"¿POR QUÉ DESAPARECIERON LOS DINOSAURIOS?"
( GUIÓN )


Ó—: Hola de nuevo, amigos amantes de la ciencia. Bienvenidos, una noche más, a vuestro programa favorito de divulgación científica, aquí, en UPVradio, desde la Universidad Politécnica. Con nuestro guía, el profesor Francisco Rubio, del departamento de Ingeniería mecánica y materiales, vamos a hacer hoy un viaje al pasado más remoto, a una edad don de ni tan siquiera los seres humano pisábamos el planeta... Y eso es lo único que me da dicho.
¿Cómo te encuentras, Francisco? En fin: ahora ya no puedes escaparte. ¡Venga, revélanos el misterio sobre el tema de esta noche!
F—: ¿Qué tal...? Pues supongo que los protagonistas de esta noche son de sobra conocidos por nuestros oyentes...: los dinosaurios. Lo que puede que no sepan a ciencia cierta (ya que hay muchas hipótesis cruzadas al respecto) es "por qué desaparecieron los dinosaurios". ¡Hoy, saldremos de dudas!
Ó—: El profesor tiene razón, porque a pesar de la hipótesis más fiable del meteorito en el Yucatán, las suposiciones de los paleontólogos manejan hasta la hipótesis de un extraño virus. Sea lo que fuere, esta noche haremos un viaje zoológico en el tiempo, para observar al detalle los últimos momentos de vida de los grandes saurios. Un recorrido que no os podéis perder, ya veréis como os encontráis con muchas sorpresas.
Amigos, subid en el jeep y nunca os salgáis del itinerario marcado: no apaguéis vuestras radios... "La luz de Atenea" comienza.
----cambio de banda sonora----
Ó—: Bueno, amigos... Como sabéis, desde hace 150 años se vienen descubriendo los restos fósiles de los animales más extraordinarios que hayan poblado la Tierra: los Dinosaurios. Los “reyes” de la Tierra durante unos 160 millones de años, una cifra que nos cuesta imaginar con rapidez... ¿verdad, Francisco?
F—: Verdad: sobre todo comparado con esos 300.000 años en que el ser humano existe...
Ó—: La diferencia es abismal. Lo mejor, creo yo, es que hagamos un recorrido -para tener una visión de conjunto- de la evolución de la vida hasta llegar a esos grandes saurios... ¿Qué nos dice la paleontología?
F—: La Paleontología nos dice que ya existían pruebas de organismos vivos cerca de la Era Arquezoica. Estos primeros organismos se fueron desarrollando con el paso de los siglos, y se convirtieron en la diversidad de fauna que existió durante el período primario. Esto fue en los mares cámbricos. Luego llegaron los primeros moluscos y branquiópodos. Los branquiópodos, desde su aparición, continuaron desarrollándose cada vez en más número y variedad de especies.
Ó—: ¿Los vertebrados tardarían mucho en llegar? Porque, de los dinosaurios, los museos exponen mayoritariamente huesos fósiles.
F—: Lo cierto -Óscar- es que por lo que respecta a la aparición de los primeros vertebrados no existe mucha información. Habría que remontarse a formas primitivas, de las que el único descendiente actual sería el 'Anfioxo'. La evolución de este primer vertebrado habría comenzado al menos en el Cámbrico, o quizás a finales de la era Proteozoica.
Ó—: Así que no está muy claro cuándo apareció el primer vertebrado (el padre de los dinosaurios y del hombre). Y, para acercarnos un poco más... ¿cuándo empiezan a reptar los reptiles...? Es el periodo Pérmico, si no me equivoco...
F—: Eso es (veo que te sabes la lección). Fue -efectivamente- en el Período Pérmico, cuando empieza a haber diferencias esenciales en los reptiles. Y puedes imaginar -también- a los animales terrestres más variados: unos rápidos, otros lentos; carnívoros y herbívoros, en tierra, en mar y aire; bípedos o cuadrúpedos....etc. No nos extenderemos sobre el tema porque existe una bibliografía muy completa sobre este periodo.
Ó—: Amigos -a tan sólo unos minutos de programa- los animales ya han hecho su aparición sobre el planeta. Y sabemos que, entre ellos, los reptiles que crecerán hasta convertirse en dinosaurios... ¡Háblanos, profesor, de todos los restos que tenemos de ellos!
