Si Bécquer levantara la cabeza, prodría explicar cuáles fueron los motivos que le llevaron a inspirarse en este territorio para escribir uno de sus famosos cuentos, La Cruz del Diablo. Quizá fue la niebla que cubre las casas en las mañanas invernales o la oscuridad de sus bosques al atardecer. O tal vez, las leyendas que escuchó en las noches delante del fuego. Como va a ser imposible conocer la respuesta, lo mejor es acercarse a este bello pueblo de Lleida y a sus pequeños núcleosagregados, para valorar de primera mano el secreto de su inspiración.






La capital del término municipal es Bellver de Cerdanya, elevado sobre un cerro de unos mil metros en la época medieval era conocido como Bello Videre. A sus pies, el río Segre, y a tan sólo cinco kilómetros, la boca norte del túnel del Caidí que facilita la comunicación con la comarca vecina de El Berguedá.



ENTRE MURALLAS

Muralla de Bellver de Cerdanya Haciendo un poco de historia, los inicios de esta localidad se reducen a la existencia de un castillo que formaba parte de una línea de fortificaciones y torres de defensa, construidas para controlar el Camino Real que unía Conflent con Urguell.

Fue el conde de Cerdanya, Nunó Sanç, quien otorgó la Carta de Población a Bellver y le permitió desarrollarse, gracias a una serie de beneficios como el derecho de pastura, la exclusividad en el comercio y la exención de impuestos señoriales. Con circunstancias tan favorables, empezó a llegar gente desde muy lejos para establecerse definitivamente.


Así, la historia marca el año 1225 como la fecha de la fundación de Bellver, donde medio siglo más tarde Jaume II de Mallorca ordenó levantar unas murallas para defender la villa y su castillo.

Tras una próspera época, la explosión del polvorín de la fortaleza en 1665 hizo que sólo quedasen vestigios de la misma, como los dos depósitos de agua. Y las continuas invasiones francesas, junto a las posteriores reconquistas españolasque asolaron el territorio entre los siglos XVII y XVII desfiguraron, en buena parte, la antigua imagn medieval de las murallas y atalaya.


Por suerte, el proyecto de remodelación del casco antiguo le está devolviendo su fisionomía original, con la reconstrucción de los perímetros de la muralla, el paso de ronda y espacios anexos. De los primeros, aún se conservan, aunque a pedazos por las guerras y el tiempo, el norte y la otrre que flaqueaba una de las dos puertas de entrada-prtales de la Cerdanya y el Baridà-que tenía Bellver.

Fue en estas murallas cuando en 1937 el coraje de los habitantes del lugar desencadenóla retirada anarquista de la comarca, con la muerte de su líder Antonio Martín, el Cojo de Málaga.

Hoy, ellas dan fe del pasado guerrero de la población -más por necesidad que por gusto- y esconden la villa, como si fueran el envejecido cofre de un fabuloso tesoro. Uno, en cuyo interior es agradable respirar el ambiente medieval de su Barrio Antiguo, atender al sonido del calzado sobre sus calles empedradas y observar con detenimiento sus casas, todas ellas con la estructura de las de montaña: paredes de piedra y vigas y travesaños de madera oscura.
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HISTORIAS DE BRUJAS

Plaça Major
La Plaza Mayor, una bella construciión porticada del siglo XIV, era antiguamente el centro comercial y administrativo del pueblo, celebrándose en ella el mercado semanal -aún hoy todos los jueves la gente de los alrededores viene a hacer la compra- y la feria una vez al año.

Según cuenta la leyenda, también aquí la Inquisición juzgó en el XVII a Aldonça Rossa, conocida popularmente como la Brujita de Bellver.


La niña, de doce años, fue enviada por su padre a Puigcerdà para cender una gallina y semillas de cáñamo para poder comer. Por el camino se encontró con una mujer llamada Juanga, que le propuso hacerse bruja como ella, lo que aceptó, renegando de Dios, la Virgen y los santos en la ermita de Quadres.

Cuando de nuevo emprendió su recorrido, otra mujer le ofreció enseñarle a curar las paperas y, aprovechando sus enseñandas, Aldonça se dedicó a sanar enfermos.

