La primavera es fresca al principio y se vuelve templada y húmeda según se acerca el verano, alcanzando los 16-17 grados en junio de media y sobrepasando los 70 mm. de precipitación. El verano no es excesivamente cálido, sobrepasando ligeramente los 18 grados de media en los meses de julio y agosto, aunque es habitual sobrepasar los 25 grados. Las precipitaciones alcanzan su punto máximo en julio y empiezan a descender en el mes de agosto.
El otoño de Praga es templado y moderadamente seco, con precipitaciones similares a las del invierno y la primavera, aunque el mes de noviembre es bastante frío, con menos de tres grados centígrados de media.