“LA ANTI-MATERIA”
( GUIÓN )


Ó—: Hola, queridos amigos de “La luz de Atenea”. Aquí estamos, una noche más, dispuestos a profundizar en otro de los grandes temas de la ciencia. Cómo siempre, nuestra intención es la de llevaros con nosotros en un viaje entretenido y ameno. La ciencia puede ser compleja, y a veces incluso laberíntica, pero afortunadamente los caminos del conocer no son inexcrutables. Buena muestra de ello es el explorador ‘jefe’ en esta aventura, nuestro guía de cada semana: el profesor Francisco Rubio, del departamento de Ingeniería Mecánica y de Materiales de la Universidad Politécnica de Valencia.
¿Cómo estás, Francisco?
F—: Muy bien., la verdad es que tengo muchas ganas de comenzar (improvisación). ¡Según tu presentación, parece como si me tocara guiar a un grupo de ‘boy-scouts’! Realmente, nuestro grupo de excursionistas es mucho más nutrido, y el viaje más emocionante... Cada recorrido científico de “La luz de Atenea” es una aventura única.
Ó—: ¿Y a dónde viajamos esta noche? ¿Nos vamos a adentrar por bosques muy profundos, por empinadas laderas...?
F—: Hombre... Pues la aventura de hoy es un tanto... ‘rara’. ¿Recuerdas el libro ‘A través del espejo’?
Ó—: ¿Aquel que transportaba al lector a un mundo... donde todo estaba invertido, donde todo era lo contrario de lo que existía en el mundo real?
F—: Exactamente: pues nosotros vamos a hacer algo parecido: salimos del mundo de la materia, y nos sumergimos en el país de... la ‘anti-materia’, ese concepto físico que sueña tan extraño... Un concepto, muy relacionado con la Teoría de la Relatividad y con la Teoría Cuántica.
Ó—: En fin, amigos, preparaos para una aventura singular, de tintes...casi esotéricos: ‘la anti-materia’. Por cuanto al consejo de esta noche... lo tengo difícil. Si acaso, que -en vez de desenrollar un ‘hilo de Ariadna’- utilicéis como guía la luz que desprende vuestro dial desde el otro lado del espejo. Aferraos bien a la 102.5, que seguro que no os perdéis entre la anti-materia. Comenzamos.
----breve pausa: cambio de sintonía----
Ó—: ‘La anti-materia’. ¿Qué es la antimateria, y cuál es su papel en la existencia del total de materia actual? Esas son las preguntas a las que nos enfrentamos esta noche. Como ya hemos dicho antes, amigos, el concepto está relacionado con la Teoría de la Relatividad de Albert Einstein, y con la interpretación que hizo de esta teoría la Mecánica Cuántica. De la imbricación de esas dos grandes teorías científicas surge la ‘anti-materia’... uno de los descubrimientos más importante del siglo XX, ¿no es así, Francisco?
F—: Ni más, ni menos.
Ó—: ¿Y cómo la contextualizamos? Vamos a ver: la materia constituye todo el universo observable -¿verdad?- y crea junto a la energía todos los fenómenos del mundo...
F—: Eso es...
Ó—: Después tenemos que la materia está compuesta por átomos, compuestos a su vez por partículas subatómicas: protones, neutrones, electrones.... (es el abecé de la física de partículas). Luego, la materia está sometida a ciertas propiedades y fuerzas... como la gravedad, ¿no?
F—: Exacto. Pero ten en cuenta, Óscar, que Einstein dijo algo importante con relación a esto: la materia y la energía son intercambiables, son equivalentes...
Ó—: Creo que ya veo a dónde quieres ir a parar con el concepto de ‘equivalencia’...
F—: ¡Claro!: La antimateria se puede definir de la misma forma que la materia... pero teniendo en cuenta que las partículas que la forman son la contrapartida de la materia. Es decir, si la materia contiene protones, neutrones... etc, la antimateria está formada por ‘antiprotones’, ‘antineutrones’, positrones (que son antielectrones)... etc.
