Según la crítica clásica de de Aristóteles (siglo cuarto a.C.), la obra de Orwell no estaría demasiado bien vista, pues éste filósofo y crítico defendía en su obra La poética, ante todo la poesía, idealizaba la representación de las acciones humanas, y tomaba a la tragedia como una imitación seria y dramática de un gran valor, y ante la cual la narrativa no tenía nada que hacer. También ponía en manifiesto que la obra debía tener una estructura claramente dividida en tres partes: introducción, desarrrollo y final, característica que "Rebelión en la Granja" no cumple diferenciando fundamentalmente las partes, pero sí se desarrolla en un plano cronológico. La crítica aristotélica se interesa excesivamente la Retórica y a la purga de las actitudes incorrectas, y la obra de Orwell está realizada contrariamente a lo establecido por la socieda, y se caracteriza, sobre todo, por la sencillez y la facilidad de su lenguaje. A esta tendencia se vuelve durante el Renacimiento.
Otro autor griego importante es Longino, que defiende el espíritu, lo sublime, y un estilo entusiasta y elocuente. La obra de Orwell es muy elocuente, y sus propósitos se pueden ver claramente sin esforzarse, además también existe un fuerte aspecto relativo a la sublimidad en esta obra, pues se aprecia un fuerte temor ante la Segunda Guerra Mundial al igual que provocaría la Revolución Rusa en su momento, y los horrores que ésta ha provocado en Inglaterra, ante lo que muestra un pánico y una impotencia terribles. En cuanto al estilo, Longino defiende "decoro" en cuanto a representación y relación de superioridad o inferioridad de los personaje, además de que también aboga por el verso. Orwell, hace todo lo contrario en su obra, pues la especie animal se iguala a la humana, aunque sí que es cierto que se establecen unas fuertes diferencias de subordinación y supremacía entre los mismos animales; tampoco Orwell en "Rebelión en la Granja" opta por el verso, sino por la prosa y sobre todo, por un género literario destacado en la modernidad como es la fábula.Como Longino, Orwell piensa que su obra está escrita para "para enseñar y deleitar", es decir, para ver si se podía mejorar un poquito la situación de después de la guerra y también si era posible, por que no, deleitar y entretener a sus lectores. También Orwell, respetaba el aspecto que fundamentaba Longino en cuanto a que una obra no debía ser la realidad exacta, sino una copia de la realidad tratada por diferentes medios, como en este caso la alegoría.
Según la crítica de la Edad Media,
una crítica por cierto muy interesente, Orwell debe ceñirse
a la versificación, a la Retórica, y a la gramática,
lo cual Orwell respeta en algunos casos, pues su lenguaje es elocuente,
correcto y cuidado, aunque bastante claro y sencillo, nada de recargado.
Los teólogos eclesiásticos que dominaban la crítica,
decían que la literatura era el complemento de la filosofía
y la teología. La crítica medieval se aleja un poco del clasicismo,
se empieza a preocupar un poco no por lo establecido, sino por los intereses
de cada situación o momento. Los teólogos sentían
interés por la creación artística, y las materias
científicas e ideológicas, así que Orwell iba a ser
muy afortunado gracias a ellos. Empieza a fraguarse el lenguaje figurado,
los ornamentos, y se altera la estructura de la obra, y como hemos dicho
anteriormente, Orwell basa su obra en la alegoría una
gran figura literaria, aunque no en el plano ornamental; y también
aclaré que la obra de Orwell no se ceñía exactamente
a los cánones de estructuración de la obra clásica.
San Agustín, un crítico y escritor
medieval, condenaba a los poetas pues dibujaban a los dioses como seres
viciosos, y se decantaba más que nada por la prosa, como nuestro
querido autor inglés Orwell, aunque no por las mismas razones, sino
por su propio interés. La obra de San Agustín ha contribuído
a convertir la literatura del momento, hasta la modernidad, en un movimiento
cultural de base moral y religiosa, y la obra de Orwell respeta por una
parte la moral y la cultural común (herencia tradicional) de las
gentes, pero no es un autor que en sus obras se refiera a Dios o a lo Divino.
San Agustín dejó claro que los puntos morales y literario
que había impuestos no se debían alterar, y sí cumplir.
San Agustín fue seguido por Isidoro de Sevilla. Pero la crítica
de San Agustín se ve truncada con la aparición casi a finales
de la Edad Media de la Divina Comedia de Dante. Empiezan los problemas
de la aceptación de las lenguas vernáculas, a lo que Orwell
apoya con algunos de sus ensayos. La Divina Comedia de Dante respeta el
decoro, y la copia de la realidad, pero discute acerca del estilo, la versificación,
y los dialectos que debían de ser respetados, es decir, que se aproxima
poco a poco, a las obras modernas, entre ellas la de Orwell. Por su parte
Boccaccio, parecía no querer evolucionar, pues defendía
la poesía en su obra Genealogia Deorum Gentilium, que es
una obra muy importante para los estudiantes de crítica literaria.
