Un paseo por el fascinante mundo de las Fallas de Valencia.
Desde tiempos antiguos, las "Fallas", en nuestra ciudad de Valencia primero, y después en muchos pueblos de nuestra Comunidad casi siempre son un motivo de fiesta, de algaravía, de celebración. Hay quien afirma que la costumbre de las Fallas (en general), es muy antigua, tal vez parta de los primeros pobladores de nuestras tierras, que en sus celebraciones festivas ya hacían fogatas o fallas para celebrarlas.
Más tarde vienen las diferentes dominaciones y finalmente en la Cristianización, aquellas fogatas pasan a festejar las festividades dedicadas a los Santos.
Son conocidas las hogueras dedicadas en diferentes poblaciones a San Antonio, San Vicente, San Esteban, San Juan,....
Del origen etimológico de la palabra "Falla", tenemos:
En la antigüedad se tiene constancia que para iluminar las costas del mar por la noche, se empleaban unos recipientes llenos de brea, denominados alimares, que coinciden con la denominación que los sarracenos le daban a las fallas. Estas fallas, fogatas o alimares, duraron hasta el siglo XVIII, y se encendían encima de torreones, murallas y campanarios, para hacer diferentes señales y comunicados.
En la ciudad de Valencia fue muy popular la que se encendía encima del Miguelete y que servía de guía a los marineros por la noche. También, esta falla era la señal que anunciaba a todo el mundo que trabajaba fuera de las murallas, que había llegado el momento de entrar en la ciudad y recogerse en casa.
Antiguamente y debido a la falta de medios de comunicación, los valencianos desarrollan su saber e inventiva para hacer frente a los constantes ataques de los piratas berberiscos que navegaban a lo largo de las costas de nuestro Reino, y para que no los cogieran por sorpresa, instalaron a lo largo de toda la costa, una serie de torreones que junto al principal y muy querido del Miguelete, vigilaban nuestras costas y en caso de inminente peligro se comunicaban entre si al tiempo que lo hacían a la población a través de unas fogatas o fallas que encendían encima de ellas, utilizando un código.
Tenemos otra definición del vocablo Falla, como una derivación de la palabra latina Facula, que significa hacha, antorcha. Es una palabra mozárabe que aparece en escritos antiguos de nuestra historia.
De esta forma, Jaume I, la utiliza en su famosa "Crónica" cuando dice en el capítulo 16,:
".....E vengren alli foc encés en falles de fanevol.."
Al hablar de foc (fuego), debemos aclarar que en la época, esta palabra servía también para designar una casa habitada.
En los Manuales de nuestro Consell, son frecuentes las notificaciones en las que aparece la palabra Falla.
La tenemos también en los escritos de nuestros clásicos en "El Espill", o "Llibre de les Dones", de Jaume Roig escrito a mediados del siglos XV:
"Caic en canela / Feú bé la vela / Lleixa-hir fer falles / E flamejar / Per no tocar / Lo seu de má. "
En la "Cronica de Desclot", dice:
"Aquella nit els sarrains aportaren moltes falles e moltes llums enceses".
Lo cierto es que la palabra Falla, está considerada como una palabra valenciana relacionada con el fuego.
El fuego, que es uno de los elementos principales de la mayoría de las fiestas valencianas, costumbre que heredamos de nuestros ancestros.
Todo el mundo sabemos que durante el invierno se hace de noche más pronto y hay menos horas de luz natural para poder trabajar. Antiguamente, la luz la facilitaban los crisoles, y los artesanos, sobre todo los carpinteros, los colgaban de un artilugio hecho de listones, llamado parot. Este parot parecía un candelabro con un pie bastante alto y, encima del todo, tenía diversos brazos, de los que colgaban los crisoles.
Al terminar el invierno y conforme entra la primavera, el día va alargándose y, por tanto, también las horas de luz solar, por lo que los carpinteros se deshacen los parots quemándolos, a la vez se aprovechaba para limpiar el taller y quemar también todos los retales de madera que se habían almacenado durante el invierno.