Ó—: Pero, Francisco, creo que hay algo que conviene remarcar a nuestros oyentes: materia y antimateria no pueden existir juntas. Como el ruido y el silencio, como dios y el diablo...
F—: Sí, eso es importante. Ten en cuenta que si materia y anti-materia se encuentran... ¡se destruyen!, con la consiguiente liberación de gran cantidad de energía. Esto es perfectamente lógico según la famosa ecuación de Einstein ‘E=mc2’... Pongamos un ejemplo: la vida de un positrón es ínfima, ¿por qué? Porque si un positrón se encuentra con un electrón ambos se destruyen: ambos desaparecen en forma de rayos gamma de alta energía.
Ó—: Pregunta del millón: ¿entonces donde existe la antimateria?
F—: Bueno... Se supone que existe en galaxias lejanas...: galaxias donde los astrofísicos han observado fenómenos de gran liberación de energía, debido a lo mejor a la destrucción mutua entre materia y antimateria.
Ó—: En fin, amigos, un extraño concepto de alquimia, este de la ‘antimateria’... La antimateria fue descubierta por Paul Dirac en el 1930, y el primer positrón -del que ya nos ha hablado un poco el profesor- fue encontrado en 1932. Así pues, podemos afirmar -Francisco- que la antimateria es ‘materia’... compuesta de partículas elementales que son como ‘imágenes especulares’ de las partículas que forman la materia ordinaria...
F—: Sí. Y las ‘antipartículas’ tienen la misma masa que las partículas correspondientes, pero su carga eléctrica y otras propiedades son inversas. Por ejemplo -como ya hemos dicho-: la antipartícula del electrón, llamada positrón, tiene carga positiva, pero en todos los demás aspectos es idéntica al electrón... La antipartícula que corresponde al neutrón, que no tiene carga, se diferencia de éste por tener un momento magnético (que es otra propiedad electromagnética de la materia) de signo opuesto.
Ó—: Las antipartículas, respecto a alas partículas, son inversas en la carga o en el momento magnético... ¿Y en el resto de propiedades físicas son totalmente similares?
F—: Exacto: las antipartículas son idénticas a sus partículas correspondientes en el resto de parámetros que determinan las propiedades dinámicas elementales (como masa, o tiempos de desintegración).
Ó—: Bueno, pues hablemos un poco del padre de la ‘antimateria’, del físico británico Paul Dirac. Este investigador parece que fue quien propuso la existencia de antipartículas... al intentar ensamblar relatividad y mecánica cuántica, ¿verdad?
F—: Eso es. ‘Paul Adrien Maurice Dirac’ intentaba aplicar las técnicas de la mecánica relativista a la teoría cuántica, y se topó con el concepto de ‘antipartícula’. En 1928 Dirac desarrolló el concepto de ‘electrón con carga positiva’, y su existencia real se demostró experimentalmente en 1932...
Ó—: Pero no todo han sido -Francisco- comprobaciones tan inmediatas: hasta mediados de siglo...
F—: Es verdad. La existencia de antiprotones y antineutrones se suponía, pero no se pudo confirmar hasta 1955, gracias a los aceleradores de partículas. Ya en la actualidad, se han observado -directa o indirectamente- todas las antipartículas.
Ó—: Recordad amigos, el interesante tema de esta noche en la ‘Luz de Atenea’: ‘la antimateria’. Algo muy curioso, Francisco, es que a pesar de haberse comprobado, y observado, que la antimateria existe -como ‘antipartículas’-.... ¡es algo que no parece muy común en nuestro mundo! (vamos, no damos una patada a una piedra y debajo encontramos una ‘antipiedra). ¿Cómo es esto?
F—: Sí, de hecho es un problema profundo de la física de partículas, y de la cosmología en general: la aparente ‘escasez’ de antipartículas en el universo... ¿Cuáles son las razones? Bueno, piensa que es comprensible que no existan en la Tierra (quiero decir, que sólo existan ‘momentáneamente’): si chocan partículas y antipartículas se aniquilan mutuamente liberando una gran energía. Como dije antes, es posible que existan galaxias distantes compuestas de antimateria... lo que sucede es que no existen métodos directos de confirmación.
