Mesa Redonda.Retos Terapeuticos en Neumología
Infantil
Rehabilitación respiratoria
A. Salcedo Posadasa
aUnidad de Neumología Infantil. Hospital
del Niño Jesús. Madrid.
An Esp Pediatr 2001; 54: 41 - 48
Introducción
La inclusión de la rehabilitación
respiratoria en la práctica médica ha sido muy cuestionada
y su ejecución difícil de llevar a cabo a lo largo de los
últimos años, debido a diversas circunstancias relacionadas
sobre todo con la dificultad en la demostración de su beneficio
terapéutico y la complejidad de los programas definidos.
Además sólo se han realizado estudios con buena calidad
de evidencia científica en EPOC, siendo, probablemente,
muchas otras enfermedades susceptibles de mejoría con este
tipo de intervención terapéutica.
También el cambio de
mentalidad de la actuación médica científica dirigida a
la mejora de la calidad de vida del paciente más que al
incremento de los valores de su funcionalismo pulmonar o
de otros parámetros bioquímicos o analíticos, ha hecho que
se incremente la utilización de diferentes modalidades de
terapia física y rehabilitación respiratoria. No obstante
todavía siguen siendo poco utilizadas y es muy conveniente
su adecuado conocimiento para aumentar y mejorar su uso
en todos los centros que tratan pacientes con patología
respiratoria. Para ello sería interesante intensificar la
enseñanza y conocimiento de estos tratamientos, disminuir
la complejidad y coste de los programas de rehabilitación
respiratoria e incrementar el número de ensayos clínicos
aleatorizados que demuestren la evidencia del beneficio
de este tipo de actuación en diferentes enfermedades y a
diversas edades.
La utilización de diferentes
tipos de rehabilitación respiratoria y terapia física constituye
una parte fundamental en el tratamiento de enfermos con
patología cardiopulmonar ya sea de tipo agudo o crónico.
Se ha utilizado históricamente en pacientes con tuberculosis,
EPOC y fibrosis quística (FQ) aunque hoy en día se está
incrementando su uso en enfermos con patología intersticial,
bronquiectasias, patología neuromuscular, anomalías de la
caja torácica y pacientes sometidos a diferentes tipos de
cirugía.
En los enfermos con patología
respiratoria, su empleo va a ir encaminado a mejorar la
sintomatología y efectos secundarios relacionados con la
disnea y el cúmulo de secreciones en las vías aéreas. Su
acción también se dirige a mejorar la potencia y acción
de la musculatura respiratoria y de los miembros superiores
e inferiores y a evitar las deformidades encontradas en
muchas ocasiones en pacientes crónicos.
Estas modalidades de
tratamiento utilizan diferentes técnicas y aparatos para
la realización de fisioterapia respiratoria, establecen
planes de ejercicio gradual e individualizado, e instauran
una terapia postural dirigida a la prevención de las deformidades.
No hay que olvidar el papel fundamental de la educación
sanitaria encargada de clarificar todos los aspectos relacionados
con la enfermedad, sus síntomas y las posibles terapias,
como tampoco la intervención en los aspectos psicosociales,
con la participación de un equipo multidisciplinario de
especialistas (médicos, enfermeras, fisioterapeutas, especialistas
en terapia ocupacional, psicólogos, dietistas, trabajadores
sociales y otros, según necesidades) que ponga en marcha
toda esta sistemática de trabajo tanto para el enfermo como
para su familia y entorno social. En esencia, la finalidad
fundamental de este tipo de terapias es la mejora de la
calidad de vida de estos pacientes.
La rehabilitación respiratoria
ha sido definida por diversos grupos en los últimos años;
así, en 1974, el American College of Physicians la define
como un arte de la práctica médica a través del cual se
formula un programa multidisciplinario de trabajo tras un
diagnóstico seguro para proporcionar una terapia, un soporte
emocional y una educación, con el fin de estabilizar o revertir
las alteraciones fisiológicas y psicopatológicas de diversas
enfermedades respiratorias. Su fin último sería devolver
al paciente la mayor capacidad funcional permisible por
su patología respiratoria y situación vital1 .
Para un grupo de trabajo
del Instituto Nacional de la Salud americano (1994) la rehabilitación
respiratoria es una agrupación multidimensional de servicios
dirigidos a enfermos con patología respiratoria y sus familias,
coordinados por un grupo interdisciplinario de especialistas
con el objetivo de conseguir y mantener un grado máximo
de independencia y funcionamiento en la comunidad2 .