Según las críticas renacentistas, la
obra de Orwell es perfecta, pues es independiente de la religión
, y defiende los ideales humanísticos. Una de las principales ideas
del Renacimiento es la de "verosimilitud", que es el objeto de la difusión
de todos los géneros literarios, de la poesía y el drama,
sobre todo, pero también de la épica. Se vuelven a retomar
las ideas del clasicismo, aunque se sigue discutiendo sobre la división
de las partes de la novela. Se vuelven a instaurar las tendencias, de Platón
y Aristóteles, con el Humanismo, y se le aporta mucho lanzamiento
al Racinalismo. La crítica italiana es la que destaca durante el
siglo XVI y entre sus críticos, Minturno, Scaliger, Castelvetro;
y durante el siglo diecisiete, la más representativa es la francesa.
En la crítica francesa, se refiere a la lengua francesa y a su literatura
como el conjunto de los pueblos que han vivido en Francia, desde el clasicismo,
hasta ese mismo momento, y por eso se debe respetar la variedad en las
lenguas, idea que respeta Orwell en muchos de sus ensayos. La crítica
francesa está en la misma dirección que el clasicismo, y
existe una cristalización racional de la crítica teórica,
y se llega por fin, a la codificación de los principios de la estructura
de la obra literaria. Los principales críticos frances fueron Chapelain,
Corneille, Rapin, Le Bossu, Boileau.
Durante el Renacimiento inglés, se defiende la Retórica y la dicción, y estas ideas fueron apoyadas por los lingüistas Caxton, Leonard Cox y Thomas Wilson. Orwell no está demasiado de acuerdo con el hecho de utilizar el lenguaje para convencer a la gente sin tener razón, por eso acusa a la Retórica, y dice que hay que mostrar la realidad a la gente tal y como es. Con el libro Governour de Thomas Elyot, éste deja claro que la lengua inglesa es un vehículo de transmisión, y está en contra del humanismo y todo aquello que trate de defender la variedad de las lenguas. Los ingleses tenían debilidad por el vocabulario de todos los planos de la lengua, y sobre todo, del procedente del latín y el griego. Se respetaron demasiado términos como el decoro, la imitiación, y la versificación. Los versos ingleses respetaban el ritmo de los versos, y se respetan las formas clásicas de los versos, medidos por el hexámetro, al contrario Orwell hubiera sido criticado pues se decantaba por la sencillez del lenguaje, y por otro género literario, como era la narrativa. Con el surgimiento de la tragicomedia de Shakespeare, se pone de nuevo en tela de juicio, el problema de los géneros literarios. Se establece una crítica muy puritana que tiende a defender los diversos tipos de poesía y a criticar los restantes géneros literarios. Fueron importantes los principios y expresiones críticas de Bacon y Jonson. Jonson defendía el sentido común, un punto muy relevante en la temática de Orwell y que nos dirige hacia el Neoclasicismo.
El mayor crítico inglés de la Restauración, fue Dryden, un escritor de muchos prefacios y ensayos, entre ellos el de la Poesía Dramática. Este ensayo, parece como una especie de "teatrillo" escrito en diálogo, con mucha fuerza y sencillez, y sin importarle cuál fuera el género, si era moderno o antiguo, y si los principios empleados pertenecían a dramatistas ingleses o franceses, es decir, que lo que quería era la variedad, la mezcla, todo era posible, para la creación. Se respetan, en cambio, las ideas del ritmo, de la tragicomedia, y aunque parezca mentira con lo mencionado antes, se busca la unidad dentro de sí mismo de cada uno de los géneros literarios. Otros críticos de la Restauración fueron: Robert Howard, Thomas Rymer, William Temple, Mulgrave, etc.
En cuanto a las tendencias del siglo XVIII, Pope
fue
el primer poeta de su generación, y el crítico más
importante, con las traducciones que hace de Homer, una edición
de Shakespeare, además de sus múltiples ensayos sobre crítica
literaria. En sus trabajos Pope defiende las ideas del Neo-clasicismo,
respeta la naturaleza de las cosas y las raíces, al igual que nuestro
George Orwell en todas sus obras; señala las causas de una mala
crítica, describe la buena crítica, etc.
Addison, también escribió buenas obras de crítica
literaria, sobre la tragedia, y otras composiciones populares, defendiendo
la imaginación y el entusiamo del escritor, la teoría
estética, y algunos conceptos neo-clásicos como los géneros,
las reglas, la imitación. La crítica texutal se hace más
que nada científica, pero Samuel Johnson opta por recurrir al orden
antiguo. Hay que decir que Johnson estimula la ortodoxia ante todo, y Orwell
critica en todas sus obras la ortodoxia política.
