"¿POR QUÉ DESAPARECIERON LOS
DINOSAURIOS?"
( GUIÓN )
Ó—: Hola de nuevo, amigos amantes de la ciencia. Bienvenidos, una
noche más, a vuestro programa favorito de divulgación científica,
aquí, en UPVradio, desde la Universidad Politécnica. Con nuestro
guía, el profesor Francisco Rubio, del departamento de Ingeniería
mecánica y materiales, vamos a hacer hoy un viaje al pasado más
remoto, a una edad don de ni tan siquiera los seres humano pisábamos
el planeta... Y eso es lo único que me da dicho.
¿Cómo te encuentras, Francisco? En fin: ahora ya no puedes escaparte.
¡Venga, revélanos el misterio sobre el tema de esta noche!
F—: ¿Qué tal...? Pues supongo que los protagonistas de esta
noche son de sobra conocidos por nuestros oyentes...: los dinosaurios. Lo que
puede que no sepan a ciencia cierta (ya que hay muchas hipótesis cruzadas
al respecto) es "por qué desaparecieron los dinosaurios". ¡Hoy,
saldremos de dudas!
Ó—: El profesor tiene razón, porque a pesar de la hipótesis
más fiable del meteorito en el Yucatán, las suposiciones de los
paleontólogos manejan hasta la hipótesis de un extraño
virus. Sea lo que fuere, esta noche haremos un viaje zoológico en el
tiempo, para observar al detalle los últimos momentos de vida de los
grandes saurios. Un recorrido que no os podéis perder, ya veréis
como os encontráis con muchas sorpresas.
Amigos, subid en el jeep y nunca os salgáis del itinerario marcado: no
apaguéis vuestras radios... "La luz de Atenea" comienza.
----cambio de banda sonora----
Ó—: Bueno, amigos... Como sabéis, desde hace 150 años
se vienen descubriendo los restos fósiles de los animales más
extraordinarios que hayan poblado la Tierra: los Dinosaurios. Los “reyes”
de la Tierra durante unos 160 millones de años, una cifra que nos cuesta
imaginar con rapidez... ¿verdad, Francisco?
F—: Verdad: sobre todo comparado con esos 300.000 años en que el
ser humano existe...
Ó—: La diferencia es abismal. Lo mejor, creo yo, es que hagamos
un recorrido -para tener una visión de conjunto- de la evolución
de la vida hasta llegar a esos grandes saurios... ¿Qué nos dice
la paleontología?
F—: La Paleontología nos dice que ya existían pruebas de
organismos vivos cerca de la Era Arquezoica. Estos primeros organismos se fueron
desarrollando con el paso de los siglos, y se convirtieron en la diversidad
de fauna que existió durante el período primario. Esto fue en
los mares cámbricos. Luego llegaron los primeros moluscos y branquiópodos.
Los branquiópodos, desde su aparición, continuaron desarrollándose
cada vez en más número y variedad de especies.
Ó—: ¿Los vertebrados tardarían mucho en llegar? Porque,
de los dinosaurios, los museos exponen mayoritariamente huesos fósiles.
F—: Lo cierto -Óscar- es que por lo que respecta a la aparición
de los primeros vertebrados no existe mucha información. Habría
que remontarse a formas primitivas, de las que el único descendiente
actual sería el 'Anfioxo'. La evolución de este primer vertebrado
habría comenzado al menos en el Cámbrico, o quizás a finales
de la era Proteozoica.
Ó—: Así que no está muy claro cuándo apareció
el primer vertebrado (el padre de los dinosaurios y del hombre). Y, para acercarnos
un poco más... ¿cuándo empiezan a reptar los reptiles...?
Es el periodo Pérmico, si no me equivoco...
F—: Eso es (veo que te sabes la lección). Fue -efectivamente- en
el Período Pérmico, cuando empieza a haber diferencias esenciales
en los reptiles. Y puedes imaginar -también- a los animales terrestres
más variados: unos rápidos, otros lentos; carnívoros y
herbívoros, en tierra, en mar y aire; bípedos o cuadrúpedos....etc.
No nos extenderemos sobre el tema porque existe una bibliografía muy
completa sobre este periodo.
Ó—: Amigos -a tan sólo unos minutos de programa- los animales
ya han hecho su aparición sobre el planeta. Y sabemos que, entre ellos,
los reptiles que crecerán hasta convertirse en dinosaurios... ¡Háblanos,
profesor, de todos los restos que tenemos de ellos!
