MONUMENTOS

Castillo de Serra
Pertenece a la arquitectura islámica del siglo IX.
Se encuentra en la montaña del Alto del Pino, a 536 metros de altitud en las proximidades de la población. Está en un empinado cerro que domina tanto el valle del Túria como el acceso a la Sierra Calderona. Por su altitud topográfica, abarca desde la costa de Benicásim hasta el cabo de San Antonio, esta característica lo convertía en uno de los bastiones defensivos de la Taifa Árabe Valenciana, por eso su red de vigilancia, siendo guarda perfecta del paso de Alcalá y le confiere, a más de cien metros por encima del núcleo urbano de Serra, un lugar preeminente en los aspectos de defensa y vigilancia de su zona.
El castillo pertenecía al sistema defensivo del norte de Valencia. La fortaleza, ocupa una planta 600 metros cuadrados, adaptándose ésta a los accidentes del terreno es uno de los más bellos de la región, quedan numerosos lienzos de muralla, alguno almenado, junto a torres incorporadas a la misma de entre las que sobresale en una esquina la poderosa Torre del Homenaje.
Este castillo figura en el IPCE (Inventario para la Protección del Patrimonio Cultural Europeo).
Las Torres Centinelas
Son coetáneas a la construcción del castillo de Serra, constituyeron el sistema de alerta y vigía de éste.
Son las torres de Satareña, que informaba de los movimientos que se producían en la zona de Náquera; la de la Ermita que abarcaba la zona de Olocau y Gátova; y la de Ria que ejercía tareas defensivas al desaparecido lugar de Ria y cubría la parte de Torres Torres.
El trazo más sobresaliente viene determinado por la forma tronco piramidal de las torres de planta cuadrada, con escasos vacíos, gruesos muros construidos por medio de mampuestos, ripios y argamasa, en los que se emplean, a veces, mampuestos más grandes, para reforzar las esquinas y huecos. Aquí es particularmente patente la utilización de la piedra de rodeno que, muy abundante en la zona, aflora en grandes bloques sirviendo para asentar directamente sobre ellos parte de los muros.
La Torre del Señor de la Villa es una torre de origen islámico del siglo XI, en sus orígenes era también una torre centinela, pero con el paso del tiempo, el señor de la villa trasladó su residencia del castillo a la torre de esta forma quedó incluida dentro de la “Casa Palacio del Señor de la Villa". El perfil es ligeramente trapezoidal, con pequeños huecos y almenas como acabamientos. La vigilancia desde estos enclaves estratégicos correspondía a la necesidad de observar y alertar ante cualquiera eventualidad.
Iglesia Nuestra Señora de los Ángeles
Se encuentra ubicada en la "Plaza de la Iglesia", en el centro del núcleo urbano.
El templo tuvo diversas reformas sucesivas, que finalizaron en 1802, siendo éste ya el templo actual, el estilo se confirma como un claro ejemplo del neoclasicismo oficial valenciano, fue construida por el arquitecto valenciano Francisco Pechuán. La escultura de la Virgen es obra de Octavio Vicent.
Consta de una sola nave, con pilastras, arcos de medio punto y vuelta de medio cañón en la nave central, en los brazos del crucero y el altar mayor; en las capillas laterales que se comunican entre sí por pequeños arcos que las independizan, su cubierta es de bóveda vaída.
La cúpula se alza en el crucero sobre cuatro pechinas en las que están representados los 4 evangelistas, obra de Remigio Soler. En la cúpula están representadas cuatro heroínas bíblicas. El corazón sobre arco escarzado, se encuentra a los pies de la nave central. La torre, consta de dos cuerpos y remate con 4 campanas, una campanilla y una matraca. El camarín, situado detrás del Altar Mayor, es el antiguo tras sagrario, inaugurado en 1981. El recinto es rectangular y tiene bóveda de medio cañón. Sobre cuatro pechinas (en las que se encuentran los escudos de Valencia y de Serra y los anagramas de Jesús y de María) se alza una pequeña cúpula.
Entre las obras que se conservan en la iglesia parroquial, hay que destacar retablos de Roig D'Alòs, esculturas de Días y Tarazona, V. Rodilla y Días López; así como cerámica del s. XIX
El Calvario
Está situado en la parte alta del núcleo urbano.