En la época romántica
temprana,
los
críticos más destacados fueron Joseph Warton que creía
que Pope no debería estar en la lista de los mejores poetas por
no tener demasiada imaginación, Thomas Warton, que enfatiza
la cualidad emocional de Pope; Young, que habla de la independencia
de unos autores con respecto a otros, característica de la que será
muy partícipe Orwell que escribe por sus propios intereses; Hurd,
defiende las formas y el diseño de la literatura gótica,
y los poetas italianos, y critica a los agustinos. Otros críticos
fueron John Hughes, John Dennis, Henry Fielding, Burke,
Goldsmith, Kames, Joshua Reynolds.
En la rómantica, destacaría
a Wordsworth y Coleridge, que escribieron baladas líricas,
comprendidas por la variedad de géneros, en su citado movimiento
romántico. Wordsworth, como Orwell, le sigue dando importancia a
la cultura popular, y dice que cualquier situación cotidiana forma
parte del lenguaje. Wordsworth piensa que es importante la tradición
poética de la era anterior, y fomenta el uso de la personificación
( un recurso que Orwell emplea muchas veces en la obra que analizamos).
Afirma que no debe haber diferenciasw entre el lenguaje de la prosa y la
composición métrica. Wordsworth hace referencia a la poética
como medio de expresión de los sentimientos, pero Orwell también
transmite sentimientos por medio de la prosa.
Coleridge fue el más grande de todos los
críticos. Escribió una biografía literaria, mezcla
de autobiografía y de crítica. También escribió
baladas líricas, que advierte debían ser dirigidas a personas
de carácter por encima de lo natural o romántico; la
naturaleza no es suficiente, según él, para vencer a las
sombras de la imaginación del autor, y esta imaginación es
la que crea la literatura.
Mientras que Wordsworth, piensa que las costumbres
y los hechos diarios, son análogos al concepto de supernatural o
romántico, y esto es lo que crea, y no otra cosa, la literatura.
Orwell, en este caso estaría más de acuerdo con Wordsworth
que con Colleridge, pues creía en la cultura común y en la
herencia tradicional. Estos puntos románticos de Wordsworth y Colleridge
son dejados claros en la obra The Rime of the Ancient Mariner de
Coleridge y Lucy Gray de Wordsworth. Ambos no estaban de acuerdo
con los principios de métrica y dicción poética. Coleridge
expone que la naturaleza de la belleza reside en las condiciones de su
existencia. Para él, lo que crea la literatura es la imaginación
y no la vida rústica. El romanticismo inglés de Coleridge
encontró algunos recursos considerables en los que apoyarse, en
la filosofía, en la estética, y en la literatura romántica
alemana. Otros críticos importantes de la primera mitad del siglo
XIX fueron, Lamb, Hazlitt, Leigh Hunt. Lamb era entusiasta, excéntrico,
caprichoso, y desorganizado; mostró buen gusto y gran originalidad
de pensamiento. Hazlitt se destaca por muchas frases y juicios felices;
también por tener un espíritu contagioso. Hunt era el crítico
más leíble y católico. Shelley lleva a cabo
una apología abstracta del teatro del Renacimiento. Otros críticos
de este período son: William Blake, Cardinal Newman, Landor,
Henry Hallam, Macaulay, Carlyle.
En la segunda mitad del siglo XIX, destaca el movimiento del realismo y entre los críticos más conocidos Arnold y Pater. Arnold fue el crítico principal de esta segunda mitad de siglo. Para él, la mejor crítica de la obra literaria es aquella en la que la obra más se asemeja a la realidad; las obras de Orwell estaban todas siempre basadas en la realidad, pero en muchas de ellas emplea la fantasía, y las figuras literarias. Continua Arnold la tradición mimética clásica, en la cual lo que prima es la búsqueda de la verdad en la obra. Basaba su obra en los stándars literarios para fomentar un estilo perfecto, pero siempre subordinado al método histórico. Sus obras más importantes o ensayos críticos son The Function of Criticism, The Study of Poetry, y On Translating Homer. En esta época continua la tendencia del Realismo y el Romanticismo, pero gana campo el Expresionismo. Surge el Naturalismo, como reacción al Clasicismo y al Romanticismo. También surge la crítica Histórica parecida a la realista, aunque ésta tardó dos siglos en forjarse, y se muestra en los escritos de Taine. El Impresionismo surge del romanticismo gracias a Walter Pate. Se ponen en tela de juicios aspectos, como el papel de la moral, el lugar de la imaginación, los problemas del estilo, y surge un nuevo género, la novela. En esta época, no existen verdaderas escuelas de crítica y se empiezan a aplicar los métodos impresionistas. Un hecho muy importante es la aparición de lo cómico en la literatura, pero la obra de Orwell no es especialmente humorística, aunque ante todo, "Rebelión en la Granja" es satírica.