Tan buena era que su fama se extendió por toda la comarca y sus beneficios crecían, hasta que un día fue denunciada a la Inquisición, que le prohibió continuar con estas prácticas.

A parte de estas historias, la plaza Mayor del 27 de abril, construida según el criteriodel gótico popular, conserva la Casa Consistorial y la Aduana, edificio restaurado del siglo XVI en el que la administración cobraba los impuestos sobre las mercancias que se vendían en el mercado y las que se llevaban por los caminos.
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UNA FORMA DE VIDA

Otro acontecimiento a destacar en este pueblo es la Fira Pirineu Esport,que tiene lugar el fin de semana de la Cosntitución -a principios del mes de diciembre-, cuando habitantes de ciudades cercanas, como Barcelona y Lleida, con segundas residencias en la zona, aprovechan para adquirir material de esquí a precios de ocasión. Además, es una buena ocasión para conocer la amplia oferta de deportes relacionados con la naturaleza que pueden practicarse en el municipio, como los paseos en globo o a caballo, el senderismo,
el alpinismo, la escalada, el esquí y la pesca. Durante los puentes y vacaciones de verano, Semana Santa y Navidades, las calles de Bellver están más transitadas, algo que desde los años sesenta ha incentivado la actividad comercial y hotelera.
Además, con la apertura del túnel del Cadí, buena parte del turismo se hizocon segundas residencias, escogiendo Bellver y sus alrededores como el lugar idóneo donde olvidarse de las prisas de la urbe y conseguir el, cada vez más ansiado, contacto con la naturaleza.De hecho, en la actualidad, las casas de vacaciones superan el número de las de los vecinas. Aunque la media anual de estancia en ellas no llega a veinte días. Este fenómeno ha propiciado un sorprendente auge de la construcción que se ha eregido en la ppal actividad económica de la zona y casi el cincuenta por ciento de la población se dedica a ella. Junto a ésta, otras de las actividades del municipio son la industria de la madera, el molino de harina de Bellver o Farinera -aún activo- y la piscifactoría de Bor.
A pesar del aumento de la población en épocas vacacionales, Bellver es un pueblo vivo todo el año, gracias a lo que se organiza: el ayuntamiento, por ejemplo, dispone de varais salas de exposiciones en las que se promocionan artistas de la comarca o vinculados a ella; y en la gótica iglesia, dedicada a SantJaume. A esto hay que unir el jardín de Cales Monges, y la muestra Lepidópters y vegetación de la Cerdanya, de Francisco Blat, dentro del proyecto Museo del Bosque, que tiene como objetivo conservar el patrimonio natural de esta tierra. Ya fuera del recinto amurallado, en el Parque de Monterrós se ha creado una pequeña reserva de fauna y se pueden observar ciervos y gamos en libertad. Aunque su actividad cesó en 1992, en ocasiones se vuelve a poner en marcha para grupos de viajeros o alumnos en visitas concertadas.


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LOS CORBELLS DE LA CERDANYA

Hasta aquí llegan los muchos visitantes que tienen casa en Bellver o alrededore, y los muchos que repiten cada año, sintiendo este pueblo como parte de sus vidas o recuerdos. Pero son sólo los vecinos de toda la vida, quienes pueden denominarse con orgullo corbells.

En la Cerdanya existe la costumbre de llamar a la gente de los pueblos con apodos de les diferencian de una forma original y divertidos. Son los lladres o ladrones de Martinet, los gitanos de Montellà, los gormands de Puigcerdà o los corbells de Bellver.

Dice la tradición que un día unos vecinos, al ver la luna reflejada sobre el Segre pensaron que era un queso, por lo que se colgaron de la antigua palanca que atravesaba el cauce, sujetándose los unos a los otros por los pies, hasta que el último casi rozaba el agua.Éste, para poder coger el supuesto queso, llevaba consigo una corbella u hoz, y parece que tras muchos intentos, ya exhaustos, todos cayeron al río para hacer compañía a las truchas.