Por último, la American
Thoracic Society (1999), la define como un programa multidisciplinario
de asistencia a pacientes con patología respiratoria crónica,
que se lleva a cabo de una forma individualizada intentando
conseguir la máxima actividad física y social con la mayor
autonomía posible según la gravedad de la enfermedad de
base3 .
De aquí pueden extraerse
varios conceptos esenciales sobre los que se basa la rehabilitación
respiratoria como son la individualización del tratamiento,
la ampliación de los servicios ofertados al paciente abarcando
no sólo los aspectos físicos sino también los aspectos psicológicos
o los sociales, y la puesta en marcha de una asistencia
multidisciplinaria mediante el trabajo en común de un grupo
de expertos.
Los objetivos fundamentales
de la rehabilitación respiratoria y terapia física son la
mejoría de la sintomatología y el incremento de la actividad
funcional y, consecuentemente, de la actividad personal,
en familia y en sociedad. Estos objetivos van a:
Devolver al paciente
al mayor grado posible de funcionalidad para conseguir independencia
de la familia, de su entorno social y de los mismos profesionales
de salud.
Movilizar y drenar
las secreciones mediante la fisioterapia respiratoria y
el ejercicio aeróbico con el fin de conseguir la desobstrucción
de las vías aéreas disminuyendo la resistencia a ese nivel,
incrementando el intercambio gaseoso, disminuyendo la posibilidad
de infección-inflamación secundarias y permitiendo la reducción
en el trabajo respiratorio.
Prevenir y reducir
la disnea mediante diferentes terapias médicas y quirúrgicas
como el ejercicio controlado, fortalecimiento de los músculos
inspiratorios, oxigenoterapia, terapia farmacológica, cirugía
de reducción del volumen pulmonar y técnicas de relajación
y respiración controlada, sin olvidar en ningún momento
la importancia de una nutrición adecuada.
Evitar las deformidades
como la cifosis dorsal tan frecuentes en enfermos crónicos,
sobre todo en la etapa de la adolescencia, con la realización
de ejercicios correctores.
La indicación4,5 de la rehabilitación
respiratoria y terapia física debe realizarse mediante una
selección cuidadosa de los pacientes que se puedan beneficiar
de su uso. Incluye a todo enfermo con patología respiratoria
crónica sintomática en fase estable con incremento de secreciones
y sintomatología respiratoria moderada o importante que
acepte voluntariamente las condiciones establecidas y explicadas
previamente. Además debe estar motivado reconociendo su
enfermedad y dispuesto a participar en su mejoría y tiene
que cumplir unos requisitos personales, familiares y sociales
mínimos que aseguren su cumplimiento.
No todos los pacientes
con patología broncopulmonar crónica van a ser tributarios
de estas terapias y es importante el abandono del tabaquismo
tanto activo como pasivo así como iniciar el tratamiento
lo más precozmente posible. Habitualmente son pacientes
crónicos que, a pesar del tratamiento habitual, se encuentran
disneicos, con disminución de la tolerancia al ejercicio
y restricción de las actividades habituales.
Es imprescindible, antes
del inicio de la rehabilitación y terapia física, una historia
clínica adecuada, exploración completa y pruebas complementarias
como son el estudio de función pulmonar, gases sanguíneos
y pruebas de imagen, así como evaluación psicosocial del
paciente y su entorno. Se debe estimar previamente la sintomatología
general, expectoración, grados de disnea6 , valoración del
estado nutricional, patología osteoarticular acompañante,
calidad de vida y resultados de pruebas de ejercicio para
poder valorar la indicación de este tipo de terapia y la
respuesta al tratamiento. Además el paciente debe estar
recibiendo un tratamiento adecuado y completo de su enfermedad
de base.
En referencia a la rehabilitación
respiratoria, en enfermos con EPOC, la revisión de los escasos
ensayos bien diseñados que ofrecen una clara evidencia,
en relación a los abundantemente publicados, determina una
mejoría de la disnea, de la tolerancia al ejercicio y de
la calidad de vida reduciendo el número de hospitalizaciones
y días de estancia, sin haber obtenido datos determinantes
de incremento de la supervivencia7,8 .