Ó—: Nos encontramos, como siempre -Francisco-, con las limitaciones técnicas a la hora de mirar al Universo, ¿verdad? ¡Sólo podemos estudiar la luz que nos llega!
F—: Claro: casi toda la información del universo lejano nos llega en forma de fotones, que son sus propias antipartículas (por eso no revelan demasiado sobre la naturaleza de sus fuentes)...
Ó—: Por otra parte, profesor, hay casi un consenso en la Ciencia respecto a que el universo está compuesto, en su mayoría, por materia ‘ordinaria’...
F—: Sí, pero esto es totalmente coherente con las explicaciones de la teoría cosmológica reciente. Mejor, buceemos un poco en la historia para encontrar respuestas: hay que tener presente que hasta 1928, ni siquiera en la física se había desarrollado -como concepto- la idea de antimateria. Piénsalo: ¡y, mucho menos, la capacidad de producirla!...
Ó—: Hasta que llega el físico Dirac con sus estudios...
F—: En la práctica, todo comienza con los trabajos que Dirac publicó en el año 1929. Es una época que coincide con los tiempos en que se descubrían los primeros secretos de la materia. Empezaban las teorías sobre el comportamiento de las partículas relacionadas con la fuerza débil, se profundizaban en los componentes del átomo (especialmente en la teorización de lo que hoy se llama ‘fuerza fuerte’)... etc. Una época intelectualmente muy ‘movida’...
Ó—: Un tiempo, amigos, en los que la audacia tuvo preeminencia como rol intelectual dentro del mundo de la física...
F—: Más que nunca. En aquella época, por ejemplo, se plantearon conceptos como el de la mecánica ondulatoria -¡fíjate!-, o el principio de incertidumbre... ¡O el descubrimiento del espín en los electrones, también!
Ó—: Se ha dicho, amigos, que aquella fue una de las épocas más exótica y esotérica (‘exotérica’ la podríamos llamar, Francisco)... una de las épocas más fascinante dentro de la física. Si miramos atrás, como si la historia de la física fuera un cuento, encontramos a unos personajes -a estos imaginativos científicos- que recurrieron a todo tipo de metáforas para hacer más accesibles sus teorías...
F—: ...Como fue el caso del físico austríaco Erwin Schroedinger, que apeló a la historia de unos ‘gatitos’ para exponer su Principio de Indeterminación. Dicho principio afirma que las partículas más pequeñas tienen un comportamiento que -a pesar del razonamiento común- no es el más ‘intuitivo’ para las personas. ¡Cómo no iba a surgir en esta época la idea colorista de ‘antimateria’!
Ó—: Entonces, nos ubica un poco en el escenario donde Paul Dirac estaba inserto cuando planteó sus hipótesis sobre las antipartículas... O sea, Francisco, que donde había materia también podía haber antimateria.
F—: Paul Dirac, concretamente, señaló que si el átomo tenía partículas de carga negativas llamadas electrones, también debía haber partículas que fueran 'electrones antimateria'...
Ó—: ...a los que se les llamó positrones...
F—: ...y que debían tener la misma masa que el electrón, pero de carga opuesta, y que se aniquilarían al entrar en contacto, liberando energía. Y el descubrimiento de Dirac fue tan revolucionario que le valió el premio Nobel de física en el año 1933.
Pero el siguiente paso, Óscar, se dio en 1932, cuando Carl Anderson confirmó la teoría de Dirac en un trabajo de experimentación. Anderson, del Instituto Tecnológico de California, confirmó que existía el positrón al hacer chocar rayos cósmicos.
Ó—: Y luego vino el antiprotón (si no recuerdo mal)... pero tuvieron que pasar más de veinte años.

F—: Fueron necesarias dos décadas para dar otro salto, sí, y llegó en 1955. Se descubrió el antiprotón, o sea, la primera partícula especular del protón (que todos sabemos que tiene carga positiva, en el núcleo del átomo). Los padres formaban parte de un equipo de la Universidad de Berkeley: fueron los físicos Emilio Segre, Owen Chamberlain -ambos ganadores del Nobel de física en el 1959-, junto a Clyde Weingand y Tom Ypsilantis.