F—: Las rocas sedimentarias son las verdaderas huellas de esta época. Los paleontólogos encuentran y estudian los fósiles. Estos nos cuentan las costumbres, las formas de vida y de adaptación de esos animales.
Ó—: Los reyes del planeta durante millones de años...
F—: Y ese dato es importante, porque da noción del grado de adaptación de estos reptiles. ¡Mejor adaptados -quizás- que el hombre! Para que lo entendamos: en 1984 se realizó un descubrimiento antropológico que es paradigmático. Un equipo de investigadores de Kenya y de EE.UU descubrió rastros humanoides de más o menos cinco millones de años, rastros que pertenecerían a unos lejanísimos antepasados del hombre. Este hallazgo alarga la anterior cifra de tres millones trescientos mil años de antigüedad del hombre.
Ó—: Según mis notas, el jefe de la expedición (Andrew Hill) afirmó de estos humanos: “son dos millones de años más viejos que todo lo conocido, y muchas cosas pueden ocurrir en dos millones de años”.
F—: Pues bien Óscar- compara esos 5 millones con los 180 millones de años de vida de los dinosaurios... ¡Los dinosaurios superaron esa cifra unas 29 veces aproximadamente!
Ó—: ¿Llegará el género humano a superar el siglo próximo, con 9000 millones de almas sobre el planeta y tres cuartas partes pasando hambre? ¿Superaremos el recalentamiento del globo? ¿El egoísmo de ciertos políticos nos enfrentará entre nosotros en la lucha por los recursos, en un choque 'atómico' de civilizaciones?
F—: Exacto... Ni siquiera el hombre tiene su supervivencia garantizada. Con apenas 5 millones de años parece quedar empequeñecida nuestra existencia en la Tierra. Y eso sin acudir a 'verdaderas cifras' (me refiero astronómicamente hablando)... A lo que vamos: los dinosaurios que fueron verdaderos REYES del planeta en lo que a cantidad de tiempo de existencia.
Ó—: Ahora pongámonos todos a imaginar un poco para ver a los dinosaurios en su hábitat. Descorramos -Francisco- el raído velo del tiempo. A ver: ¿cómo sería un día cualquiera de la época secundaria?
F—: ¡Vamos allá! Imaginemos un día cálido -¡muy húmedo!-... Es un tiempo confortable, ideal para los reptiles. Nos rodean grandes selvas y estanques, que crean un clima frugal... enteramente verde. ¿Estamos ubicados? Entonces ya podemos ver ciertos reptiles... Mira, ahí tenemos una especie de reptil herbívoro, cubierto de placas óseas... Es un 'Estegosaurus'.
Ó—: ¿Y para qué le sirve a esa especie de armadura?
F—: Bueno, según algunos investigadores la usa como defensa. También puede servir para distribuir el aire: de refrigerador de la temperatura...
Ó—: Uhm... ya veo. Sigamos con nuestro viaje imaginado... ¿qué más nos encontramos?
F—: Frente a una gran laguna advertimos unos cuellos largos que emergen. Son los cuellos de unos 'Braquiosaurus', tan altos como el tercer piso de un edificio...
Ó—: ¡Vaya, un dinosaurio como una grúa de bomberos!
F—: Mira, y a nuestro alrededor tenemos manadas de Triceratops...
Ó—: ¿No serán peligrosos estos?
F—: Bueno, son reptiles de tres cuernos, y son temibles en los enfrentamientos. Pero son herbívoros.
Ó—: ¡Menos mal! ¿Y se ve algún dinosaurio volador?
F—: Bueno, pues también. Sobre el espejo de la laguna vuelan los 'Teranodontes', que son reptiles voladores de más de ocho metros de envergadura (como los planeadores actuales). Los Teranodontes volaban y cazaban sobre las aguas... Y a nuestro tenemos un lado un gigantesco Brontosaurus (un herbívoro) de casi 20 metros de largo y 170 años de edad...
Ó—: Este dinosaurio tendrá que estar pastando un buen rato, ¿no Francisco?
F—: De hecho, cuando no duerme, no hace otra cosa. ¿A que no sabías que el Brontosaurus posee un segundo centro nervioso en la región dorsal de la médula espinal?