Desde entonces se llama cobells a los de Bellver. Esta palabra, tiene además un doble sentido: por estas tierras se entiende por corbells a los somiatruites, idealistas o viva la Virgen que no suelen tener los pies en la tierra. Las malas lenguas aseguran con los ojos risueños que hay cosas mucho peores que ser un idealista pero que en cuaquier caso, sea cierta o no esta impresión, están orgullosos de ser los corbells de Cerdanya.
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POR LAS PEDANÍAS DE BELLVER

A pesar de la segregación de Riu de Pendís -ahora Riu de Cerdanya- en 1998, Bellver sigue siendo el municipio con más núcleos agregados de esta comarca leridiana: Anes, Baltarga, Beders, Bor, Coborriu, Cortariu, Cortàs, Éller, Nas, Olià, Ordèn, Pedra, Pi, Riu de Santa Maria, Sant Martí dels Castells, Santa Eugenia, Santa Magdalena, Talló, Talltendre y Vilella. Las aguas del río Segre hacen de línea divisioria entre ellos, la mayoría de los cuales se encuentran en su ribera izquierda.


Algunos son apenas un par de casas y una iglesia, y sus habitantes son escasos, pero vale la pena hacer un recorrido por los más significativos para conocer la riqueza del patrimonio cultural de esta tierra.

Aquí el romántico encontró su mejor forma de expresión y podemos disfrutar de algunas de lsa mejores panorámicas de la Cerdanya en un entorno rural poco contaminado aún por la modernidad y los desmanes del turismo.

Nada mejor para iniciar el camino que visitar el lugar que sirvió de inspiración a una de las famosasleyendas de Gustavo Adolfo Bécquer, La Cruz del Diablo.

Capella, Sant Martí dels CastellsSe trata del pueblo de San Martí dels Castells, que el poeta visitó el verano de 1860 y era conocido como el más pequeño del mundo, pues constaba tan sólo de una casa solariega, una pequeña iglesia militar y un castillo. Ése era llamado también Castillo del Cojo, ya que se dice que durante las guerras francesas, un reducido número de hombres se hizo fuerte en él, cuando las tropas extranjeras ansiaban conquinstarlo.

La defensa, comandada por un hombre cojo, fue tan terrorífica qu epasaron unos días hasta que finalmente pactaron la rendición y los franceses, reconociendo el mérito, formaron a la salida del enemigo para rendirle honores.

Pero cuál fue su sorpresa cuando vieron salir sólo a un hombre cojo, pues el resto había muerto y él defendió el castillo durante las últimas horas, de ahí su nombre. En la actualidad sus ruinas, la iglesia y la masía levantada en una peña rocosa, vistos al anochecer podrían se, sin duda, el escenario ifeal de cualquier romántico, como lo fue Bécquer.

Más cerca de Bellver, aun kilómetro al sur, se encuentra Talló, un pequeño núcleo que fuera centro comercial y de culto religioso antes de la creación de la capital del municipio. Su iglesia romántica es tan bella que entre la gente de la comarca se conoce como la Catedral de la Cerdanya, siendo declarada Bien de Interés Cultural en 1993. Se trata de un templo de nave única quepresenta un ábside central del siglo XI ornamentado con arquerías lombardas en el exterior, conde tambieén destacan contrafuertes en forma de semicolumna, poco habituales en la arquitectura romántica catalana; y su campanario cuadrado, rematado con una linterna octogonal del XVII.

Santuari de TallóEsta bella construcción está consagrada a la Mare de Déu de Talló, cuya imagen policormada data del siglo XII y alrededor de ella existe una leyenda. Corría el año 985 cuando los sarracenos saquearon Barcelona y en la Cerdanya, pensando en los destrozosallí ocasionados, decidieron esconder sus objetos valioso, como esta obra.

Los años pasados y los encargados de protegerla murieron en la reconquista de Barcelona sin haber dejado el secreto de su nueva ubicación, así que por mucho que la buscaron los habitantes de la zona, no pudieron encontrarla, hasta que un joven pastor que guardaba el rebaño vio cómo una de sus obejas escarbaba en la tierra. Al acercarse descubrió que se trataba de esta talla, por lo que la desenterró y de ese lugar manó una fuente, Según cuentan, gracias a la intervención de la Mare de Déu los milagros se sucedieron : la peste no llegó nunca al pueblo, el agua de su fuente curaba enfermedades y el sonido de las campanas alejaba las tempestades. Con semejante currículum, la Virgen se ganó una devoción aún presente en los habitantes de Talló, que los lunes de Pascua celebran el Aplec, una especie de romería, con misa en la iglesia, sardanas en la plaza, y baile y canciones populares en la fuente. En verano se aprovecha la sonoridad de la iglesia para concertos de musica clásica y corales.Volver


UNA MIRADA AL PASADO

Muy cerca pasa el Camí dels Bons Homes -la ruta que siguieron los cátaros en su huida hacia el sur- y muy cerca también, por la carretera local que va por Talló, se llega a Coborriu, en la entrada del valle del ingla, una zona de bosque -sobre todo, de hayas- idónea para disfrutar de la naturaleza, dentro del Parque Natural del Cadí-Moixeró.

