Hija de la baronesa holandesa Ella van Heemstra y de su segundo marido inglés, Joseph Victor Anthony Ruston,Audrey Hepburn nacía el 4 de mayo de 1929 en Bruselas, Bélgica, con el nombre de Audrey Kathleen Ruston. Tras la Segunda Guerra Mundial, su padre recuperaría el apellido de su abuela materna, Kathleen Hepburn, porque le parecía más elegante convirtiéndose así en Audrey Kathleen Hepburn-Ruston. El hogar van Heemstra-Ruston de Bruselas, no fue sino una de las muchas residencias que la pequeña Audrey tuvo en su infancia. Su padre trabajaba en Inglaterra como asesor de seguros. En estos primeros años, en los que la familia vivía en Bruselas, Joseph viajaba a menudo a Inglaterra, para despachar con la oficina de gestión financiera que la compañía tenía en Londres
A finales de mayo de 1935, sin haber mediado amenazas ni aviso previo, Joseph Ruston hizo las maletas y sin decir palabra a nadie salió de la casa de la rue Keyenveld para no regresar jamás. Ante la situación, sus padres deciden inscribrla en un internado en Inglaterra. Aquí, empieza a descubrir un nuevo mundo gracias a la danza. Audrey adoraba y esperaba con impaciencia sus clases semanales de ballet en la escuela. Es por eso que en 1939 inicia las clases en el conservatorio de Arnhem, en Holanda, hasta que en 1945 decide pasarse a las clases de baile de Sonia Gaskell, en Amsterdam. En realidad, sus primeras tomas de contacto con la danza, el cine y el teatro tuvieron lugar precisamente en Holanda, con films poco conocidos producidos por este país y con pequeñas producciones teatrales.
En esos años la vida se hacía muy difícil por la segunda guerra mundial que se aproximaba. La guerra fue desastrosa también para su familia. Uno de sus hermanos fue llevado a un campo de concentración. El otro se perdió en los ataques de resistencia. Tras cierta toma de contacto de sus padres con el fascismo, en los comienzos de la guerra, tanto Audrey como su madre colaboraron desde Holanda con el ejército aliado. Ella misma confiesa que estos momentos de su infancia se convirtieron en muy similares de los que vivió Ana Frank. Su infancia fue dura y difícil debido a la guerra pero también a la rigidez y exigencia de su madre, que nunca le demostró su afecto. Su padre tampoco se mostró demasiado paternal con ella.
1952 fue el año de su gran descubrimiento. El director William Wyler le ofreció protagonizar la comedia romántica Vacaciones en Roma. En 1953 empieza a trabajar en la película junto a Gregory Peck y se convierte en su primer gran éxito como protagonista. .A partir de ahí su vida cambió: había nacido una nueva estrella del cine. Obtuvo su primer premio, el Oscar a la mejor actriz. A partir de este momento empezaba también lo que se convertiría en una larga amistad entre Audrey y Hubert de Givenchy que continuaría durante toda la vida de la actriz.
Audrey se había convertido en la chica de la comedia romántica, delicada y sutil, siempre emparejada con actores que le superaban largamente en edad. Siguiendo esta línea, el director Stanley Donen pensó en ella para el papel de una librera apasionada de la lectura y con poco glamour en Una cara con ángel, donde la acompañaría el mítico Fred Astaire. Durante este periodo protagonizó un par de películas más que pasarían bastante desapercibidas. Pero llego 1961, y de la mano de Blake Edwards, junto a George Peppard, interpretó en el que se convertiría sin duda alguna en el papel de su carrera y por el que siempre sería recordada, Desayuno con diamantes, por la que consiguió una nueva nominación al Oscar a mejor actriz.