Ó—: Pues no. Y ahora -Francisco-, en este programa de 'La luz de Atenea' dedicado a la desaparición de los dinosaurios... ¡déjame imaginar a mí! Pongamos que -de pronto- el pánico se apodera de toda la selva. El Brontosaurus inicia una carrera hacia la laguna... y de pronto asoma el Rex, el 'rey'... El temible y 'spielberg-riano' 'Tiranosaurus Rex'. Ante vosotros, amigos, un carnívoro bípedo de 15 m. de largo.
F—: ...que (como los Alosaurus y los Ceratosaurus) sembraba el terror entre sus congéneres. Nosotros salimos corriendo, y vemos al Rex acercarse a una manada de Triceratops. Los Triceratops huyen (y no porque sean menos poderosos que el Tiranosaurus Rex)... pero un Triceratops viejo y solitario queda a la expectativa...
Ó—: ¿Qué pasará amigos? ¿A que no esperabais semejante escena? ¿El Triceratops recogerá el guante del duelo que parece que le va alanzar el Tiranosaurio?
F—: La verdad es que el carnívoro se acercaría no muy decidido, porque su contrincante es un 'peso pesado'. El Triceratops en un acto reflejo pasaría de la inactividad del prado a la carrera... ¡Se lanza contra su depredador! Imagínate: 8 toneladas trotando, con tres poderosísimos cuernos... ¡y a 60 km/h!
Ó—: Ahí tenemos, amigos: una lucha de titanes: un camión cisterna tratando de embestir a una pala excavadora con sus garras alzadas... ¿Qué sucede al final, Francisco?
F—: No está muy claro... Si bien el Tiranosaurus podía ser un poco más feroz -era cazador- en la práctica no siempre tenía suerte... La victoria en la batalla dependía de muchas circunstancias. Pues bien: el carnívoro -pongamos- trata de eludir el golpe con sus dos miembros inferiores (los únicos que tenía desarrollados)...
Ó—: Así que el Rex está intentando evitar la colisión inminente...
F—: ...pero no lo consigue: el choque de los colosos es terrible. El triceratops ha hundido uno de sus tres cuernos en una de las patas de su enemigo.
Ó—: Recordemos, amigos de "La luz de Atenea", que el triceratops poseía tres cuernos en la cabeza, y uno grande y afilado en la parte superior del hocico... como los actuales rinocerontes. ¿El Tiranosaurus se defenderá terriblemente, verdad?
F—: Sí: el Rex pone en juego rápidamente tercer arma mortal (además de sus garras como alfanjes): el Rexo usa contra el Triceratops sus mandíbulas. Unos 2000 dientes -Óscar- destrozan el lomo del herbívoro. Éste lanza un grito de dolor. Ya no podrá liberarse del Tiranosaurus, y se desangrará aunque trate de escapar.
Ó—: Fantástico el viaje al que nos ha conducido Francisco Rubio. Esta escena -amigos- se habrá repetido infinitas veces, con fortuna para uno u otro oponente, y durante millones de años. Podemos imaginar al carnívoro alejándose, con el hambre saciada pero con una herida que lo acompañará. Millones de años después, un paleontólogo descubrirá los restos del Triceratops. Incluso -por qué no, Francisco- es probable que encuentre al “matador” y reconstruya el combate... ¿No es así?
F—: Y así ocurrió en 1928....pero eso es otra historia.
Hoy sabemos que grandes animales mastodónticos convivieron con seres humanos, pero en 1928 esto fue un bombazo para la paleontología.
Ó—: Vamos ahora a seguirles las huellas -como cazadores- a un gran mamífero prehistórico. Recordemos que seguimos las pistas para esclarecer por qué se extinguieron los dinosaurios. Sabemos que no fue el hombre quien acabó con ellos -porque nosotros aparecimos mucho después- pero será interesante estudiar el ejemplo de 'depredación' que ahora nos propone Francisco Rubio.
F—: Pues atentos a esta historia, Óscar. En 1928 se celebró en Budapest el Congreso Internacional de Paleontología... Pues bien: entre los ponentes se hallaba el dr. Spillmann. El dr. Spillman era un joven científico alemán que vivía en Quito, Ecuador. Nadie de los presentes sospechaba la interesante contribución que iba a hacer el Dr. Spillman cuando éste subió a la tribuna de oradores...