Los carpinteros, adquirieron la costumbre de realizar estas limpiezas la víspera de su patrón San José, fiesta que se celebraba desde el año 1497.
Muchos historiadores, coinciden en que este fue el origen de las Fallas, ya que haciendo gala del ingenio valenciano, a un carpintero se le ocurrió la idea de "vestir" su parot con ropas viejas, lo que motivó que algún poeta espontáneo le pusiera un cartel criticando alguna situación o hecho del momento. Así podemos decir que nacieron las Fallas.
En general, en nuestras tierras valencianas, a cualquier fogata que se haga sea por el motivo que sea, bien para quemar hierbas, maderas viejas, hacer unas brasas para asar,... cualquier fuego controlado, lo llamamos también falla, sin tener ninguna correspondencia con la Falla monumento, de la que vamos a hablar.
Sobre éstas, Josep Vicent Marqués dice:
"Es el derroche del arte, el despilfarro de la belleza, el placer de divertir y prenderle fuego al pasatiempo, entre música y tracas. Al alba, sólo quedan las cenizas de los bufones, el eco de un pasodoble y el perfume de la polvora. La risa dura hasta el año que viene".
Las Fallas, fiesta popular por excelencia, nacen de la mano de unos artesanos carpinteros y el vecindario, el pueblo en general que las acoge y las va desarrollando hasta llegar a esta magna explosión de arte, arte en todo su máximo esplendor. En ellas, se dan cita todas las manifestaciones artísticas que un pueblo puede crear.
Las Fallas, son las abanderadas de las libertades de un pueblo, que a través de unas críticas y sátiras humorísticas y entre verso y verso, cantan las realidades de una sociedad que durante unos días disfruta al verse reflejada en los inigualables monumentos, conjunto de verdaderas obras de arte.
Son la manifestación de la alegría de un pueblo que sale a la calle para vivir y hacer vivir a todo el mundo la fiesta, que si los monumentos son obras de arte, no lo es menor la enorme concentración de músicos, maestros que con sus instrumentos ofrecen al pueblo la alegría y belleza de sus canciones, en un lugar en el que como todo el mundo sabe, la música es como una bendición que cayó en esta tierra.
Las Fallas son Arte, Libertad, Crítica, Humor,... y como no, Alegría.
Todo este conjunto es la forma de ser y de vivir del pueblo valenciano.
Las Fallas, al igual que ocurrió con la fiesta del Corpus, nace en Valencia Cap i Casal y, a través del tiempo, se propaga a todos los pueblos, primero de la provincia de Valencia, para extenderse después a otras poblaciones de nuesta hoy Comunidad e incluso, en ocasiones, fuera de nuestras fronteras.
Las fallas pueden considerarse como la fiesta más emblemática e identificativa de Valencia por su ambiente jovial y festivo, tan presente en la sociedad valenciana. Las fallas de Valencia se celebran entre el 15 y el 19 del mes de marzo, y son las fiestas más populares de la ciudad y de toda la Comunidad Valenciana, conocidas no sólo en toda España, sino también en prácticamente todo el mundo.
Cada año se plantan en Valencia alrededor de setecientas fallas, entre las comisiones grande e infantil, las cuales son objeto de culto y visita por parte de los valencianos y los visitantes que llegan a Valencia de todas partes del mundo para vivir y disfrutar de la fiesta hasta la llegada de la cremá, el día 19 de marzo, día en que estos grandiosos monumentos desaparecen entre las llamas.
El fuego, las "mascletaes", los castillos de fuegos artificiales y la participación popular hacen de esta fiesta una de las más grandes del planeta, que se celebra también en otros puntos de la provincia y de la Comunidad, como Sagunto, Denia, Gandía y Burriana, entre otros muchos.