacer debido
a condicionantes políticos. Con la instauración
del franquismo, las siglas F.C.B. fueron
sustituidas por C.F.B., en consonancia con la
castellanización de la denominación del club. La
dictadura también obligó a sustituir las cuatro
barras del cuarto superior, que quedaron
limitadas a dos, y la bandera catalana quedó
eliminada del escudo. Aprovechando los actos del
50 aniversario del club, en 1949, se recuperaron
las cuatro barras. Las siglas originales no se
recuperaron hasta finales de 1974, de modo que
el escudo volvió al contenido original de 1910.

La forma actual del escudo corresponde a la
adaptación que hizo, en el año 2002, el
diseñador Claret Serrahima, que se decantó
por unas líneas más estilizadas, surpimió los
puntos que separaban las iniciales del club,
abrevió el nombre y redujo el número de puntas.
Cabe decir que este escudo presenta unas líneas
más sencillas, que facilitan su reproducción en
todos los formatos de la identidad corporativa
de la entidad.

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