Ó—: Un paleontólogo alemán que había hecho estudios en Ecuador. No olvidemos, amigos, lo proclives que son las tierras americanas a exhumar toda clase huesos fósiles... ¿Y bien?
F—: El Profesor Spillmann empezó el informe con la noticia de que en Abril de 1928 había encontrado, a 13 km. al Este de Quito, en el pequeño pueblo de 'Alangasi', el esqueleto completo de un Mastodonte. El 'mastodonte postremus': lo que los científicos conocen como un 'proboscidio' prehistórico.
Ó—: Pero esto, en sí -Francisco-, no tendría nada de sorprendente. Los fósiles de mastodontes eran ya en aquella época relativamente comunes...
F—: Ya, en ese sentido el descubrimiento no era nada 'extraordinario'... El hecho no hubiese tenido demasiada importancia si no fuera porque junto al esqueleto Spillman encontró restos de recipientes, juntas de lanzas... y casi un 'hogar' al completo.
Ó—: Amigos, eran los primeras pruebas de 'contemporaneidad' entre hombres y mastodontes...
F—: Exacto. Las imponentes Tobas Volcánicas esparcidas en el lugar del hallazgo formaban un soporte de arcilla azul (con espesor de 1.5 m.). El esqueleto del Mastodonte fue encontrado en la superficie de arcilla azul, con las patas y la boca abiertas. El gran fuego que los cazadores habían encendido confirió un tono rojizo a la arcilla, y chamuscó parte del esqueleto.
Ó—: Así que esos humanos se dieron aquel día un festín de 'mastodonte a la brasa'...
F—: Muy probablemente. 'Alguien' le había roto las vértebras cervicales con una gran piedra redonda de 40 cm., que estaba en el lugar. En el costado derecho del animal se veían perfectamente huellas de dos heridas (curadas) de punta de lanza. No había duda de que el animal había sido atacado por hombres. Y en la región pélvica del esqueleto mastodóntico había cierto número de excrementos...
Ó—: ¿Y quienes fueron los probables comensales, o al menos los atacantes? Fue en lo que hoy es Ecuador... ¿Habían sido los antepasados de los mayas?
F—: Eso es lo que se cree. Spillman encontró una especie de 'jarros' al lado del animal, que tenían claramente rasgos de la Cultura Maya. Estos restos humanos eran de una antigüedad de 1600 a 1800 años.
Ó—: Según estos datos -amigos- el 'Mastodonte postremus' vivía pues en los primeros siglos de nuestra era.
F—: Seguramente -Óscar- la manada vagaba por la Altiplanicie del Ecuador, y bajaba al río al atardecer. Los cazadores, desde la elevada orilla, posiblemente lanzaron una gran piedra que alcanzó a uno de los animales. El mastodonte se desplomó mientras los demás emprendían la fuga.
Ó—: ...y el final de la historia es previsible: los hombres bajaron corriendo, y no les costaría mucho rematar al animal -ya herido-. Una vez muerto, los cazadores trajeron leña, la apilaron a su alrededor...
F—: Exacto. Los cazadores levantaron al mastodonte como pudieron, aunque se supone que en algunos lugares lo sostuvieron con palos. Se apagó totalmente el fuego y los cazadores se abalanzaron sobre la bestia...
Ó—: Pero -como tu has dicho- Spillman encontró los restos del mastodonte junto a los de los comensales.... ¿Murieron juntos todos, al pie del festín?
F—: Es probable que una gran tormenta azotara el lugar. Y las aguas torrenciales pudieron ablandar el suelo. Spillman pensaba que un gran pedazo de la gruta pudo desprenderse sobre el lugar del fuego. La avalancha recubrió todo con una gruesa capa de barro, y al acabar la tormenta todo estaba cubierto de lodo y canto rodado.
Ó—: Observemos hasta qué punto los paleontólogos y arqueólogos pueden reconstruir la historia de un día... Y tan sólo mediante unos cuantos huesos fósiles y restos de una cena. La sorpresa de éste hecho -amigos- es que, hasta aquel hallazgo, la paleontología creía que los mastodontes no habían sobrevivido nada más que en América al Terciario, y que allí -si acaso- lo habían hecho tan sólo hasta el Cuaternario... digamos que al Pleistoceno, ¿verdad Francisco?