F—: Las rocas sedimentarias son las verdaderas huellas de esta época.
Los paleontólogos encuentran y estudian los fósiles. Estos nos
cuentan las costumbres, las formas de vida y de adaptación de esos animales.
Ó—: Los reyes del planeta durante millones de años...
F—: Y ese dato es importante, porque da noción del grado de adaptación
de estos reptiles. ¡Mejor adaptados -quizás- que el hombre! Para
que lo entendamos: en 1984 se realizó un descubrimiento antropológico
que es paradigmático. Un equipo de investigadores de Kenya y de EE.UU
descubrió rastros humanoides de más o menos cinco millones de
años, rastros que pertenecerían a unos lejanísimos antepasados
del hombre. Este hallazgo alarga la anterior cifra de tres millones trescientos
mil años de antigüedad del hombre.
Ó—: Según mis notas, el jefe de la expedición (Andrew
Hill) afirmó de estos humanos: “son dos millones de años
más viejos que todo lo conocido, y muchas cosas pueden ocurrir en dos
millones de años”.
F—: Pues bien Óscar- compara esos 5 millones con los 180 millones
de años de vida de los dinosaurios... ¡Los dinosaurios superaron
esa cifra unas 29 veces aproximadamente!
Ó—: ¿Llegará el género humano a superar el
siglo próximo, con 9000 millones de almas sobre el planeta y tres cuartas
partes pasando hambre? ¿Superaremos el recalentamiento del globo? ¿El
egoísmo de ciertos políticos nos enfrentará entre nosotros
en la lucha por los recursos, en un choque 'atómico' de civilizaciones?
F—: Exacto... Ni siquiera el hombre tiene su supervivencia garantizada.
Con apenas 5 millones de años parece quedar empequeñecida nuestra
existencia en la Tierra. Y eso sin acudir a 'verdaderas cifras' (me refiero
astronómicamente hablando)... A lo que vamos: los dinosaurios que fueron
verdaderos REYES del planeta en lo que a cantidad de tiempo de existencia.
Ó—: Ahora pongámonos todos a imaginar un poco para ver a
los dinosaurios en su hábitat. Descorramos -Francisco- el raído
velo del tiempo. A ver: ¿cómo sería un día cualquiera
de la época secundaria?
F—: ¡Vamos allá! Imaginemos un día cálido -¡muy
húmedo!-... Es un tiempo confortable, ideal para los reptiles. Nos rodean
grandes selvas y estanques, que crean un clima frugal... enteramente verde.
¿Estamos ubicados? Entonces ya podemos ver ciertos reptiles... Mira,
ahí tenemos una especie de reptil herbívoro, cubierto de placas
óseas... Es un 'Estegosaurus'.
Ó—: ¿Y para qué le sirve a esa especie de armadura?
F—: Bueno, según algunos investigadores la usa como defensa. También
puede servir para distribuir el aire: de refrigerador de la temperatura...
Ó—: Uhm... ya veo. Sigamos con nuestro viaje imaginado... ¿qué
más nos encontramos?
F—: Frente a una gran laguna advertimos unos cuellos largos que emergen.
Son los cuellos de unos 'Braquiosaurus', tan altos como el tercer piso de un
edificio...
Ó—: ¡Vaya, un dinosaurio como una grúa de bomberos!
F—: Mira, y a nuestro alrededor tenemos manadas de Triceratops...
Ó—: ¿No serán peligrosos estos?
F—: Bueno, son reptiles de tres cuernos, y son temibles en los enfrentamientos.
Pero son herbívoros.
Ó—: ¡Menos mal! ¿Y se ve algún dinosaurio volador?
F—: Bueno, pues también. Sobre el espejo de la laguna vuelan los
'Teranodontes', que son reptiles voladores de más de ocho metros de envergadura
(como los planeadores actuales). Los Teranodontes volaban y cazaban sobre las
aguas... Y a nuestro tenemos un lado un gigantesco Brontosaurus (un herbívoro)
de casi 20 metros de largo y 170 años de edad...
Ó—: Este dinosaurio tendrá que estar pastando un buen rato,
¿no Francisco?
F—: De hecho, cuando no duerme, no hace otra cosa. ¿A que no sabías
que el Brontosaurus posee un segundo centro nervioso en la región dorsal
de la médula espinal?