Ó—: El antiprotón, la segunda antipartícula en nacer ante los ojos del ser humano. La primera, recordémoslo, había sido el positrón -la ‘anti-criatura’ del electrón: igual que éste pero de signo opuesto-.
F—: Y un año después de haberse descubierto el antiprotón, y en las mismas instalaciones, otro equipo -formado por Bruce Cork, Oreste Piccione, William Wenzel y Glen Lambertson- ‘ubicaron’ el primer antineutrón...
Ó—: ...la antipartícula del neutrón...
F—: ...exacto, la equivalente a la partícula de carga neutra de los átomos. La carrera por las tres antipartículas básicas - equivalentes a la neutra, la negativa y la positiva- estaba terminada: frente a neutrón, electrón y protón, ya existían antineutrón, positrón y antiprotón.
Ó—: Y fijaos que curioso, amigos de 'La luz de Atenea', porque el siguiente paso lo iban a dar los soviéticos en los años sesenta. Guerra Fría, como escenario, y lucha de cerebros en todos los ámbitos -hasta en la física-. Porque en 1965 los soviéticos contaban con el acelerador de partículas más poderoso del aquel momento, ¿verdad Francisco?
F—: Sí. Fue en un trabajo encabezado por el físico León Lederma. Los científicos soviéticos lograron detectar la primera partícula compleja de antimateria, el antineutrino, formado por dos partículas básicas. Posteriormente, usándose el mismo acelerador se detectó el 'antihelio'.
Ó—:Increíble, amigos, ya no sólo anti-partículas sino conjuntos de antimateria. Desde entonces, con relación a la física de partículas, Europa ha estado en la vanguardia, ¿verdad?, con los estudios dentro de aceleradores de partículas...
F—: Y el ejemplo más paradigmático es el CERN, el Centro de Investigación de Alta Energía situado en Ginebra. Las instalaciones se inauguraron en 1978, y ha permitido unos avances tecnológicos importantísimos. Se ha podido crear, por ejemplo, el 'antitritio'; y en 1981 se realizó en el CERN el primer choque controlado entre materia y antimateria...
Ó—: Y se comprobó la liberación de energía prevista por Dirac...
F—: Exacto, fue una hipótesis valiosa: la cantidad de energía liberada por el choque era enorme... ¿cuánto?
Ó—: ¡Sorpréndenos!
F—: ¡Ni más ni menos que mil veces superior a la energía nuclear convencional!
Ó—: Materia y antimateria se encuentran, amigos, y se desintegran ambas pudiendo explotar como una bomba atómica... Sobrecogedor.
F—: Pero, en este punto -Óscar-, los físicos se toparon con ciertos contratiempos. Faltaba un ingrediente en la receta para generar antiátomos . Ya hemos dicho que los físicos habían aisladas las antipartículas del átomo (antineutrón, positrón y antiprotón), pero faltaba un ingrediente que permitiera la combinación de dichas antipartículas para producirlo.
Ó—: Y lo que precisamente faltaba era una fórmula: una fórmula para cohesionar antiátomos. Tenemos ajo y aceite -amigos de "La luz de Atenea- y lo que necesitamos es 'ligar' el ajoaceite... Las intrucciones eran lo que les faltaba a los físicos, entonces, ¿no Francisco?.
F—: La dificultad radicaba, Óscar, en la velocidad con que se producen las partículas de antimateria y sus violentas colisiones. Era necesario contar con una fórmula que permitiera 'desacelerarlas', o sea, igualar la velocidad de las partículas para unirlas. Y este interrogante fue respondido -por una parte- por los trabajos de Stan Brodsky, profesor de física de la Universidad de Stanford, y por otra por los estudios del ingeniero físico chileno Iván Schmidt.
Ó—: Pero según tengo entendido, Francisco, el éxito se logró finalmente aquí en Europa, en los aceleradores de partículas del CERNE de Ginebra...
