CLEAVERS


El Amor de Hortelano, como se llama esta planta en español, tiene largas garras que agarran y estrangulan, sus hojas son afiladas y exhalan sangre, y sus raíces son delgadas y llenas de hebras, así es como se describe en Brutal Myths. También se dice que sus hojas, aplicadas sobre las heridas, cortan la hemorragia, y que el zumo de sus semillas, mezclado con vino, es un remedio para el veneno de víbora. Estas aplicaciones son ciertas, ya que el Amor de Hortelano se utiliza interna y externamente para curar muchísimas enfermedades.

Esta planta se utiliza aquí para eliminar los miembros acomodados para el acto sexual.

Como historia bíblica tenemos la del Génesis XIX, en la que se cuenta como Lot hospeda a dos ángeles que habían llegado a Sodoma. Estando en su casa les prepara un banquete. Por la noche el pueblo cercó la casa pidiendo a Lot que les dejase ver a los dos extraños, pero Lot se negó y ofreció a cambio a sus dos hijas, para que hiciesen con ellas los que querían hacer a los dos varones. Pero los dos varones se negaron e hicieron entrar a Lot en casa. Mientras el pueblo atacaba la casa los dos ángeles los dejaron ciegos. Los ángeles avisaron a Lot de que habían venido a destruir en nombre del Señor las cinco ciudades de la llanura, así que debía avisar a sus familiares y huir al monte. Avisó a sus futuros yernos, pero éstos no le creyeron. Lot, su mujer y sus hijas huyeron a la ciudad más cercana; pero la mujer, haciendo caso omiso de las indicaciones de los ángeles, giró la vista atrás y se convirtió en una estatua de sal. Lot y sus hijas huyeron al monte por miedo a que la nueva ciudad también fuese destruida, y se metieron en una cueva. Allí las dos hijas, viendo que su padre ya era viejo y no iba a tener varón heredero, decidieron darle vino y acostarse con él; así tuvieron un hijo cada una, Moab y Ben-ammi, padres de los moabitas y amonitas, respectivamente.

El Amor de Hortelano germina el mito de que la vagina se come el pene.

La figura es en este caso antropomórfica, y representa una figura que mejora el poder de la vida del dios Creatrix.

En este capítulo el apartado referido a la mutilación que responde al mito es más extenso que los comentados hasta ahora. Esto es porque aparecen varios tipos de mutilación: la pera de tortura, la costura de la vagina, la circuncisión femenina o clitoridectomía, la infibulación (caso más extremo de circuncisión).

La pera de tortura era, y sigue siendo, aunque no tan común, un instrumento que se introducía en la boca, el recto o la vagina y se abría al máximo por medio de un tornillo. El interior de la cavidad quedaba dañado irremediablemente, e incluso el torturado solía morir a consecuencia de esta tortura. El uso de la pera en sus tres formas dependía del crimen que se había cometido: la pera oral se utilizaba con los herejes, predicadores heréticos o seglares reos de tendencia ortodoxa; la pera rectal con los homosexuales; y la pera vaginal se aplicaba a las mujeres acusadas de tener relaciones con Satanás o con familiares.

En muchos países de creencia musulmana se practicaba, y en algunos se sigue practicando, la costura de los labios de la vagina para mantener a la mujer virgen para el matrimonio, ya que si no era considerada sucia y no encontraba marido; y una vez casada, para que fuese fiel a su marido, así, se la descosía para tener relaciones (que siempre era con el fin de tener hijos) y para dar a luz, y después se la volvía a coser. Se dejaban dos pequeños agujeros para la salida de la orina y de la menstruación. Las mujeres a las que se les practicaba esta costumbre solían morir por infecciones causadas por la mala cicatrización y la acumulación de dichas sustancias.

La circuncisión femenina, o mejor dicho la clitoridectomía (ya que no tiene nada que ver con la circuncisión masculina, sería, más bien, comparable con la total penisectomía) se practica también en los países de religión musulmana. Son más de 26 los países que la practican. Aunque se puede pensar que es una práctica islámica, es en realidad anterior a Mahoma; ya la practicaban los fenicios hititas, egipcios y etíopes en el siglo V a.C.. También es practicada por algunos cristianos coptos, religiones tribales indígenas, algunos católicos y protestantes, y algunos fellasha. Se sabe que en el siglo XIX se utilizó en Londres como “cura” para la Epilepsia (que podía ser causada por un orgasmo femenino), y alrededor de 1940, en Estados Unidos, para evitar/curar la menstruación femenina. La clitoridectomía es la extirpación del clítoris, aunque según las costumbres de cada pueblo puede ser más o menos severa: desde la extirpación de sólo la punta del clítoris hasta la extirpación del clítoris completo y de los labios, caso de la circuncisión faraónica o infibulación. Las herramientas que, según Brutal Myths, se utilizaban para esta práctica no son exageradas, son totalmente ciertas, e incluso en la actualidad siguen utilizándose cuchillas o cuchillos poco higiénicos.

También se menciona otra forma de mutilación, de la cual no tengo información, pero es parecida a la costura de los labios vaginales. Se pinchan o frotan los genitales con ortigas hasta que quedan lo suficientemente hinchados para ser calcinados, después los bordes, en carne viva, se unen con espinas dejando un pequeño agujero para el paso de la orina. Finalmente se les atan las piernas para que cicatrices, si no mueren antes de infección.

La mutilación genital femenina es la respuesta al mito de castración y la competición del crecimiento del mito con el miembro masculino.

Al final de este apartado dedicado a la respuesta del mito aparece una fotografía de la sexóloga Annie Sprinkle demostrando a la audiencia del Teatro Avant Garde de Nueva York, que “un coño no tiene dientes”. Y es que existe un mito en el que se dice que Amma, dios supremo del Dogón, creó la Tierra y copuló con ella, pero su clítoris mordió al pene y Amma, atemorizado, cortó el clítoris de la Tierra antes de poseerla.

La función afectada por el mito de que la vagina se come el pene es el placer y la autonomía sexuales, que se ven mutilados junto con la mutilación de la vagina. La mutilación genital femenina, en algunos casos, como la clitoridectomía, se realiza simplemente para acabar con el placer sexual de las mujeres, aunque las razones que se dan para hacerla sean otras como: mejorar el placer de sus maridos, o incluso, por “higiene”; aunque lo que encuentran es un futuro sin placer sexual alguno con grandes dolores, enfermedades y malestar.

Aparece aquí la imagen de Waris Dirie, una modelo somalí de gran prestigio. Waris nació en la base de una familia tradicional de una tribu nómada. Con cinco años se le practicó la clitoridectomía y con trece su padre ya tenía un marido preparado para ella. Pero ella decidió huir, no quería que nadie guiase asé su vida; se fue a Londres, donde el fotógrafo Terence Donovan la descubrió como modelo, alcanzando mucha fama. En 1997 fue nombrada embajadora de los derechos de la mujer en África, y en el 2001 creó la Fundación Desert Dawn. Intenta conseguir aunar por completo la tradición de algunas tribus, como la suya, y el respeto por los derechos humanos.

En el apartado de la forma de mutilación actual aparecen dos viñetas de fondo negro. En la primera se presenta un dato de la Universidad de Tocólogos y Ginecólogos de América de 1975 en el que se indica que el 20% de las histerectomías son únicamente con propósitos esterilizadores. En el segundo anuncia que la mutilación genital se practica en cientos de inmigrantes de más de 40 países africanos y de Oriente Medio.