Ó—: Pues no. Y ahora -Francisco-, en este programa de 'La luz de
Atenea' dedicado a la desaparición de los dinosaurios... ¡déjame
imaginar a mí! Pongamos que -de pronto- el pánico se apodera de
toda la selva. El Brontosaurus inicia una carrera hacia la laguna... y de pronto
asoma el Rex, el 'rey'... El temible y 'spielberg-riano' 'Tiranosaurus Rex'.
Ante vosotros, amigos, un carnívoro bípedo de 15 m. de largo.
F—: ...que (como los Alosaurus y los Ceratosaurus) sembraba el terror
entre sus congéneres. Nosotros salimos corriendo, y vemos al Rex acercarse
a una manada de Triceratops. Los Triceratops huyen (y no porque sean menos poderosos
que el Tiranosaurus Rex)... pero un Triceratops viejo y solitario queda a la
expectativa...
Ó—: ¿Qué pasará amigos? ¿A que no esperabais
semejante escena? ¿El Triceratops recogerá el guante del duelo
que parece que le va alanzar el Tiranosaurio?
F—: La verdad es que el carnívoro se acercaría no muy decidido,
porque su contrincante es un 'peso pesado'. El Triceratops en un acto reflejo
pasaría de la inactividad del prado a la carrera... ¡Se lanza contra
su depredador! Imagínate: 8 toneladas trotando, con tres poderosísimos
cuernos... ¡y a 60 km/h!
Ó—: Ahí tenemos, amigos: una lucha de titanes: un camión
cisterna tratando de embestir a una pala excavadora con sus garras alzadas...
¿Qué sucede al final, Francisco?
F—: No está muy claro... Si bien el Tiranosaurus podía ser
un poco más feroz -era cazador- en la práctica no siempre tenía
suerte... La victoria en la batalla dependía de muchas circunstancias.
Pues bien: el carnívoro -pongamos- trata de eludir el golpe con sus dos
miembros inferiores (los únicos que tenía desarrollados)...
Ó—: Así que el Rex está intentando evitar la colisión
inminente...
F—: ...pero no lo consigue: el choque de los colosos es terrible. El triceratops
ha hundido uno de sus tres cuernos en una de las patas de su enemigo.
Ó—: Recordemos, amigos de "La luz de Atenea", que el
triceratops poseía tres cuernos en la cabeza, y uno grande y afilado
en la parte superior del hocico... como los actuales rinocerontes. ¿El
Tiranosaurus se defenderá terriblemente, verdad?
F—: Sí: el Rex pone en juego rápidamente tercer arma mortal
(además de sus garras como alfanjes): el Rexo usa contra el Triceratops
sus mandíbulas. Unos 2000 dientes -Óscar- destrozan el lomo del
herbívoro. Éste lanza un grito de dolor. Ya no podrá liberarse
del Tiranosaurus, y se desangrará aunque trate de escapar.
Ó—: Fantástico el viaje al que nos ha conducido Francisco
Rubio. Esta escena -amigos- se habrá repetido infinitas veces, con fortuna
para uno u otro oponente, y durante millones de años. Podemos imaginar
al carnívoro alejándose, con el hambre saciada pero con una herida
que lo acompañará. Millones de años después, un
paleontólogo descubrirá los restos del Triceratops. Incluso -por
qué no, Francisco- es probable que encuentre al “matador”
y reconstruya el combate... ¿No es así?
F—: Y así ocurrió en 1928....pero eso es otra historia.
Hoy sabemos que grandes animales mastodónticos convivieron con seres
humanos, pero en 1928 esto fue un bombazo para la paleontología.
Ó—: Vamos ahora a seguirles las huellas -como cazadores- a un gran
mamífero prehistórico. Recordemos que seguimos las pistas para
esclarecer por qué se extinguieron los dinosaurios. Sabemos que no fue
el hombre quien acabó con ellos -porque nosotros aparecimos mucho después-
pero será interesante estudiar el ejemplo de 'depredación' que
ahora nos propone Francisco Rubio.
F—: Pues atentos a esta historia, Óscar. En 1928 se celebró
en Budapest el Congreso Internacional de Paleontología... Pues bien:
entre los ponentes se hallaba el dr. Spillmann. El dr. Spillman era un joven
científico alemán que vivía en Quito, Ecuador. Nadie de
los presentes sospechaba la interesante contribución que iba a hacer
el Dr. Spillman cuando éste subió a la tribuna de oradores...