Son necesarios más estudios
para confirmar si la rehabilitación respiratoria es también
efectiva en otras enfermedades crónicas del aparato respiratorio.
En pacientes pediátricos
la rehabilitación respiratoria en sí misma probablemente
será beneficiosa en las diferentes patologías respiratorias
crónicas, aunque son necesarios también estudios bien diseñados
en este grupo de edad.
En cuanto a la fisioterapia
respiratoria, se utiliza en exceso en algunas circunstancias,
ya que se indica a pacientes con bronquiolitis, neumonías,
asma o después de la extubación en pacientes ventilados
en los que, en muchas ocasiones, no existe incremento de
las secreciones y lo único que se consigue es perturbar
al enfermo o incluso empeorar su intercambio gaseoso; además,
en centros hospitalarios donde la capacidad de trabajo del
servicio de rehabilitación se encuentra desbordada, se impide
una adecuada asistencia a otros pacientes en los que su
prioridad está claramente definida. No obstante, el verdadero
beneficio de este tipo de terapia en muchas enfermedades
pulmonares crónicas está aún por demostrar, sobre todo en
niños; lo mismo ocurre en neonatos intubados y, en muchos
casos, en pretérminos donde existen estudios con diferentes
resultados9,10 .
De esta forma sólo se
han realizado estudios en adultos, no en niños, con bronquiectasias
no debidas a FQ, objetivándose efectos beneficiosos en la
producción de esputo pero sin evidenciar mejoría en la morbimortalidad
y en el funcionalismo pulmonar11 . En lo que hace
referencia al asma, la fisioterapia respiratoria no mejora
la función pulmonar y puede ser contraproducente en enfermos
agudos con broncoconstricción; sólo en casos especiales
con incremento de las secreciones puede llegar a ser beneficiosa;
sí se ha demostrado en cambio, la efectividad de las técnicas
de relajación y respiración controladas12,13 . En el caso de
la displasia broncopulmonar la fisioterapia respiratoria
debe limitarse sólo a las exacerbaciones.
Tampoco está demostrado
fehacientemente el beneficio de una intervención precoz
en relación con la fisioterapia respiratoria en FQ, aunque
ensayos clínicos a corto plazo sugieren el beneficio de
dichas técnicas encaminadas a la limpieza de las secreciones
de las vías aéreas demostrando un incremento en la producción
de esputo con los beneficios que ello puede traer consigo14,15 . Además se ha
observado que la adición de ejercicio se asocia a un incremento
del FEV1 en relación con la utilización de fisioterapia
respiratoria convencional solamente14 .
Por todo ello se considera
imprescindible realizar estudios bien diseñados mediante
ensayos aleatorizados doble o simple ciego con grupo control
apropiado y una adecuada selección de la muestra y su tamaño,
así como el establecimiento de unos parámetros seleccionados
para medir los resultados y el beneficio o perjuicio de
una determinada actuación. Con estas recomendaciones obtendremos
una firme evidencia acerca del beneficio de este tipo de
intervenciones terapéuticas.
Fisioterapia respiratoria
La función primordial
de la fisioterapia respiratoria consiste en ayudar a la
expulsión de secreciones del árbol respiratorio con el fin
de evitar la obstrucción bronquial con la consecuente inflamación
e infección secundarias, disminuir la resistencia de la
vía aérea, incrementar el intercambio gaseoso y reducir
el trabajo respiratorio16-18 .
Existen diferentes técnicas
para ser utilizadas en cualquier paciente con patología
cardiopulmonar y, según diferentes estudios comparativos
realizados, ninguna de ellas es la terapia ideal14,19,20 . Lo más importante
es conocer y tener experiencia con algunas de ellas y efectuarlas
con eficacia, evaluando los resultados con objetividad.
A continuación vamos
a exponer sucintamente las diferentes posibilidades en cuanto
a fisioterapia respiratoria en pacientes con patología broncopulmonar,
insistiendo en las más utilizadas en nuestro grupo, como
son: la respiración controlada, la técnica de ciclo activo,
la fisioterapia respiratoria convencional (vibraciones,
percusiones y drenaje postural), las técnicas de fortalecimiento
de la musculatura respiratoria y los ejercicios correctores
de las deformidades.