F—: Sí, y fue porque tuvieron que darse alianzas entre diferentes grupos de investigación (y, cómo no, por la superioridad técnica de los europeos). Hagamos una breve cronología histórica. En 1992 Brodsky y Schmidt publicaron sus trabajos de complejos: sugerían la fórmula de un método para producir antiátomos, o sea, más o menos como unir antielectrones y antiprotones. Pero el problema es que se requería capacidad de experimentación. Entonces llegó Charles Munger, de la Universidad de Chicago, y formó su propio equipo para realizar experimentos. Por último, las publicaciones nortearnericanas y chilenas llamaron la atención de físicos europeos del CERN, donde ya se formó un equipo multinacional encabezado por Walter Oelert.
Ó—: El objetivo, no lo olvidemos, 'experimentar en la creación de un antiátomo'. En la práctica había sido necesaria una competencia científico-mundial para alcanzar el logro.... ¿Porque se alcanzó, verdad Francisco?
F—: El 4 de enero de 1996, los científicos del CERN anunciaron el éxito de haber obtenido en un proceso de experimentación... no uno, ¡sino nueve antiátomos de hidrógeno! Y no se trataba -Óscar- de partículas fundamentales (o de pequeñas combinaciones): hablamos de lo que en propiedad son átomos de antihidrógeno.
Ó—: ¿Os dais cuenta, amigos, de la importancia de este hallazgo, de esta creación? El átomo (como unidad ya dimensionalmente importante de materia -capaz deformar moléculas y de ahí el tejido del universo-...) ¡ya tenía a su antiátomo! ¿Os imagináis el fabricar el antitejido del Universo? Ilústranos, Francisco: ¿cuál había sido el proceso?

F—: El método propuesto por Brodsky y Schmidt consistió, básicamente, en hacer chocar un haz de antiprotones con un gas. La hipótesis era que en dicho proceso se producirían pares de electrón-positrón. Ahora recordemos que el positrón es la antipartícula del electrón. Bueno: pues se supone que luego, una pequeña fracción de esos positrones viajaría casi a la misma velocidad que los antiprotones, lo que implicaría que los positrones sean capturados por un antiprotón... Positrones y antiprotones finalmente juntos, hacen posible crear un antiátomo.
Ó—: Pero técnicamente fue necesario algo más: como tú dijiste, la vida media de la antimateria es muy breve, pues se topa con materia a su paso... y desaparece. En el CERN construyeron además un detector de antimateria, para que no se les escapase, ¿no es así?
F—: El antiátomo de hidrógeno producido sólo duraba 10 segundos antes de encontrar materia y desintegrarser. Por eso, Brodsky y Schmidt propusieron crear un campo magnético que detectase los antiátomos entre todas las partículas que se generan en el proceso. La base del ingenio fue ésta: como las partículas tienen cargas positivas o negativas, describirán al atravesar el campo magnético una órbita curva... Pero el antiátomo no, ya que su carga total es neutra: no será afectado por el campo magnético, y saldrá en línea recta.
Ó—: Así que para detectar a los antiátomos basta con seguirles el rasto, de distinguir sus recorridos rectilíneos.
F—: Tan sólo eso. Como resumen , diremos que el antihidrógeno es el estado más simple del límite atómico de la antimateria y, hasta el anuncio efectuado por el CERN en 1996, nunca antes había sido observado experimentalmente. Se había logrado sintetizar un átomo de antimateria -Óscar- desde sus antipartículas correspondientes.
Ó—: Amigos, es necesario que percibamos la importancia de este antihidrógeno. El átomo de hidrógeno es uno de los sistemas físicos más importantes para llevar a cabo medidas fundamentales sobre el comportamiento de la materia ordinaria. Por tanto, la producción de antihidrógeno abre las puertas para una investigación sistemática de las propiedades de la antimateria, y la posibilidad única de comprobar principios físicos fundamentales. ¿Puedes -Francisco- indicarnos otras áreas de investigación sobre antimateria?
