tendencias por Patricia Sales Cada vez queda menos para el final del verano. Las primeras hojas de los árboles comenzarán a caer y los días se irán haciendo más cortos. El otoño, de primeras, puede resultar triste y poco atractivo y, sin embargo, genera uno de los paisajes más románticos para celebrar una boda. Además, si bien cualquier fecha es buena para casarse, los meses de septiembre y octubre son ideales gracias a que las temperaturas son más agradables, aunque esto no significa renunciar a vestidos escotados, de manga corta o palabra de honor. Nosotros te proponemos la solución perfecta ante el descenso del termómetro: los boleros. De encaje, raso, seda o incluso piel, esta prenda es el complemento perfecto para los días más frescos sin dejar de lucir tu traje. Pepe Botella conserva el romanticismo del vestido de novia con boleros de encaje y manga corta que cubren los hombros de forma delicada. Pronovias Vintage y Cymbeline conservan el clasicismo de la prenda con mangas en dos versiones: rectas o abullonadas. Con el toque glamouroso del Hollywood de los años cincuenta, Manuel Mota incluye plumas, mientras que Valentino Sposa opta por la piel a modo de una elegante estola de visón. Novia d´Art conserva la influencia española de los encajes y el volante y Duyos reinventa la prenda dándole un aspecto de rebeca. |