Respiración controlada
. Es imprescindible un uso adecuado de la respiración para
disminuir la sensación de agobio respiratorio y la consecuente
afectación de la calidad de vida. Más adelante se explica
esta técnica como componente del ciclo activo de técnicas
respiratorias. La respiración con labios fruncidos es otra
maniobra a tener en cuent a en el control de la disnea,
sobre todo en pacientes con patología neuromuscular21 .
Ciclo activo modificado
de técnicas respiratorias (ver fig.1). El objetivo fundamental de la utilización
de esta técnica es movilizar y aclarar el exceso de secreción
bronquial. Consiste en realizar una respiración controlada
seguida de ejercicios de expansión torácica que a veces
se acompañan de clapping , agitación
o vibraciones, finalizando con la maniobra de espiración
forzada.

Figura 1.
Esquema de técnica de ciclo activo modificado.
La respiración controlada se
basa en respirar a volumen corriente usando la parte inferior
del tórax relajando la zona superior y los hombros, con
inspiración activa y espiración pasiva y relajada, y colocando
la mano en el abdomen para localizar las sensaciones propioceptivas.
Este tipo de respiración, que forma parte integral del ciclo
activo, también puede ser utilizada cuando se camina o se
realiza cualquier tipo de ejercicio o para inhibir la tos
paroxística, extenuante y no productiva.
Los ejercicios de expansión torácica
consisten en una inspiración
profunda mantenida durante 3 seg, efectuando posteriormente
una espiración pasiva relajada en cuyo momento puede realizarse
clapping o movimientos
de compresión o vibraciones.
Por último, la
técnica de espiración
forzada reside
en la combinación de una o dos espiraciones forzadas no
violentas ("huffs") con períodos de respiración controlada
para prevenir la obstrucción al flujo aéreo. Se sigue de
la inducción de tos productiva no extenuante para eliminar
las secreciones que se han transportado
a vías aéreas altas. Si la situación clínica y edad del
paciente lo permiten, se realizarán "huffs" a bajos volúmenes
pulmonares para movilizar secreciones periféricas y a grandes
volúmenes pulmonares para movilizar secreciones de vías
centrales.
Fisioterapia respiratoria
convencional (ejercicios respiratorios con relajación muscular,
vibraciones, percusiones, compresiones, tos y drenaje postural)
. Esta técnica es la más conocida y utilizada.
Se efectúan en primer
lugar ejercicios
respiratorios acompañados de relajación muscular, seguidos de
movimientos activos del
tórax realizados
por el mismo paciente o una segunda persona que puede ser
un familiar entrenado o un fisioterapeuta, colocándose el
enfermo en diversas posturas para drenar los diferentes
segmentos pulmonares. Esos movimientos del tórax se llevan
a cabo colocando las manos, o dos dedos en el caso de lactantes,
en la pared torácica durante la espiración, haciendo un
movimiento más o menos enérgico (agitar) o más o menos suave
(vibraciones) en la dirección del movimiento de las costillas,
con lo que se incrementa el flujo respiratorio ayudando
a movilizar las secreciones de las vías aéreas.
La percusión (clapping) consiste en golpear sistemáticamente,
con la mano hueca y movimientos de flexoextensión de muñeca
o con dos o tres dedos o mascarilla de ambú de pequeño tamaño
en el caso de lactantes, las paredes del tórax para ayudar
a despegar las secreciones bronquiales y facilitar su drenaje.
Aveces se acompaña de compresiones torácicas durante los
"huffs" o la tos, para ayudar a expulsar las secreciones
hacia vías aéreas superiores.
En algunos pacientes
puede haber disminución en la saturación de oxígeno al efectuar
estas maniobras, por lo que es importante vigilar este parámetro
y asociar respiraciones profundas y ejercicios de expansión
torácica o la técnica de ciclo activo si existe desaturación.
Está contraindicada en
hemoptisis graves y hay que realizarla con gran suavidad
después de una intervención quirúrgica.
La tos es fundamental siempre que existan
secreciones, teniendo buen cuidado de generar una tos productiva
y no una tos sofocante e inefectiva que genera grandes problemas
de fatiga muscular en pacientes crónicos. La tos
asistida manual
o con asistencia mecánica unida a las insuflaciones periódicas
también deben ser tenidas en cuenta en pacientes neuromusculares.
El drenaje postural consiste, como su nombre indica,
en situar al paciente en diferentes posiciones con el fin
de drenar los diversos segmentos pulmonares haciendo uso
de la gravedad; se puede acompañar de vibraciones o percusiones.
