La escritura de Orwell es funcional, directa y periodística. No le mueve el deseo de crear un lenguaje literario recargado, sino la ambición de pintar apropiadamente con palabras lo que perciben sus sentidos y viven sus emociones. Aunque sus propuestas están muy lejanas a la preocupación por la forma de su obra, algunas de las locuciones creadas por él, se han incorporado al lenguaje inglés, y esto es una muestra de su gran popularidad.
Rebelión
en la Granja es un modelo superior a cualquier otro género de literatura,
(tratados de historia, sociología, política o ciencia militar);
pues se han necesitado miles de éstos para un buen conocimiento
del siglo que ahora se termina. Pues bien, en esta obra de poco más
de cien páginas, Orwell nos muestra la complejidad de nuestro siglo,
con la facilidad de quien percibe las cosas de un solo vistazo.