LA      MATERIALIZACIÓN
             DE    NUESTROS   MIEDOS   INTERIORES

    Es muy probable que lo que encierra este libro es un enfrentamiento interior que sostuvo Stoker consigo mismo: el que se refiería a sus temores personales. Este miedo que iba creciendo oculto dentro de sí y que luego acabaría convirtiendose en ese monstruo (Drácula) que en el fondo no era más que el producto de sus propias angustias y represiones así como los de la sociedad victoriana. Sin embargo, el vampiro, que tanto temen, es en el fondo un reflejo de ellos mismos, un monstruo que han sido incapaces de controlar  a pesar de que quisieran ocultarlo. El vampiro no es, pues, un simple fantasma sino un doble de los personajes de la novela, un reflejo deformado (o quizás reconstruído) de todo aquello que quieren suprimir y eliminar de sí mismos. Mientras, siguen creyendo que tolo lo “malo” procede siempre del extranjero y nunca desde dentro. Ese fue el gran temor que sintió Stoker, algo tenebroso  no sólo suyo sino de toda una sociedad que crecía como un cáncer desde su interior creando sus propios fantasmas. Sea esto el miedo a una mujer activa sea el miedo al sexo menos convencional, fuera el miedo que fuese, posiblemente Stoker fue consciente de ello y lo reflejó metafóricamente en su novela.

 

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                                                Created: 19/01/00 Updated: 19/01/00