En el caso de que exista distensión abdominal, aumento de
la presión intracraneal, reflujo gastroesofágico o prematuridad,
no deben ponerse en posición de Trendelemburg.
Drenaje autogénico.
Es una combinación de
respiración controlada y respiraciones a diferentes volúmenes
pulmonares, con el objetivo de incrementar el flujo aéreo
en el árbol bronquial mejorando la ventilación y la expectoración.
El método belga consiste en tres fases: despegar
secreciones distales respirando a bajos volúmenes pulmonares,
recolectar secreciones de vías aéreas mediales respirando
a volumen corriente y evacuar secreciones a vías aéreas
centrales y vías altas respirando a volúmenes pulmonares
elevados. Posteriormente se produce la tos y la consecuente
expectoración.
En el método alemán se respira a volumen corriente con
parada durante 2 o 3 seg al final de cada inspiración, estimulando
la tos y expectoración cuando el paciente lo considera aconsejable.
El drenaje autogénico
precisa unas 10-20 h de aprendizaje siendo difícil su empleo
en menores de 8 años precisando alrededor de 30 a 45 min
por sesión.
Flúter. Es un dispositivo portátil consistente
en una pipa de plástico con un cono, una tapadera perforada
del mismo material y una bola de acero que al ser desplazada
con la espiración mantenida del paciente produce una vibración
oscilatoria de alta frecuencia, que se transmite a través
de las vías aéreas despegando las secreciones bronquiales
permitiendo que se expulsen con más facilidad.
Presión espiratoria positiva
(PEP). Para la
realización de esta técnica es necesaria la mascarilla de
PEP. Es una mascarilla conectada a una válvula unidireccional
y un manómetro de presión que produce un aumento de resistencia
a la espiración precisando, para mejorar su efectividad
y no producir efectos indeseados, de una presión entre 10
y 20 cm H2O durante la mesoespiración.
La sistemática de utilización
consiste en respirar a volumen corriente con espiración
ligeramente activa durante 6-10 ciclos manteniendo el volumen
pulmonar sin llegar a la espiración completa; posteriormente
se usa la técnica de espiración forzada descrita anteriormente
para poder eliminar las secreciones. La sesión suele durar
alrededor de 15 min.
No es una técnica mejor
que el ciclo activo según algunos estudios, pudiéndose usar
en pacientes no cumplidores durante un tiempo.
Percusión mecánica
. Los percusores mecánicos como la chaquetilla vibratoria
y el ventilador (IPV) no han demostrado con claridad mejoría
en la expectoración ni incremento de la función pulmonar,
lo que añadido al engorro de utilizar un aparato mecánico
de tales características y al precio, hace desaconsejable
su uso.
Técnicas de relajación
y reeducación respiratoria . Utilizadas para disminuir el trabajo respiratorio
y controlar la disnea. Ya han sido descritas en parte anteriormente.
El reentrenamiento y
reeducación de la respiración y otras terapias complementarias
como el yoga también deben ser tenidas en cuenta, habiendo
sido evaluadas sobre todo en pacientes con asma22 .
Se ha observado que la
audición de música, especialmente compuesta por expertos,
durante la realización de la fisioterapia respiratoria mejora
la adquisición del hábito y el aumento del cumplimiento23 .
Una vez sentada la indicación,
aconsejamos iniciar la fisioterapia desde el momento del
diagnóstico y se debe realizar del orden de una a dos veces
al día, o más si se considera necesario, en relación con
la gravedad y complicaciones existentes, procurando siempre
hacerla antes de la ingesta del alimento o al menos 2 h
después de haber comido. Se aconseja un tiempo aproximado
por sesión de 20-30 min (5-10 min en lactantes, dividiendo
las diferentes posiciones entre ambas sesiones), empleando
unos 10min en cada postura productiva de secreciones y no
realizando más de 3 posturas por sesión. Se debe realizar
en un ambiente agradable y, según los casos, se emplearán
broncodilatadores inhalados previos a la fisioterapia si
se demuestra beneficio.
Otro punto a tener en
cuenta es el relacionado con la edad del paciente24 . Prácticamente
desde el nacimiento se puede realizar fisioterapia respiratoria
con diversas técnicas apropiadas a la edad, aunque no se
ha demostrado un claro beneficio de esta norma de actuación
en la bibliografía revisada, por lo que debe individualizarse
el tratamiento siempre y observar la respuesta.