A partir de ese maravilloso período comienza a filmar sin parar y a extender su larga trayectoria con varias películas imposibles de olvidar. Volvía a la comedia con Sabrina, en 1954 de la mano de Billy Wilder. En este año también se produce su salto al teatro con Ondine, representado en Broadway. En 1956 trabajó en Guerra y Paz, film en el que conoció al que posteriormente se convertiría en su marido, Mel Ferrer. Desayuno con diamantes, rodada en 1961 se convirtió en su gran film. Junto a éste, Sola en la oscuridad, en 1967 e Historia de una monja, en 1959, donde en ambas interpretaba un papel más dramático consiguió tres nuevas nominacines al Oscar como mejor actriz. En 1958, obtuvo el premio a mejor actriz en el festival de San Sebastián y el Bafta Británico en la misma categoría por Historia de una monja, y más tarde repite este galardón con la película Charada en1963, una divertida comedia de intriga protagonizada junto a un Cary Grant ya entrado en años.
Su vida estuvo llena de contrastes, pues mientras con su carrera cinematográfica conseguía un éxito tras otro, lo cierto es que en su vida personal fue muy desgracia. Nunca fue realmente correspondida en el plano sentimental y padecia cierta tendencia a problemas de depresión casi continuos. Así pues,en el plano personal, finalmente Hollywood consigue culminar la unión entre Audrey y Mel Ferrer, actor que por aquel entonces se hallaba en la cima de su carrera. Deciden casarse el 25 de septiembre de 1954 y viven diez complicados años en pareja. Tras un aborto, la ilusión de Audrey de convertirse en madre se hace realidad, y el 17 de julio de 1960 nace su primer hijo, Sean. Su matrimonio se va deteriorando ante los abortos y depresiones de Audrey, y en noviembre de 1968 se divorcian. En enero de 1969, insiste con la idea de casarse nuevamente, y esta vez su compañero es un psiquiatra italiano, Andrea Dotti, del cual nace su hijo Luca Andrea, el 8 de febrero de 1970. Pero pronto le llegarían problemas a Audrey, porque tuvo que soportar las inevitables infidelidades en su vida conyugal y esto llevaría a un irremediable divorcio, en 1976.
Tras los todos los baches y dificultades por los que atravesó en sus relaciones sentimentales, decide retirarse para cuidar de su dos hijos durante algunos años, regresando en 1976 con la historia final de Robin Hood en Robin y Marian , un film dirigido por Richard Lester. Pero ella necesitaba encontrar su lugar en el mundo y lo encuentra refugiándose en su casa de campo. Lejos del ruido de la ciudad, compra una propiedad de 30 años antigüedad en Suiza, en un pueblo de medio millar de habitantes, Tolochenaz -sur Morges. Aunque progresivamente la separación del mundo del cine se va consolidando, igualmente frecuenta los sets de rodaje, donde conocerá a su último amor, el actor holandés Bob Wolders. Fue su declarado único fiel amor: "Él me hizo vivir de nuevo, darme cuenta que no todo se había terminado para mí".
< p align="justify"> En 1988 fue nombrada embajadora de UNICEF y su solidaridad humanitaria por los niños pobres marcó sus últimos días de su vida. Los viajes a Sudán, El Salvador, Guatemala, Honduras y Vietnam fueron ocupando una larguísima agenda donde siempre faltaban horas. Viajó a Somalia poco antes de que se le declarara la enfermedad terminal, el cáncer de colón, que la hizo abandonar toda su generosa actividad. El día de su desaparición, un 20 de enero de 1993, sus cinco hombres estuvieron juntos acompañándola.Su personalidad y su estilo fueron dignos de una moda inolvidable, inmortalizada en el tiempo.Su última actuación no pudo ser más a lo grande, junto al gran director Steven Spielberg, en Always en 1989.En 1993, algunos meses después de su muerte, la academia de las Artes y Ciencias Cinematográficas de Hollywood le concedió un Oscar Humanitario Jean Hersholt por su labor como embajadora permanente en UNICEF.Para más informació sobre su carrera se puede consultar su página web oficial