De la misma manera que en los años cinquenta aparecieron un numero infinito de peliculas de ciencia-ficción sobre el posible ataque de extraterestres, que en el fondo representaba un miedo real (el terror de los norteamericanos a todo lo que tuviese que ver con Russia),  Stoker habló de un miedo muy similar que sentía también procedente del oriente, miedo que seguiríamos viendos en películas posteriores como algunas de la saga de James Bond o en personajes ficticios como Fu Manchú.
    De esta manera podemos asegurar que hay un claro enfrentamiento y oposición entre el Este y el Oeste durante toda la novela. El Oeste representaba el progreso, el imperio británico, la ciencia, la razón, el orden, la civilización, el mundo moderno sin embargo el Este representaba todo lo contrario lo antiguo, lo desconocido, lo salvaje, la lujuria (el Kamasutra procedía de allí), el caos, la aristocracia feudal (figura maligna en la mayoría de las novelas góticas).
    Es por eso que vemos en la figura del conde la representación de lo monstruoso que se está acercando, con la capacidad de destruir toda la armonía y tranquilidad (digamos aparente normalidad) que tanto les cuesta defender a los personajes de la novela. Según podría parecer estamos ante un conflicto racial. El miedo al peligro extranjero. Pero no es exactamente así, digamos que con la figura del conde, Stoker pretende olvidarse de cualquier elemento de culpa y autoconvencerse que en el fondo el mal proviene de fuera (en ese caso desde los Cárpatos) y no desde dentro como realmente es, si lo analizamos más detenidamente. En el fondo intenta esconder sus propios temores y fantasmas internos en la figura de un ser malvado procediente de fuera y que nada tiene que ver con él.
 

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                                                Created: 19/01/00 Updated: 19/01/00