F—: En cosmología, por ejemplo, podemos prever que en un futuro tengamos tecnologías para investigar con más precisión la estructura del Universo. Se pretende llegar es a conocer las características y las fuentes de emisión de antimateria en el cosmos. Para esto, precisamente la NASA ha desarrollado un proyecto para la estación espacial Alpha: un detector de antipartículas que se la ha denominado 'Espectrómetro Alfa Magnético' (o 'AMS').
Ó—: La búsqueda de antimateria cósmica... ¿Una especie de detector espacial?
F—: Sí. Está diseñado para detectar antimateria atómica. Hasta ahora, sólo se han observado antipartículas. Pero se cree que el Espectómetro podrá detectar antimateria entre las partículas de los rayos cósmicos que bombardean La Tierra a la velocidad de la luz. La mayor parte de las antipartículas provienen del Sol y también de remanentes de estrellas que han explosionado en nuestra galaxia...
Ó—: ...Si no me equivoco, hasta ahora sólo se han detectado las antipartículas más energéticas en lugares próximos al centro de la Vía Láctea, o en fuentes más lejanas.
F—: En consecuencia, serán estos los últimos los blancos que focalice el Espectómetro Alfa Magnético, cuando ejecute los procesos de detección de antimateria atómica espacial.
Ó—:¿Algún otro campo de la ciencia, donde la antimateria puede tener repercusiones importantes?
F—: Claro: no sólo en física la producción de antimateria tiene ribetes de excepción. También en otras disciplinas podría tener aplicaciones inmensas: como en la aerospacial (o, como ya se ha demostrado, en medicina)... Podemos soñar -Óscar-con energía ilimitada y barata; con motores para naves interestelares que podrían desarrollar velocidades a más de un tercio la de la luz; mayor intensidad en la exploración del espacio... Y, por supuesto, muchas otras cosas que por ahora pueden ser consideradas ciencia ficción.
Ó—: Tengo datos -no actualizados- según los cuales el equipo encabezado por Munger planeaba desarrollar unos cien antiátomos en laboratorio. Lo anterior -Francisco- no significa que a corto plazo podamos contar con reactores de materia-antimateria, o que pronto puedan unirse antiátomos para crear antimoléculas... o yo qué sé... ¡crear anticosas! ¿Verdad?
F—: Sí, como decía mejor considerarlo -hoy por hoy- como ficción. Ten en cuenta que para poder contar con un supercumbustible de antimateria para viajes espaciales, hay todavía que pasar una multiplicidad de obstáculos. El primero, encontrar un método para crear antiátomos 'en reposo', en vez de alta velocidades, para que no desaparezcan al chocar con la materia. Luego, habría que producir 1020 de estos, por lo menos. Lograrlo no es imposible... pero por ahora debe ser considerado a un largo plazo.
Ó—: ¿Y en cuanto a las 'anticosas', Francisco? (risas)
F—: Bueno, pues por lo que respecta a las “anticosas”.... yo creo que es mejor adherirse a la idea de que nunca se podrán crear. Se escogió hacer un antiátomo de hidrógeno porque este es el más simple de todos. Pero para producir moléculas de antiátomos, sería necesario crear antiátomos muy complejos, y luego unirlos... Lo cual en teoría es factible, pero en la práctica muy difícil.
Ó—: Bueno, pues ya habéis oído, amigos de la "La luz de Atenea": si alguno de vosotros ya se había deleitado con la idea de crear un 'antijefe' para vuestra oficina... para que colisione contra el jefe y lo haga desaparecer... O (no sé): un 'anti-Bush', para esto de lograr la paz mundial... Por el momento, olvidaos del tema, porque la antimateria todavía está dando sus primeros pasos.
Hasta aquí ha llegado el programa de esta noche dedicado a 'la antimateria'. En el control de realización estuvo Raúl Valenciano; en la mesa, el profesor Francisco Rubio, del departamento de ingeniería mecánica y materiales... Y, servidor, quien os habla: Óscar Delgado
F—: ¡Nos vemos aquí, en "La luz de Atenea"!

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