En la etapa de lactante
es importante drenar los lóbulos superiores ya que habitualmente
están en decúbito. Con el inicio de la deambulación esto
se hace menos necesario, y se precisa drenar los lóbulos
inferiores y los segmentos anteriores del lóbulo superior
pues los posteriores drenan solos mientras juegan sentados;
además debe incrementarse la duración de las sesiones.
En la etapa preescolar
el juego tiene un papel primordial. Se inicia el aprendizaje
del ciclo activo apoyando la expectoración y enseñándoles
a sonarse la nariz para mantener limpias las vías aéreas
altas.
En la preadolescencia
(8-9 años) debe fomentarse el autotratamiento apoyando la
sensación de independencia y de valía por sí mismos. En
la adolescencia hay que estar muy vigilantes en el cumplimiento
de la terapia para que ya en esa época y en la etapa adulta
adquieran una total autonomía y responsabilidad.
No debe olvidarse en
ningún momento insistir siempre en la importancia de la
tos y expectoración.
Como hemos comentado,
la técnica de ciclo activo se puede empezar a enseñar en
pacientes de alrededor de los 2 años de edad a los que se
les puede hacer respirar profundamente por medio de la utilización
de globos o molinos de viento, posteriormente se les enseña
por medio del juego a soplar a través de tubos para que
vayan aprendiendo a realizar el "huff", y hacia los 3-4
años pueden realizarlo aceptablemente bien. En niños menores
de 2 años puede usarse la técnica de aceleración del flujo
espiratorio consistente en movimientos toracoabdominales
sincrónicos creados por las manos del fisioterapeuta sobre
el tiempo de la espiración.
Todas estas técnicas
deben ir acompañadas de una hidratación adecuada favoreciendo
la ingesta de líquidos. Además se realizará en ciertos casos
control de la saturación de O2 durante la fisioterapia
o el ejercicio físico.
Técnicas de fortalecimiento de la musculatura respiratoria
y ejercicios correctores de las deformidades
Es importante no olvidar
en todo programa de tratamiento de bronconeumópatas crónicos
los ejercicios correctores de la cifosis dorsal, tan frecuente
en adolescentes. Para ello, se coloca al paciente en decúbito
prono corrigiendo la lordosis lumbar y favoreciendo la contracción
de los músculos dorsales. Además se hacen ejercicios abdominales
y de basculación de la pelvis para corregir la hiperlordosis
lumbar, y ejercicios de flexibilidad de la columna.
También suele resultar
muy beneficiosa la natación estilo braza evitando la hiperextensión
del cuello.
Ejercicio aeróbico
El ejercicio físico desempeña
un papel muy importante en la vida de todo individuo, siendo
parte fundamental de un programa de rehabilitación respiratoria5,25,26 .
Se han realizado múltiples
estudios acerca del beneficio de programas de entrenamiento
en pacientes con bronconeumopatía crónica. Se han demostrado
mejoras en los parámetros de función pulmonar, aclaramiento
de esputo, estado clínico y tolerancia al ejercicio. No
obstante es esencial evaluar cuidadosamente a los pacientes
con afectación grave para valorar qué tipo y cantidad de
ejercicio es necesario en cada caso, ya que existe en muchas
ocasiones un deterioro "silente" que el paciente no es capaz
de valorar al evolucionar muy lentamente.
Por ello es esencial
interrogar acerca de cuestiones básicas de la vida diaria
como son los efectos de los quehaceres domésticos, hablar,
caminar o subir un determinado número de escaleras, sobre
la sensación subjetiva de disnea. También se hacen pruebas
de ejercicio regladas en el laboratorio, cuyos resultados
van a ayudar en gran manera para hacer un diagnóstico exacto
y programar el ejercicio más válido en cada caso.
El ejercicio en
todo paciente crónico debe cumplir unos requisitos que vamos
a analizar a continuación. Debe ser agradable, variado,
progresivo, mantenido, efectivo y designado individualmente.
El tipo de ejercicio debe estar relacionado con el ambiente
socioeconómico, ocupación, motivación del individuo y gravedad
de la enfermedad. Suelen ser efectivos la natación, bicicleta,
carrera al aire libre, saltos en cama elástica o con cuerda,
ping-pong y otros, siempre que sea ejercicio aeróbico y
se utilicen grandes grupos musculares, aunque a veces es
necesario el entrenamiento de grupos musculares periféricos
específicos.