Ó—: Un paleontólogo alemán que había hecho
estudios en Ecuador. No olvidemos, amigos, lo proclives que son las tierras
americanas a exhumar toda clase huesos fósiles... ¿Y bien?
F—: El Profesor Spillmann empezó el informe con la noticia de que
en Abril de 1928 había encontrado, a 13 km. al Este de Quito, en el pequeño
pueblo de 'Alangasi', el esqueleto completo de un Mastodonte. El 'mastodonte
postremus': lo que los científicos conocen como un 'proboscidio' prehistórico.
Ó—: Pero esto, en sí -Francisco-, no tendría nada
de sorprendente. Los fósiles de mastodontes eran ya en aquella época
relativamente comunes...
F—: Ya, en ese sentido el descubrimiento no era nada 'extraordinario'...
El hecho no hubiese tenido demasiada importancia si no fuera porque junto al
esqueleto Spillman encontró restos de recipientes, juntas de lanzas...
y casi un 'hogar' al completo.
Ó—: Amigos, eran los primeras pruebas de 'contemporaneidad' entre
hombres y mastodontes...
F—: Exacto. Las imponentes Tobas Volcánicas esparcidas en el lugar
del hallazgo formaban un soporte de arcilla azul (con espesor de 1.5 m.). El
esqueleto del Mastodonte fue encontrado en la superficie de arcilla azul, con
las patas y la boca abiertas. El gran fuego que los cazadores habían
encendido confirió un tono rojizo a la arcilla, y chamuscó parte
del esqueleto.
Ó—: Así que esos humanos se dieron aquel día un festín
de 'mastodonte a la brasa'...
F—: Muy probablemente. 'Alguien' le había roto las vértebras
cervicales con una gran piedra redonda de 40 cm., que estaba en el lugar. En
el costado derecho del animal se veían perfectamente huellas de dos heridas
(curadas) de punta de lanza. No había duda de que el animal había
sido atacado por hombres. Y en la región pélvica del esqueleto
mastodóntico había cierto número de excrementos...
Ó—: ¿Y quienes fueron los probables comensales, o al menos
los atacantes? Fue en lo que hoy es Ecuador... ¿Habían sido los
antepasados de los mayas?
F—: Eso es lo que se cree. Spillman encontró una especie de 'jarros'
al lado del animal, que tenían claramente rasgos de la Cultura Maya.
Estos restos humanos eran de una antigüedad de 1600 a 1800 años.
Ó—: Según estos datos -amigos- el 'Mastodonte postremus'
vivía pues en los primeros siglos de nuestra era.
F—: Seguramente -Óscar- la manada vagaba por la Altiplanicie del
Ecuador, y bajaba al río al atardecer. Los cazadores, desde la elevada
orilla, posiblemente lanzaron una gran piedra que alcanzó a uno de los
animales. El mastodonte se desplomó mientras los demás emprendían
la fuga.
Ó—: ...y el final de la historia es previsible: los hombres bajaron
corriendo, y no les costaría mucho rematar al animal -ya herido-. Una
vez muerto, los cazadores trajeron leña, la apilaron a su alrededor...
F—: Exacto. Los cazadores levantaron al mastodonte como pudieron, aunque
se supone que en algunos lugares lo sostuvieron con palos. Se apagó totalmente
el fuego y los cazadores se abalanzaron sobre la bestia...
Ó—: Pero -como tu has dicho- Spillman encontró los restos
del mastodonte junto a los de los comensales.... ¿Murieron juntos todos,
al pie del festín?
F—: Es probable que una gran tormenta azotara el lugar. Y las aguas torrenciales
pudieron ablandar el suelo. Spillman pensaba que un gran pedazo de la gruta
pudo desprenderse sobre el lugar del fuego. La avalancha recubrió todo
con una gruesa capa de barro, y al acabar la tormenta todo estaba cubierto de
lodo y canto rodado.
Ó—: Observemos hasta qué punto los paleontólogos
y arqueólogos pueden reconstruir la historia de un día... Y tan
sólo mediante unos cuantos huesos fósiles y restos de una cena.
La sorpresa de éste hecho -amigos- es que, hasta aquel hallazgo, la paleontología
creía que los mastodontes no habían sobrevivido nada más
que en América al Terciario, y que allí -si acaso- lo habían
hecho tan sólo hasta el Cuaternario... digamos que al Pleistoceno, ¿verdad
Francisco?
