La Lengua
de Buey tiene la raíz muy larga y sus hojas son asperas y con pelitos,
y las de la parte más baja se enroscan
como la cola de un escorpión. Las semillas son como la cola de un
escorpión. Las semillas son como pequeñas cabezas de serpiente
o víbora (viper). Esta planta crece en ambientes fríos y secos.
Si se bebe junto con vino hace que incremente la leche del pecho de las madres.
Utilizaremos
esta planta para destruir la fuerza generativa de las mujeres.
Aparece una
imagen de Cleopatra; como imagen de belleza y poder.
Este capítulo
tiene mucho que ver con el anterior, esto es porque trata también sobre
lo que puede llegar a hacer la mujer por estar bella. El mito que germina
la Lengua de Buey es que, para ser amada, la mujer debe ser hermosa.
Se mete en
este apartado un dato real, y es que el 90% de las personas anoréxicas
y bulímicas son mujeres. Se cree que esto se debe a que en la sociedad
en que vivimos las expectativas para el hombre y la mujer son diferentes:
del hombre se espera que sea fuerte y grande; mientras que de la mujer se
espera que sea delgada y delicada. Por eso la mujer, sobre todo las adolescentes,
se preocupa mucho por su peso, hasta el punto de caer en este tipo de enfermedades.
La anorexia
es una obsesión con estar delgada. Quien la padece pierde muchísimo
peso, pero sigue con la obsesión de poder recuperarlo. Las personas
con anorexia comen muy poco, dividen los alimentos entre “malos” y “buenos”,
según tengan grasas o no. Suelen padecerla chicas adolescentes, pero
además suelen ser chicas que lo quieren todo perfecto, sacan buenas
notas, participan en todas las actividades, etc..
Los síntomas de la anorexia son: decir que no se tiene hambre, negarse
a comer, creer que se está engordando, ejercicio constante, aparición
de pelo en el cuerpo y la cara, falta de regularidad en los periodos (o
producción de menos hormonas sexuales en el caso de los chicos),
sensación de frío, etc.
La bulimia
no es tan severa como la anorexia. La persona bulímica come con ansiedad,
pero después vomita o se toma pastillas laxantes, o hace mucho ejercicio
para perder toda la grasa que pueda haber ingerido. Las bulímicas suelen
abusar de las compras, el alcohol y las drogas. A menudo son personas orgullosas
que no ven el problema, o se niegan a verlo; aunque el verdadero problema
viene por depresiones, sentimiento de soledad, problemas familiares, etc.
La bulímica raramente llega a estar delgada.
La figura
que aparece a continuación es de la Diosa Serpiente, símbolo
de la fuerza de la vida, de la abundancia.
La mutilación
que responde a ser hermosas para ser amadas es “la guerra contra la grasa”,
la obsesión por adelgazar; y es que nos ponemos modelos a seguir, muchas
veces, imposibles de alcanzar.
Aparece aquí
la imagen de dos mujeres usando dos tipos diferentes de corsé, una
con el modelo africano y la otra con el europeo. El corsé es la forma
más primitiva de realzar la figura femenina, y aunque hace muchísimos
años que empezó a utilizarse, aún hoy día se hace,
aunque no de manera tan extensa y habitual como en otras épocas. A
continuación tenemos la liposucción, como “forma moderna de
corsé”. La liposucción es una operación de cirugía
plástica en la que se extrae el exceso de grasa corporal a través
de pequeñas incisiones. Es una operación muy extendida y demandada,
pero no es tan fiable como parece, se corren muchos riesgos, como: infecciones,
shock, coágulos sanguíneos, daños en la piel, nervios,
tejidos u órganos, e incluso la muerte.
Las funciones
afectadas son la respiración, la energía, el movimiento y la
mala nutrición. Los pulmones y otros órganos internos quedan
atrofiados al adelgazar de forma tan severa, al utilizar prendas tan apretadas
como el corsé, al realizarse liposucciones, etc.
Una vez más,
la culpa de todo esto la tiene la sociedad, y es que los medios de comunicación
nos meten en la cabeza que lo mejor es estar delgada, o mejor dicho, adelgazar,
aún cuando ya estás delgada, como les pasa a las anoréxicas.
Como ejemplo de esto tenemos la imagen de la portada de la revista “Women
only” de 1996, en la que todos los titulares tienen algo que ver con liposucciones,
dietas y otras tantas formas para alcanzar “la figura perfecta”.