F—: Exacto. Lo que Spillman reveló al mundo era que una de especie de mastodonte se había mantenido hasta principios de nuestra era.
Ó—: Todavía no sabemos cómo ni por qué desaparecieron los dinosaurios, ni tampoco porqué lo hicieron otros grandes animales -de poderosa apariencia-, como el mastodonte del que acabamos de hablar. Día tras día se suman restos fósiles de éstos animales. Bestias que, hace millones de años, sin causa determinada desaparecieron, se extinguieron completamente.
Expuestos varios ejemplo, vamos ya si te parece -Francisco- al 'quic' de la cuestión... ¿Por qué se extinguieron los dinosaurios? ¿Cómo suceden estas extinciones masivas?
F—: Las hipótesis de las extinciones se abren según diversas vías. Recopilemos memoria histórica...
Ó—: Empezamos: 'punto A'..
F—: El dr. Stephan Zamenhoff afirmó que la desaparición de los dinosaurios pudo deberse a que éstos alcanzaron su máximo grado de diámetro y volumen.
Ó—: Eso es lo que piensa también, Francisco, el gran paleontólogo Lapparent. La teoría se basa en una ley general que afirma que cuanto mayor crecimiento de animales, menor densidad de población... ¿no?
F—: Es cierto, pero la relación entre causas y efectos es demasiado 'compleja' como para deducir de esa teoría una extinción masiva. De hecho, la teoría del tamaño de los dinosaurios no explica la extinción de los reptiles más pequeños...
Ó—: De acuerdo, entonces -amigos- la suposición de un tamaño excesivo no parece sostenerse...
F—: Creo que no... Por otra parte, Boule y Piveteau opinan que fueron los mamíferos los que provocaron la extinción de los dinosaurios al devorar sus huevos. Sin embargo esta teoría se topa también con una dificultad: los mamíferos en el Cretácico no eran numerosos...
Ó—: Los mamíferos sólo alcanzaron un desarrollo considerable en el Paleoceno. O sea que la segunda de las hipótesis sobre la extinción masiva de saurios también tiene poca solidez. ¿Pero sí que pudo haber competencia entre mamíferos y reptiles, no?
F—: Eso está claro...: hubo competencia -seguro-, pero tuvo que ser muy leve... A pesar de que existían mamíferos devoradores de huevos, los reptiles pudieron compensar ese mecanismo depredador con una mayor puesta de huevos...
Ó—: Existe -Francisco- una tercera hipótesis.... que con esto tan reciente de 'SARS' -el Síndrome Respiratorio Agudo y Severo-... no sé se tiene alguna lógica. Me refiero a la posibilidad de que fuera un virus el que provocase una epidemia...con consecuencias mortales.
F—: Bueno... ésa es la teoría del virus. Lo de que pudo ser un virus queda totalmente descartado. Pensemos -por ejemplo- en este detalle: para que un virus pudiera atacar a todos los saurios -incluidos los dinosaurios- tendría que haberse extendido por todo el mundo... Precisamente, es lo que pasó con el SARS.
Ó—: El virus tendría que haber afectado a todas las especies de reptiles...
F—: Eso es... Cosa que no ocurrió.
Ó—: Qué interesante, amigos de "La luz de Atenea". Recordad: estamos intentando deslindar esta noche 'por qué' se extinguieron los dinosaurios. Con el profesor Francisco Rubio hemos descartado ya 4 hipótesis: la teoría de un tamaño excesivo de los individuos, la de los mamíferos depredadores de huevos... y hasta que pudiera tratarse de un virus mortal... ¿Qué nos queda, Francisco? ¡Supongo que la teoría más conocida por nuestro oyentes...
F—: Me temo que sí. La teoría más en boga nos dice que pudo haber grandes cambios climáticos que desequilibraron el medio ambiente que habitaban los saurios. Pero aún con esta hipótesis general, existen dos grandes suposiciones.
Ó—: Esto es: que pudieron ser cambios climáticos lentos o cambios drásticos y rápidos... ¿Me equivoco?
F—: Exactamente. Para algunos científicos los supuestos cambios fueron lentos y pausados. Y para otros, fueron violentos... veloces.