En cuanto a la intensidad
del ejercicio, siempre debe estar relacionada con la gravedad
de la enfermedad, individualizando el tratamiento en cada
caso. Se debe ir de menor a mayor intensidad controlando
y evaluando la clínica, frecuencia cardíaca y saturación
de O2. Es buena norma hacer ejercicio 20-30 min
tres veces en semana o 10-15 min diarios con una intensidad
basada en la tolerancia de cada individuo, con incremento
gradual con descansos cada vez más cortos y siempre con
control de saturación de oxígeno por si fuera necesario
oxígeno suplementario para mantener saturaciones alrededor
del 90%.
Es imprescindible efectuar
ejercicios previos de calentamiento con estiramiento y flexibilización
de los diferentes grupos musculares, sobre todos de ambos
miembros.
De esta forma se pondrá
en marcha un programa de ejercicio gradual con la preparación
de ejercicios individuales para adultos y ejercicios en
grupos para niños testados siempre en el laboratorio de
función pulmonar.
No se ponen de acuerdo
los diferentes autores en cuanto al modo, intensidad, duración
y frecuencia de estos programas.
En el caso de ejercitación
de los músculos de los miembros inferiores, los programas
suelen durar entre 4 y 46 semanas con la mayoría de programas
entre 6 y 8 semanas con una intensidad variable. El entrenamiento
de miembros inferiores se realiza en cicloergómetro o en
tapiz rodante o mediante marcha controlada en domicilio
y se ha demostrado que incrementa la capacidad y tolerancia
al ejercicio disminuyendo la sensación de disnea y mejorando
la calidad de vida, recomendándose como parte importante
e imprescindible de un programa de rehabilitación respiratoria7 .
En cuanto a la rehabilitación
de los miembros superiores, que participan en gran manera
en la ventilación pulmonar, puede llevarse a cabo mediante
ergometría o ejercicios frente a resistencia elevando los
brazos, siendo mejor este último según determinados estudios,
habiéndose evidenciado su beneficio en EPOC, FQ y cuadriplejía3 .
Es necesario un control
seriado del adecuado cumplimiento y efectividad del programa
con evaluaciones seriadas, ya que se ha demostrado disminución
de cumplimiento y desaparición de los beneficios obtenidos
si no se mantiene dicho programa. El intervalo de repetición
del programa de ejercicio gradual no está establecido aún
y son necesarios más estudios para fijarlo. Existen recomendaciones
que indican que con ayuda de alguna técnica de mantenimiento
pueden mantenerse a largo plazo los efectos de la rehabilitación
respiratoria.
De todas formas este
tipo de actuaciones no están totalmente instaurados en la
práctica clínica ya que sólo se ha demostrado su beneficio
en pacientes con EPOC y se precisan más estudios para proponerlo
en otras enfermedades broncopulmonares crónicas. En el asma,
el entrenamiento físico puede mejorar la adaptación cardiopulmonar
a la enfermedad sin cambios reseñables en la función pulmonar
y sin existir datos en cuanto a mejora de la calidad de
vida27 . En niños son
poco utilizados en el momento ctual con la sistemática descrita
con anterioridad.
No obstante es importante
explicar a los pacientes que el ejercicio puede ser beneficioso
para su ritmo de vida habitual mejorando los aspectos físicos
y psicológicos y permitiendo una mayor comunicación social.
Intervención psicosocial y sobre el comportamiento. Educación
sanitaria
Se ha demostrado fehacientemente
la existencia de depresión y ansiedad en pacientes con EPOC.
Las diferentes publicaciones sugieren una asociación entre
afectación respiratoria y alteraciones psicológicas y sociales,
muy relacionadas con la restricción de las actividades habituales,
siendo estos datos más predictivos de incapacidad funcional
que los mismos indicadores fisiológicos.
Es importante que un
buen programa de rehabilitación, consistente en un entrenamiento
supervisado personalizado, ejercicios respiratorios, relajación,
fisioterapia respiratoria, interrupción del consumo de tabaco,
tratamiento médico óptimo, estimación del estado nutricional,
educación para la salud, control evolutivo y reeducación
a largo plazo para reforzar lo aprendido, comprenda como
parte importante, la prevención y tratamiento de problemas
psicosociales y de personalidad.