F—: Exacto. Lo que Spillman reveló al mundo era que una de especie
de mastodonte se había mantenido hasta principios de nuestra era.
Ó—: Todavía no sabemos cómo ni por qué desaparecieron
los dinosaurios, ni tampoco porqué lo hicieron otros grandes animales
-de poderosa apariencia-, como el mastodonte del que acabamos de hablar. Día
tras día se suman restos fósiles de éstos animales. Bestias
que, hace millones de años, sin causa determinada desaparecieron, se
extinguieron completamente.
Expuestos varios ejemplo, vamos ya si te parece -Francisco- al 'quic' de la
cuestión... ¿Por qué se extinguieron los dinosaurios? ¿Cómo
suceden estas extinciones masivas?
F—: Las hipótesis de las extinciones se abren según diversas
vías. Recopilemos memoria histórica...
Ó—: Empezamos: 'punto A'..
F—: El dr. Stephan Zamenhoff afirmó que la desaparición
de los dinosaurios pudo deberse a que éstos alcanzaron su máximo
grado de diámetro y volumen.
Ó—: Eso es lo que piensa también, Francisco, el gran paleontólogo
Lapparent. La teoría se basa en una ley general que afirma que cuanto
mayor crecimiento de animales, menor densidad de población... ¿no?
F—: Es cierto, pero la relación entre causas y efectos es demasiado
'compleja' como para deducir de esa teoría una extinción masiva.
De hecho, la teoría del tamaño de los dinosaurios no explica la
extinción de los reptiles más pequeños...
Ó—: De acuerdo, entonces -amigos- la suposición de un tamaño
excesivo no parece sostenerse...
F—: Creo que no... Por otra parte, Boule y Piveteau opinan que fueron
los mamíferos los que provocaron la extinción de los dinosaurios
al devorar sus huevos. Sin embargo esta teoría se topa también
con una dificultad: los mamíferos en el Cretácico no eran numerosos...
Ó—: Los mamíferos sólo alcanzaron un desarrollo considerable
en el Paleoceno. O sea que la segunda de las hipótesis sobre la extinción
masiva de saurios también tiene poca solidez. ¿Pero sí
que pudo haber competencia entre mamíferos y reptiles, no?
F—: Eso está claro...: hubo competencia -seguro-, pero tuvo que
ser muy leve... A pesar de que existían mamíferos devoradores
de huevos, los reptiles pudieron compensar ese mecanismo depredador con una
mayor puesta de huevos...
Ó—: Existe -Francisco- una tercera hipótesis.... que con
esto tan reciente de 'SARS' -el Síndrome Respiratorio Agudo y Severo-...
no sé se tiene alguna lógica. Me refiero a la posibilidad de que
fuera un virus el que provocase una epidemia...con consecuencias mortales.
F—: Bueno... ésa es la teoría del virus. Lo de que pudo
ser un virus queda totalmente descartado. Pensemos -por ejemplo- en este detalle:
para que un virus pudiera atacar a todos los saurios -incluidos los dinosaurios-
tendría que haberse extendido por todo el mundo... Precisamente, es lo
que pasó con el SARS.
Ó—: El virus tendría que haber afectado a todas las especies
de reptiles...
F—: Eso es... Cosa que no ocurrió.
Ó—: Qué interesante, amigos de "La luz de Atenea".
Recordad: estamos intentando deslindar esta noche 'por qué' se extinguieron
los dinosaurios. Con el profesor Francisco Rubio hemos descartado ya 4 hipótesis:
la teoría de un tamaño excesivo de los individuos, la de los mamíferos
depredadores de huevos... y hasta que pudiera tratarse de un virus mortal...
¿Qué nos queda, Francisco? ¡Supongo que la teoría
más conocida por nuestro oyentes...
F—: Me temo que sí. La teoría más en boga nos dice
que pudo haber grandes cambios climáticos que desequilibraron el medio
ambiente que habitaban los saurios. Pero aún con esta hipótesis
general, existen dos grandes suposiciones.
Ó—: Esto es: que pudieron ser cambios climáticos lentos
o cambios drásticos y rápidos... ¿Me equivoco?
F—: Exactamente. Para algunos científicos los supuestos cambios
fueron lentos y pausados. Y para otros, fueron violentos... veloces.