Ó—: ¿Es posible...? ¿Tanto puede cambiar el clima para arrasar con toda una rama de la evolución?
F—: Piensa que al final influyen muchísimos factores: que varíe la temperatura, el descenso de la humedad... ¡que emerjan nuevas tierras! Quizás, los dinosaurios no pudieron vencer toda la cadena de obstáculos, y perecieron...
Ó—: Cosa que no ocurrió -amigos- con otras especies de reptiles, como los cocodrilos o los 'quelonios'...
F—: Y hay otra hipótesis todavía más curiosa que la del virus... Se comprobó que los huevos de dinosaurios del último período mostraban una falta de calcio considerable. La teoría habla de problemas patológicos graves, que habría provocado dinosaurios con huesos deformes en aquella época.
Ó—: Y yo voy a citar otra posible 'causa' de la extinción... En 1976 se planteó la hipótesis de que el desarrollo de las plantas 'angiospermas' pudo contribuir al fatal final de los dinosaurios. Estas plantas pudieron desarrollar unas sustancias químicas... que afectaron a los saurios herbívoros, haciendo que éstos escaseasen. Muertos los herbívoros, los carnívoros habrían caído llegado a competir entre sí. También se sugiere -ojo- que la alimentación de plantas con alcaloides y 'taninos' pudo haber acusado el desarrollo anormal de la glándula pituitaria de los dinosaurios...
F—: ...que hubiera provocado un excesivo espesor de la cáscara de los huevos, y que hubiera impedido la eclosión de estos. Esta hipótesis parece bastante aceptable. No se duda de que la vegetación influyó... pero no explica por qué también desaparecieron los reptiles marinos, que no se alimentaban de plantas terrestres. A la teoría de la vegetación yo añadiría -si acaso- el factor del enfriamiento del agua.
Ó—: Luego entra en juego la hipótesis del cambio en el campo magnético de la Tierra... Nos vamos acercando a la teoría más verosímil, amigos.
F—: Esa hipótesis afirma que 'inversiones' en los polos magnéticos pudieron potenciar -momentáneamente- el escudo que protege a la Tierra de las radiaciones cósmicas.
Ó—: Y con ello, un enfriamiento del planeta...¡una especie de 'efecto invernadero'!
F—: Y afirma que podría haber sido provocado por el choque de un gran meteorito. Esta teoría no puede ser descartada. Por fin, el Premio Nobel de Física, Luis Álvarez, y su hijo, apuntan a que un gran asteroide chocó contra la Tierra hace 65 millones de años. A causa de ello, una masa cien veces más grande que el asteroide se habría elevado a capas altas de la atmósfera... ¡Imagínate la Tierra sumergida en una noche que durase tres años... o más!
Ó—: Hay una última teoría: la de la explosión de una 'supernova', formulada desde el Instituto de Investigación Cósmico de la Academia de Ciencias de Rusia. Según Carl Sagan -amigos- un flujo de partículas cargadas con alta energía pudo penetró en nuestra atmósfera, y destruir tal vez la capa de ozono atmosférico. A la superficie habrían llegado -masivamente- los tan dañinos rayos ultravioletas.
F—: En resumen: lo más seguro es que haya habido factores conjugados. Con todo, la teoría más aceptada es la del meteorito que cayó en la península de Yucatán, en Méjico. El fin de los dinosaurios pudo deberse a una interminable noche fría, que los fue esquilmando. Entre otras coas, recordemos que los reptiles necesitan calor.
Ó—: Hemos agotado el tiempo de programa, amigos. En la Noche de los Tiempos, hemos conocido cómo vivieron los grandes saurios y los mastodónticos mamíferos de La Tierra. Y también hemos formulado todas las hipótesis acerca de la extinción masiva de los dinosaurios. Pero "La luz de Atenea" no se extingue. El equipo del programa se encargará de mantener viva la llama hasta la próxima entrega. En el control de realización estuvo Raúl Valenciano; en la mesa, el profesor Francisco Rubio, del departamento de Ingeniería mecánica y de materiales; y en este micrófono, servidor: Óscar Delgado. Ha sido un placer.
F—: (despedida personal; por ejemplo: "¡Hasta la próxima!")

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