Los objetivos de estos
tratamientos consisten en el estudio de problemas específicos
como la ansiedad y depresión, la enseñanza de técnicas de
relajación, y posibilitar y expander las relaciones en familia,
trabajo o pareja así como facilitar información sobre todos
estos aspectos y dar soporte emocional en todo momento.
Las técnicas de relajación mejoran el estrés psicológico
con aumento del bienestar y mejoría de la disnea en asma
y EPOC12,13, .
Las estrategias en cuanto
al comportamiento y la adecuada educación sanitaria deben
llevar al enfermo a conocer todos los aspectos de su enfermedad
para saber cómo tratarla y conocer los aspectos saludables
de comportamientos relacionados con el abandono del tabaquismo
activo y pasivo, llevar una dieta equilibrada que permita
un desarrollo pondoestatural adecuado y la insistencia en
los beneficios de un ejercicio reglado y controlado.
Como hemos comentado
previamente, no hay estudios con resultados definitivos
en cuanto a estas cuestiones, aunque es opinión generalizada
de los grupos de expertos que la educación sanitaria y la
intervención psicosocial forman parte integral del programa
de rehabilitación respiratoria, ya que probablemente mejoran
la calidad de vida e individualmente son aceptados al mejorar
la disnea y el componente psicógeno asociado que tantos
problemas produce a estos enfermos en su vida personal,
familiar y social5,7,25, .
La asistencia domiciliaria
en estos casos debe ser apoyada en toda su extensión ya
que gran parte de la eficacia de estos programas está basada
en una supervisión adecuada fuera del hospital.
La educación para la
salud debe incluir3 :
Estudio básico y
comprensivo de la anatomía, fisiología y fisiopatología
del aparato respiratorio.
Comprensión del
beneficio del ejercicio y control de la respiración.
Aprendizaje de las
técnicas de conservación de energía y simplificación del
trabajo.
Uso adecuado de
la medicación y manejo de los síntomas.
Automanejo.
Evitar factores
irritantes ambientales (tabaco sobre todo).
Conocer las técnicas
de fisioterapia respiratoria.
Evaluar los factores
psicosociales: manejo de la ansiedad y depresión, manejo
del estrés, organización de la vida en sociedad (viajes,
tiempo libre, sexualidad, trabajo).
Conocer conceptos
básicos para conseguir una nutrición adecuada.
Educación de pacientes
terminales con el establecimiento de pautas de actuación
e intervención sobre decisiones futuras, y conversaciones
con el paciente y/o familia en momentos de estabilidad de
la enfermedad.
Este programa educacional
incorporará el refuerzo de lo aprendido con controles y
sesiones frecuentes donde se repitan las enseñanzas impartidas
al principio, tanto en relación con la enfermedad de base
como con la sistemática de los ejercicios. Además estará
siempre acompañado de un control de calidad con auditorías
frecuentes que confirmen la efectividad de las técnicas
de fisioterapia y rehabilitación respiratoria, así como
su adecuada realización por parte del paciente o de sus
familiares.
Como puede deducirse
de lo anteriormente expuesto, existe aún un largo camino
por recorrer, ya que no existen claras evidencias del beneficio
de la rehabilitación respiratoria y terapia física en muchas
cuestiones fundamentales sobre pacientes con patología respiratoria.
No obstante, además de realizar estudios con una buena base
científica, siempre debe individualizarse el tratamiento
evaluando los progresos de cada paciente. Para ello, es
sentir de muchos expertos la necesidad de estructurar y
diseñar programas de rehabilitación muy sencillos de llevar
a cabo, ya que son tan efectivos como los programas más
complejos sobre la mejora de la calidad de vida, mucho más
fáciles de realizar y de menor coste8 .
Por todo ello es esencial
llevar a cabo ensayos controlados encaminados a evaluar
los siguientes aspectos3 :
Consenso en terminología.
Costes.
Simplificar las
medidas de control evolutivo y respuesta al tratamiento.
Establecer métodos
para aumentar el cumplimiento.
Mejorar las indicaciones
y causas de exclusión en los programas.
Intensidad, frecuencia
y tipo de ejercicio óptimos.
Beneficio en pacientes
no EPOC y en la edad pediátrica.
Beneficios a largo
plazo y efecto sobre la supervivencia.
Importancia de la
rehabilitación preoperatoria.
Importancia de educación
y soporte psicosocial.