por Maria josé Martínez y Elena Artés
M.J.M. y E.A. :Tras el fin de la guerra, ¿cree usted que los biólogos e investigadores médicos se enfrentarán a una crisis por la falta de objetivos?
V.B.:Los biólogos y, en concreto, los investigadores médicos, se enfrentarán ahora a un grado de indecisión más bien pequeño, pues la guerra apenas les ha obligado a abandonar sus caminos habituales. De hecho, muchos de ellos han podido continuar sus investigaciones en los mismos laboratorios en los que trabajaban en tiempos de paz, y sus objetivos continúan siendo los mismos que antes de la guerra.
M.J.M. y E.A.:¿Cuáles han sido los beneficios que el ser humano ha extraído del uso de la ciencia y de los instrumentos que su investigación ha dado como fruto?
V.B.:En primer lugar, han aumentado su control sobre el entorno material. Han mejorado su comida, su vestido y su vivienda, además de aumentar su seguridad y liberarlo, al menos en parte, de las ataduras de la existencia primitiva. Asimismo, le han proporcionado un creciente conocimiento de sus propios procesos biológicos, de modo que lo han ido liberando progresivamente de la enfermedad y han aumentado su esperanza de vida. Al mismo tiempo, han arrojado luz sobre las interacciones de sus funciones psíquicas y fisiológicas, otorgándole la promesa de una mayor salud mental.
M. J. M. y E. A.:¿Cómo ha influido la ciencia en las formas de comunicación y de conocimiento?
V.B.:La ciencia ha proporcionado al ser humano formas veloces de comunicación entre personas individuales, le ha permitido el almacenamiento de las ideas y le ha otorgado la posibilidad de manipular este archivo y extraer de él ideas, de modo que el conocimiento evolucione y perdure a lo largo de toda la existencia del género humano, y no sólo de la vida de sus componentes individuales.