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LA NEVERA
Paraje de especial interés es el de la Nevera, construcción de piedra encalada de estruc-tura redondeada y abovedada que servía para almacenar la nieve cerca de las cumbres y después poder comerciar con ella en las ciudades.
Construida a base de cal y canto, con su bóveda recientemente restaurada, y que se dis-tingue entre los pinos de rodeno que casi la rodean.
Subimos las escaleras y procedemos a visitar la Nevera (se trata de un depósito con un gran pozo y cubierta) observamos que tiene una abertura frontal y un orificio en el techo, ambos cerrados y protegidos con rejas. Estas aberturas eran utilizadas para el trasiego de la nieve. En efecto la nieve se almacenaba y prensaba durante el invierno y se guardaba en este tipo de construcción y se les denominaba nevera o cava; adoptan diversas formas, esta Nevera de Algimia es circular así como la Nevera de Castro en Al-fondeguilla y ambas con cubierta.
La nieve se recogía y se guardaba en estas neveras, y para su mejor conservación se utilizaba paja, que la aislaba del muro de la nevera y a cada metro de espesor, se ponía una hilada de paja de arroz, que embebía la humedad sobrante y hacía que no se derritiera la nieve y posteriormente la extracción del hielo.
La mayoría datan del siglo XVIII, y la nieve se vendía en las zonas costeras durante el verano, ya que poseía múltiples usos tanto medicinales como para el transporte de ali-mentos e incluso para su disfrute ya que permitió el origen de refrescos y helados. Este comercio de la nieve suponía un complemento económico importante en las zonas donde se ubicaban, pues se compaginaba con otras actividades, sobre todo cuando se paraliza la actividad agrícola. Mucho vecinos de la comarca eran contratados para trabajar en la recogida de la nieve y se facilitaban, además, las relaciones sociales entre las zonas montañosas y productoras con la zona de la Plana, que era la consumidora.
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