La última reconstrucción del Calvario sucedió en 1954, está formado por avenidas de cipreses viejos y tupidos, unas elegantes y concisas capillas de estilo gótico, con basamento de piedras de rodeno, obra de mampostería de la llamada “de mosaico “se alinean entre los troncos de cipreses.
En la nueva puerta del calvario hay una muestra de las capillas que antiguamente formaban el calvario.
Seis rampas seguidas suben hasta la loma alta de la colina, donde se encuentra la ermita de San José y la Cruz, y la torre.
La Ermita
Construida a finales del s. XIX (1894) aunque restaurada posteriormente.
Esta Ermita corona el calvario que esta precedido de terrazas escalonadas. Tiene un gran interés paisajístico, desde arriba se observa la Sierra Calderona y el valle del Túria.
La ermita está consagrada a "San José y la Cruz" y su construcción es sencilla y sobria, es pequeña con tejado a dos vertientes. Su fachada es de color blanco y en su espadaña de arco apuntado se encuentra una pequeña campana de color negro. Unos contrafuertes de escalones aguantan sus muros laterales, y en el interior su piso blanco y negro, ajedrezado, y su bóveda de arista, conciertan con el nicho gótico del altar mayor adornado con ganchos. En el presbiterio hay un anda con peana rocosa de corcho que sostiene una cruz de madera. La ermita junto al calvario, constituyen una de las construcciones más características de Serra.
La Cruz del Sierro
Cruz que corona el monte del Sierro.
La Cruz del Sierro era de cemento armado embellecida con cuentas de vidrio y espejos, en algún tiempo iluminada por la noche. Los marineros la consideraban un punto de orientación en su cabotaje.
El 8 de mayo 2004 se sustituyó la antigua cruz por una nueva, esta de hierro prismático, con todas sus facetas espejadas.
Ventisquer dels Rebalsadors
Pozo de nieve utilizado antaño por los cartujos para el comercio de la nieve. Es de planta aproximadamente circular con un diámetro de 20 m. carece de apertura y cubierta de obra, y como la mayoría de los ventisqueros también carece de pozo excavado. En la actualidad tiene 1´5 m. de hondo al sur, y 3´5 m. al norte, desde lo alto de los muros hasta el suelo. Los materiales de construcción son bloques de roca calcárea de los alrededores. Realizado con mampostería acarejada, combinada con bloques de tamaño medio (hasta medio metro de longitud). La capacidad estimada es de unos 1100 metros cúbicos.
Cartuja de Porta Coeli
Está situada en un montículo hacia el llamado Valle de Lullén rodeado de elevadas montañas, fue fundada el 6 de noviembre de 1272 (siglo XIII).
Fray Andreu de Albalat, confesor de Jaime I y tercero obispo de Valencia llamó para ocuparla a los cartujos del Monasterio de Scala - Dei, de la diócesis de Tarragona, por la orden de San Bruno, su primer prior fue Fray Bernardo de Homdedeu. Aquí fue donde Fray Bonifacio Ferrer llevó a cabo en 1477 la versión valenciana de la Biblia. El monasterio queda perfectamente construido en el primer cuarto del S. XV, a partir de aquí y a lo largo de todo el siglo, las obras no se detienen.
En cuanto a la pintura, hay que destacar el retablo de San Martín (1449) atribuido a Gonzalo Peris, que se haya actualmente en el museo San Pio V. El siglo XVIII fue el siglo de máximo apogeo de Porta Coeli.
En 1412 se construye el Acueducto de estilo Gótico compuesto por 12 arcos apuntados de sillería, recrecido de tapial hasta su parte superior donde dispone de una acequia de 1.50 m para conducir el agua a la Cartuja, salva un desnivel de 17 m. y mide más de 200 m. En 1803 se construye el puente de acceso a la Cartuja, con grandes sillares, consta de un solo ojo de medio punto de 25 m. de luz.
El año 1835 con la desamortización de Mendizábal, arrebatan a los monjes sus bienes y la posibilidad de continuar su vocación, las propiedades de Porta-Coeli, son lateadas y vendidas a particulares en 1874. El 10/04/1931 la Diputación lo adquiere por un millón de pesetas, y en 1943/44 se la entrega a la orden Cartujana de Miraflores por cien años.