EL COMERCIO DEL LIBRO

PROBLEMAS QUE PLANTEA


Lo primero que preocupaba a los editores era establecer un sistema comercial bien organizado para distribuir su mercancía por toda Europa. Para ello debían solucionar diferentes inconvenientes relativos al transporte;
- El sistema de envío el libro era una mercancía valiosa que resultaba pesada y embarazosa. Los puntos del transporte gravaban el precio del libro y para reducir tanto el peso como el volumen de la mercancía y abaratar el precio, se adopto la costumbre de enviar los libros en rama (en pliegos sueltos). Esto dio origen a frecuentes errores.Los libreros que recibían la mercancía reclamasen frecuentemente por carta que les completasen hojas de los ejemplares enviados (no se podían vender).
- Existían dos medios de transporte: barcos y carro. Al ser una mercancía frágil, podía estropearse fácilmente si se mojaba en el fondo del barco o al ir a la intemperie en los carros. Para evitarles se colocaban los fardos en el interior de toneles de madera con frecuencia debían cambiar varias veces de transporte. Figura del peatón en los pueblos muy pequeños en la provincia de Castellón que iba cada día a la ciudad grande más próxima o recoger el correo. Así los libros que enviaban los Plantin (que desde el Concilio de Trento tenían el monopolio de libros religiosos en el imperio de.) a España desde Amberes, se cargaba el barco hasta Ruán y de allí a cualquiera de los puertos españoles. Desde estos se distribuyen en carro a las diferentes ciudades de la península o emprendía de nuevo el camino marítimo hasta América.
- Las tempestades durante el trayecto marítimo y la inseguridad de los caminos por los bandidos en el transcurso por tierra dificultaban aún más los envíos.
- En tiempo de guerra, como la mantenida por España y la Francia del Cardenal Richelieu21 por el tema del dominio de los Países Bajos (que eran españoles) se recurrió a enviar los libros en barco bajo pabellón neutral (bandera).
- Todos estos peligros hacían necesario que el librero tuviera representantes en las ciudades de destino para evitar errores. Como estos no siempre saben leer, era necesario colocar un monograma (símbolo) sobre los toneles. La necesidad de controlar este proceso de envío y recepción hizo que las industrias tipográficas se ubicaran con frecuencia en ciudades portuarias.
- El pago del importe una vez llegado el cargamento a su destino hizo necesario recurrir a procedimientos distintos al pago al contado debido a la rudimentaria organización bancaria en estos siglos. Los sistemas empleados fueron el trueque y la letra de cambio y con frecuencia ambos a la vez. Para ello, al recibir la mercancía, el librero anotaba las cantidades que debía y lo que le debía el corresponsal. Las cuentas se interrumpían a veces durante un tiempo prolongado y entonces el deudor pagaba por medio de letras de cambio. En caso de quiebra, los libreros amigos ayudaban al que se encontraba en peligro pues podía arrastrar a muchos corresponsales en su desgracia que a su vez dejaban de pagar a los libreros con quienes negociaban.
Dos autores importantes de la prensa rápida fueron Koening y Bauer22

Fig.6 Prensa Koening y Bauer

INTRODUCCIÓN DE NUEVOS MÉTODOS MATERIALES


Los catálogos de las Ferias parecieron insuficientes para recoger la enorme cantidad de novedades editoriales que se iban produciendo y presentaban el inconveniente de recoger preferentemente la producción del país en el que se desarrollaba la Feria.
Por ello en la segunda mitad del siglo XVII, aparecieron dos nuevas ideas que pretendían mejorar el sistema;
- Las primeras bibliografías tuvieron carácter anual. Destacan la bibliografía parisina y la bibliografía gálica, creadas por Jacob en 1648 recogían todos los libros editados en Francia. También con carácter nacional comenzaron a editarse en Inglaterra. Estas obras iban destinadas más a proporcionar información a los libreros que a los eruditos y científicos.
- Las revistas mensuales dedicadas a divulgar los descubrimientos científicos y a reseñar críticamente las obras recién publicadas con el propósito de orientar a los eruditos. Este fue el origen del Journal des Savants editado a partir de 1665, llegó a tener tal importancia que se tradujo al Italiano, al Alemán y para mayor difusión se creó una edición latina reduciendo su tamaño para poder enviarlo por correo con mayor facilidad. En 1668 este ejemplo sería seguido por la Real Sociedad de Londres que comenzó a editar la Philosophical Transactions.
- El comercio del libro usado o de ocasión fue otra de las novedades que apareció a partir del siglo XVII. Los libros impresos especialmente los de estudio se conservaban cuidadosamente y con frecuencia se revendían. El comercio del libro usado tenía dos modalidades:
- Las librerías de libros usados
- Los puestos al aire libre propios de todas las grandes ciudades.
Los comerciantes especializados adquirían las bibliotecas de los estudiosos y sabios en bloque cuando estos morían. Apareció en esta época la venta en subasta de las mismas. Primero en Holanda y durante la segunda mitad del siglo 17 por el resto de Europa.
En las ciudades pequeñas, en los pueblos y también entre la población diseminada por el campo eran los buhoneros ambulantes quienes se encargaban de la distribución de libros. Como esta clientela era poco instruida su mercancía consistía principalmente en libros sencillos, almanaques, pronósticos, calendarios para pastores y abecedarios. A partir de la reforma de Lucero fueron los más activos propagadores de las ideas protestantes. A estos vendedores de libros y folletos se unieron muchos oficiales impresores que no tenían trabajo cuya relación con el mundo de la imprenta les facilitó el acceso a los libros y folletos clandestinos. También las mujeres y los muchachos sin oficio se dedicaron a la venta ambulante. Las corporaciones gremiales23 de libreros e impresores pusieron innumerables pleitos para perseguirlos, intentando en vano que los merceros y gente vagabunda pudiera vender libros. En algunos casos los vendedores ambulantes fueron quemados en la hoguera o condenados a prisión por difundir obras.
Pero en general contribuyeron a la instrucción y alfabetización de la población rural y campesina. En los siglos XIX y XX serían los encargados de la difusión de la prensa local y regional.