Este valle no es sólo importante por su patrimonio natural, sino por albergar, hasta el momento, las únicas pinturasrupestres de la zona sur de los Pirineos. Éstas son de tipo esquemático y de colores rojo vivo o marrón, y se situan entre el Neolítico y la Edad de Hierro.

El pueblo está formado por cuatro masías -el Molí del Pons, Cal Pons, Cal Paulet y Can Misserpí -, aunque lo más conocido es, sin duda, la solitaria iglesia de Sant Serni, un auténtico ejemplo de sobriedad y austeridad, de estilo romántico.. A pesar de que fue saqueada en los siglos XII y XVIII, y fue restarudada a finales de los años sesenta de la pasada centuria, conserva su estructura original: nave única y ábside semicircular, con dos ventanales con arco de medio punto.

La siguiente localidad que encontramos es Bor, importante por integrar en su pequeño territorio diversos lugares de interés espeleológico, arquitectónico y gastronómico. Desde el punto de vista de la espeleología, son muy conocidos los hallazgos de la Cueva de la Fou, que la demuestran una ocupación del lugar desde el Neolítico hasta la época romana. Se trata de una red de galerías -se conocen más de tres kilómetros- con diversos accesos desde el exterior, en la que se recuperaron punzones y cerámicas que hoy se conservan en el Museo Arqueológico de Cataluña, situado en Barcelona.Volver


EN PLENA NATURALEZA

La Coma (l' Ingla) El municipio también destaca por estar en pleno centro del Parque Natural del Cadí-Moixeró. Éste ocupa algo mñas de 41.000 hectáreas, por lo que es el parque natural más extenso de Cataluña. Por eso, alberga una gran diversidad de flora, entre la que hay tanto especies árticas como mediterráneas.

Podemos encontrar prados de forraje -segados varias veces al año para conseguir alimento para el ganado- y vegetación de ribera, como son los alisos, los olmos y los sauces; mienras en la solana crecen robles y en la umbría el pino albar. Más arriba, prados alpinos con gencianas, azafrán bastardo, carlinas...y, descendiendo un poco, el pino negro es el rey, destacando también en algunos valles húmedos abetos, avellanos y álamos temblones. Por último, en el valle del Ingla se encuentra el único bosque de hayas de La Cerdanya, en el que también hay abetos, con ejemplares que sobrepasan los cien años.

Un marco natural como este es el hogar de una fauna también muy vaiada, en la que la acción del hombre ha influido, favoreciendo, a veces demasiado, la presencia de algunas especies, y extinguiendo o poniendo en grave peligro otras. Un exceso de pistas forestales, la tala de árboles, la caza indiscriminada y las conductas poco respetuosas con el medio ambiente han afectado seriamente a los animales, po lo que las reservas de caza y la protección del enclave tienen como objetivo regular todo esto.

En las zonas de alta montaña vive el rebeco, muy abundante en todo el parque, aunque su animal emblemático es el ptio negro. Otras especies a destacar son la marmota, la liebre, el urogallo, el águila real, el quebrantahuesos, el ciervo y el corzo. Estos dos últimos han vuelto gracias a las reintroducciones efectuadas, que no han sido necesarias para las truchas y los barbos de montaña que nadan en los ríos.

Sería posible seguir hablando de la fauna y flora que enriquecen esta tierra de Lleida pero también es importante invertir unas líneas para informar de las recomendaciones y normas a seguir para un respeto básico a esta naturaleza que tanto gusta visitar en vacaciones. Estas indicaciones -como no arrancar flores y circular sólo por vías abiertas al tránsito- son el primer salvoconducto para entrar en este municipio mágico con ojos de niño y responsabilidad de adulto.Volver