Ó—: ¿Es posible...? ¿Tanto puede cambiar el clima
para arrasar con toda una rama de la evolución?
F—: Piensa que al final influyen muchísimos factores: que varíe
la temperatura, el descenso de la humedad... ¡que emerjan nuevas tierras!
Quizás, los dinosaurios no pudieron vencer toda la cadena de obstáculos,
y perecieron...
Ó—: Cosa que no ocurrió -amigos- con otras especies de reptiles,
como los cocodrilos o los 'quelonios'...
F—: Y hay otra hipótesis todavía más curiosa que
la del virus... Se comprobó que los huevos de dinosaurios del último
período mostraban una falta de calcio considerable. La teoría
habla de problemas patológicos graves, que habría provocado dinosaurios
con huesos deformes en aquella época.
Ó—: Y yo voy a citar otra posible 'causa' de la extinción...
En 1976 se planteó la hipótesis de que el desarrollo de las plantas
'angiospermas' pudo contribuir al fatal final de los dinosaurios. Estas plantas
pudieron desarrollar unas sustancias químicas... que afectaron a los
saurios herbívoros, haciendo que éstos escaseasen. Muertos los
herbívoros, los carnívoros habrían caído llegado
a competir entre sí. También se sugiere -ojo- que la alimentación
de plantas con alcaloides y 'taninos' pudo haber acusado el desarrollo anormal
de la glándula pituitaria de los dinosaurios...
F—: ...que hubiera provocado un excesivo espesor de la cáscara
de los huevos, y que hubiera impedido la eclosión de estos. Esta hipótesis
parece bastante aceptable. No se duda de que la vegetación influyó...
pero no explica por qué también desaparecieron los reptiles marinos,
que no se alimentaban de plantas terrestres. A la teoría de la vegetación
yo añadiría -si acaso- el factor del enfriamiento del agua.
Ó—: Luego entra en juego la hipótesis del cambio en el campo
magnético de la Tierra... Nos vamos acercando a la teoría más
verosímil, amigos.
F—: Esa hipótesis afirma que 'inversiones' en los polos magnéticos
pudieron potenciar -momentáneamente- el escudo que protege a la Tierra
de las radiaciones cósmicas.
Ó—: Y con ello, un enfriamiento del planeta...¡una especie
de 'efecto invernadero'!
F—: Y afirma que podría haber sido provocado por el choque de un
gran meteorito. Esta teoría no puede ser descartada. Por fin, el Premio
Nobel de Física, Luis Álvarez, y su hijo, apuntan a que un gran
asteroide chocó contra la Tierra hace 65 millones de años. A causa
de ello, una masa cien veces más grande que el asteroide se habría
elevado a capas altas de la atmósfera... ¡Imagínate la Tierra
sumergida en una noche que durase tres años... o más!
Ó—: Hay una última teoría: la de la explosión
de una 'supernova', formulada desde el Instituto de Investigación Cósmico
de la Academia de Ciencias de Rusia. Según Carl Sagan -amigos- un flujo
de partículas cargadas con alta energía pudo penetró en
nuestra atmósfera, y destruir tal vez la capa de ozono atmosférico.
A la superficie habrían llegado -masivamente- los tan dañinos
rayos ultravioletas.
F—: En resumen: lo más seguro es que haya habido factores conjugados.
Con todo, la teoría más aceptada es la del meteorito que cayó
en la península de Yucatán, en Méjico. El fin de los dinosaurios
pudo deberse a una interminable noche fría, que los fue esquilmando.
Entre otras coas, recordemos que los reptiles necesitan calor.
Ó—: Hemos agotado el tiempo de programa, amigos. En la Noche de
los Tiempos, hemos conocido cómo vivieron los grandes saurios y los mastodónticos
mamíferos de La Tierra. Y también hemos formulado todas las hipótesis
acerca de la extinción masiva de los dinosaurios. Pero "La luz de
Atenea" no se extingue. El equipo del programa se encargará de mantener
viva la llama hasta la próxima entrega. En el control de realización
estuvo Raúl Valenciano; en la mesa, el profesor Francisco Rubio, del
departamento de Ingeniería mecánica y de materiales; y en este
micrófono, servidor: Óscar Delgado. Ha sido un placer.
F—: (despedida personal; por ejemplo: "¡Hasta la próxima!")