por Paula Sánchez Feliu
Vannevar Bush, ingeniero y científico estadounidense, nació en Massachusetts el 11 de marzo de 1890 y vivió hasta el 30 de junio de 1974. Estudió en el Tufts College de la Universidad de Harvard y en el Instituto de Massachussetts de Tecnología (MIT), donde más tarde desempeñó diversos cargos docentes y administrativos. Durante su vida llevó a cabo importantes investigaciones de ingeniería, creando en la década de 1930 la primera "computadora analógica".Es también el autor del célebre texto "As we may think"(cómo podríamos pensar) publicado en 1945 en la revista Atlantic Monthly, donde describe un sistema de generalización de la información considerado como la idea precursora de internet. La presente entrevista se basa en dicho texto.
PS:
¿Cómo explica usted la creciente proliferación de lagunas en el saber científico a mediados del siglo XX?
V.B.:
Profesionalmente, nuestros métodos para transmitir y revisar los resultados de las investigaciones tienen varias generaciones de antigüedad y, en la actualidad, han dejado de resultar adecuados a la finalidad que persiguen. Si el tiempo adicional dedicado a escribir obras científicas y el dedicado a leer las que han escrito los demás pudiese ser cuantificado, la proporción entre ambos resultaría sorprendente. Todos aquellos que intenten mantenerse al día del pensamiento actual por medio de la lectura continua y detallada, incluso restringiendo su elección a campos muy concretos del conocimiento podrían llegar a sentirse profundamente desanimados si se les demostrase, mediante cálculos, qué parte del esfuerzo realizado durante los meses anteriores ya habrían tenido a su disposición. Sin ir más lejos, las leyes de la genética que Mendel formulara se perdieron durante toda una generación debido a que no llegaron a oídas de aquellos científicos capaces de llegar a comprenderlas y difundirlas. Y este tipo de catástrofe continúa repitiéndose en nuestros días y entre nosotros: logros verdaderamente significativos se pierden entre el maremágnum de lo carente de interés.
PS:
Usted tiene una gran fe en la evolución de la técnica. ¿Cómo cree que afectará esta evolución al campo de, digamos, la fotografía?
V.B.:
Ciertamente, el progreso en el campo de la fotografía no va a detenerse. Es ya inminente la aparición de nuevas lentes y de materiales más rápidos, de cámaras más automáticas y de películas de grano más fino, que contribuirán a la expansión de la idea de la minicámara. Proyectemos a continuación esta tendencia en el futuro, hacia un resultado si no inevitable al menos lógico. La cámara fotográfica del futuro contendrá, en su parte frontal, un saliente de un tamaño ligeramente mayor al de una nuez. Tomará fotografías de tres milímetros cuadrados de superficie, que posteriormente deberán ser proyectadas o ampliadas, algo que conlleva, en definitiva, una reducción de tamaño a una décima parte con respecto a lo que existe en la actualidad. Las lentes serán de foco universal y funcionarán a cualquier distancia a la que se pueda acomodar el ojo humano sin ayuda alguna debido, sencillamente, a su corta distancia focal. La cámara fotográfica dispondrá, asimismo, de una célula fotoeléctrica en el saliente de tamaño ligeramente mayor que un una nuez al que nos hemos referido más arriba, similar a la que posee al menos una de las cámaras existentes en la actualidad. Esta célula fotoeléctrica tendría como misión ajustar automáticamente la exposición a una amplia variedad de niveles de iluminación. La película fotográfica tendrá capacidad para unas cien exposiciones, y el dispositivo para operar el disparador y desplazar la película en el interior de la cámara quedaría correctamente situado de una vez por todas en el momento mismo de introducir la película. Ésta producirá sus resultados, sin duda alguna, en color, y es posible que la cámara incluso sea estereoscópica, de modo que registre las imágenes por medio de dos lentes separadas entre sí a una cierta distancia, como si fuesen ojos de cristal, pues no debemos olvidar que las mejoras en las técnicas estereoscópicas están a la vuelta de la esquina.
PS:
¿Considera que la técnica podría llegar a representar fielmente y de manera automática el pensamiento humano?
V.B.:
Ciertamente, no existe ningún substituto mecánico para el pensamiento maduro; el pensamiento creativo y el pensamiento repetitivo son muy diferentes, y para éste último sí existen, y podrán existir en el futuro, potentes ayudas mecánicas. Sumar una columna de cifras constituye un proceso ligado al pensamiento repetitivo, y ya hace mucho tiempo que ha sido encomendado a las máquinas.
PS:
¿Y de qué manera cree usted que podría llegar a mejorarlo?
V.B.:
La mente opera por medio de la asociación. Cuando un elemento se encuentra a su alcance, salta instantáneamente al siguiente que viene sugerido por la asociación de pensamientos según una intrincada red de senderos de información que portan las células del cerebro. Por supuesto, también tiene otras características; los senderos de información que no se transitan habitualmente tienden a disolverse: los elementos no son completamente permanentes. La memoria, en definitiva, es transitoria. Y, sin embargo, la velocidad de la acción, lo intrincado de los senderos y el nivel de detalle de las imágenes mentales nos maravillan mucho más reverencialmente que cualquier otra cosa de la naturaleza. El ser humano no puede albergar la esperanza de replicar este proceso mental de manera artificial, pero sí debe ser capaz de aprender de él e, incluso, mejorarlo en algunos detalles menores, puesto que los archivos confeccionados por el ser humano tienen un carácter relativamente permanente. No obstante, la primera idea que se puede extraer de esta analogía está relacionada con la selección, pues la selección por asociación, y no por indexación, puede ser mecanizada. Ciertamente, no podemos esperar que ésta iguale a la velocidad y la flexibilidad con la que la mente sigue un sendero asociativo, pero sí podría batir ésta, de manera decisiva, en cuanto a la permanencia y claridad de los elementos resucitados de su almacenamiento.
PS:
Usted cree firmamente que en el futuro el acceso a la información será muhco más amplio y complejo, surgiendo incluso la posibilidad de relacionargran cantidad de datos de forma rápida y sencilla. ¿Es esto posible?
V.B.:
En el futuro aparecerán formas totalmente nuevas de enciclopedias, que contendrán en su seno numerosos senderos de información preestablecidos, y que podrán ser introducidas en el memex para ser ampliadas por el usuario. Así, el abogado tendrá a su alcance las opiniones y sentencias de toda su carrera, así como las de la carrera de amigos y autoridades en la materia. El especialista en marcas y patentes tendrá a su disposición toda la información relativa a millones de patentes, en el seno de la cual habrá creado los senderos que resulten del interés de sus clientes. El médico, sorprendido y desorientado por la reacción de un paciente, accederá a los senderos que creó en ocasiones en las que había estudiado casos similares, y recorrerá rápidamente el archivo de los historiales clínicos de sus pacientes, así como las referencias cruzadas a clásicos de la anatomía y la histología. El químico que intenta la síntesis de un compuesto orgánico, tendrá a su disposición, en su propio laboratorio, todo el cuerpo de literatura relacionada con la química, con senderos de información que siguen las analogías entre distintos compuestos, y senderos cruzados que recorren sus comportamientos físicos y químicos.