Destacan las figuras de Thackeray
entre
los ingleses humoristas, Stuart Mill como poeta naturalista,
Bahegot como poeta grotesco y ornamental, Meredith como espíritu
cómico.
N.H. Abrams, dice que una obra literaria se debe basar en la
teoría mimética, es decir en la imitación, debe ser
expresiva y objetiva, es decir, mostrarnos la realidad tal y como es, pero
ante todo deber ser pragmática, es decir, debe ser cierta, pero
lo que ocurre en ella, debe ser ante todo útil, a estas ideas se
adapta perfectamente la obra de Orwell. De nuevo, se le vuelve a aporta
mucha importancia a la imaginación, y por tanto, a las imágenes
y los símbolos literarios, o a la forma de la obra literaria, en
sí. Esta tendencia a darle tanta importante al término de
la mente, ocurre porque aproximadamente por estos años, está
ocurriendo el gran "boom" de la psicología. Entonces, interesan
los términos como los arquetipos, los cánones , y los mitos
en cuanto a imágenes establecidas como modelos que deben ser imitadas
para tener éxito.
El romanticismo del siglo XIX, da importancia a la individualidad del escritor, a la historia corta, y al sentimentalismo (un plano al cual se releva a la literatura por esta época), pues ante todo, domina la ciencia. Después de la guerra Civil, en la crítica realista destacan Henry James y DeWilliam Dean Howells, que se decanta por la ficción y la novela, además de tener un sentido psicológico y mental (tendencia semejante a la de Orwell). La tendencia pragmática se rige por la utilidad, surge para cerrar el siglo, y se rige ante todo, por términos como la "audiencia", pues da igual que un aspecto sea verdadero o falso, si éste no es útil. En esta tendencia destaca Zola, y los marxistas. En la tendencia naturalista, también destaca la figura de Henry James. En esta época se empiezan a construir las historias de la literatura de la mayoría de los países europeos, y por tanto, empiezan los nacionalismos, que nos llevan a consecuencias tan desagradables como ambas guerras mundiales.
En el
siglo XX, se mantienen la mayoría de las tendencias críticas,
pero surges otras innovadoras. Entre las que ya existían se encuentran,
la
impresionista, que enfatiza cómo una obra de arte se puede convertir
en un conjunto de pinceladas, cada un de ellas con un matiz diferente,
como la obras de Orwell que según las tendencias políticas
de quien las lea, puede la obra tener un sentido u otro para esta persona.
La histórica, que examina la obra de arte, estudiando los
orígenes históricos y los hechos de la época y la
vida del autor, y "Rebelión en la Granja", que nos recrea la historia
del mundo de este siglo pasado, y además nos explica los orígenes
de la Segunda Guerra Mundial. La textual de nueva creación,
de tendencias parecidas al estructuralismo, y totalmente contraria
a la deconstructivista (que debe desmontar la realidad para entender
el porqué el autor construye la realidad de un determinado modo,
dependiendo de unos factores muy diversos),que trata de reconstruir la
versión original de una obra literaria. La formal también
de nueva creación, que analiza una obra literaria dependiendo de
los factores base de la correspondiente, como puede ser el género
literario. Esta tendencia, no triunfaría a la hora de analizar la
obra de Orwell, puesto que este autor no consta en sus obras de unas características
demasiado claras, pues Orwell es partícipe de la diversidad y la
pureza en todos los niveles, tanto en la lengua, como en la cultura.
La judicial de creación cercana , que opina acerca de
una obra según si ésta cumple o no, unos "standards" del
lenguaje definidos, y Orwell emplea una especie de lenguaje encasillado
entre el periodístico, el histórico y el literario. La analítica,
que estudia la naturaleza de la obra basándose en un detallado análisis
de cada una de las partes de ésta y de cómo esta organizada;
como ya he aclarado anteriormente, la obra de Orwell es cronológica,
pero no se corresponde con una estructura definida, de encabezamiento,
nudo y desenlace. La moral creada en los último años,
que estudia la obra de acuerdo con lo que se encuentre en ella, disponible
referente a la vida y los sentimientos humanos; es obvio que Orwell basa
la obra que estoy tratando, tiene una finalidad ante todo, humana y esto,
se aprecia claramente, en todos los niveles (moral, cultural e ideológica).
Y por último, la tendencia mítica ya existente,
que estudia la naturaleza y el significado de los arquetipos o patrones,
en la obra; el elegir esta forma de estudio de la obra, sería muy
laborioso, pues hay que decir que "Rebelión en la Granja" está
basada totalmente en una serie de figuras literarias establecidas o arquetipos,
como ante todo la alegoría, que trata de decirnos todo lo contrario
de lo que nos quiere decir, mezclada con una posible personificación,
aunque esta figura literaria no es arquetípica.
A Handbook of Literature, Holman.