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4. CONTRASTES SOCIALES EN EL TIEMPO

 

4.1. Evolución de la estructura de la población:

 

Esta evolución puede observarse en las transformaciones de la pirámide de población de El Puig entre 1981 y 1999 (Anexo: Tablas y Gráficos: hojas 2A, 2B, 2C, 2D, 2E y 2F). La silueta de la pirámide de 1981 tiene forma de campana convexa lo que nos informa acerca de unas recientes tasa de natalidad altas –baby boom de los años 60 y 70– y de un retroceso de las tasas de mortalidad y, por tanto, un incremento en la esperanza de vida, todo lo cual se refleja en una base piramidal relativamente ancha y una disminución más lenta en el tamaño de las generaciones hacia la parte alta, lo que da esa convexidad a la pirámide. Esta forma denota ya el final de la transición demográfica. También se observa una cintura o estrechamiento más o menos simétrico entre los 30 y 45 años lo cual está relacionado con un descenso de la natalidad en los difíciles años de la Guerra Civil Española y la posguerra, un hueco que ni siquiera los rasgos generacionales de la reciente inmigración han logrado difuminar.

 

   La pirámide de 1999 tiene forma de bulbo, con una base muy estrecha, síntoma de la extrema reducción de las tasas de natalidad, y una cúspide ancha como signo de una mayor longevidad, sobre todo de las mujeres. Se observan también unos grupos generacionales intermedios muy anchos, destacando el de 20 a 25 años y los que van de 35 a 45 años. Sabiendo que el crecimiento demográfico absoluto ha sido similar al del periodo entre 1960 y 1981, podemos afirmar que el éxodo urbano, en este caso, que ha alimentado el crecimiento entre 1981 y 1999, ha sido generacionalmente selectivo.

 

Analizando los cambios piramidales con un mayor detalle (Anexo: Tablas y Gráficos 1A y 2C) vemos como en la de 1991 comienzan a destacar las generaciones de los grupos de edad de 10 a 19 años y de 35 a 44 años, lo cual coincide con la mayor tasa de crecimiento intercensal que se produce entre 1986 y 1991. La causa de estos dos hechos hay que buscarla en un mayor desarrollo urbanístico del municipio, no tanto en superficie como en el número de las nuevas viviendas, ya que en 1991 ya se ha consolidado el nuevo barrio «Residencial Baja» que se caracteriza por edificios de viviendas colectivas y con posterioridad la expansión urbana es más importante superficialmente pero no en el número de nuevas viviendas, y por tanto de nueva población; es cuando se crea otro nuevo barrio residencial, el de «Ciudad Jardín» que actualmente aún no está totalmente edificado y se compone de viviendas unifamiliares aisladas para un segmento de población de mayor capacidad económica. Todo esto explica, en parte, que la parte ancha de la pirámide de 1991 haya ido ascendiendo generacionalmente en las de 1996 y 1999. Serían mayormente padres e hijos venidos entre 1986 y 1991. La superposición de las pirámides de 1981 y 1996 (Anexo: Tablas y Gráficos 2G) evidencian los cambios en la estructura de la población, y las transformaciones en términos absolutos de las distintas generaciones quinquenales en esos 15 años (Anexo: Tablas y Gráficos 2H). Una serie de indicadores nos muestran sintéticamente estos cambios estructurales para el periodo completo 1981-99. (Anexo: Tablas y Gráficos: 3A, 3B, 3C, 3D y 3E) (cuadro 2)

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   Fijémonos en la evolución de los tres grandes grupos de edad. De un modo general, son los cambios en el grupo de los jóvenes (0-14 años) y en el de los viejos (65 y más), relacionados con el descenso de las tasas de natalidad y una mayor longevidad, lo que caracteriza la evolución demográfica de las sociedades post-industriales, y lo mismo ocurre en el caso de El Puig, aunque con ciertos matices. El grupo de jóvenes que en 1981 suponía un cuarto de la población ha terminado, al cabo de 18 años, igualándose al grupo de viejos que sólo representaba 1/9 de los pugencs de 1981 (fig. 8 y cuadro 2). Sin embargo los cambios, a la baja y al alza, en uno y otro grupo no se han dado con la misma intensidad, mientras el de las personas mayores se mantuvo casi constante hasta 1996 para crecer moderadamente en los últimos tres años, el grupo juvenil ha experimentado una reducción acelerada. Estos ritmos de transformación demográfica no sólo pueden ser explicados por el comportamiento biológico de la población, un factor añadido tan importante como el anterior son las nuevas pautas inmigratorias en El Puig, que atrae sobre todo población adulta y en menor medida personas mayores que huyen de la ciudad de Valencia. Con todo esto la edad media de la población de El Puig ha ido creciendo moderadamente en los cuatro primeros censos o padrones y más fuertemente entre 1996 y 1999 como puede observarse en los cambios de pendiente de la curva de su evolución. (fig. 9)

  

En el contexto comarcal, en 1998, El Puig tiene una estructura similar a la del conjunto de L’Horta Nord donde los distintos municipios presentan una evolución demográfica diferencial (Anexo: Tablas y Gráficos 1A) que deriva, grosso modo, en tres tipos estructurales. En una primera categoría están los que han experimentado los menores crecimientos demográficos o incluso pérdidas como Albalat dels Sorells, Albuixech, Massalfassar, Alfara del Patriarca o Vinalesa, todos ellos tienen una estructura más envejecida con diferencias entre el grupo de jóvenes y el de viejos entre un 3 y un 9 por ciento. Otra categoría sería la de los municipios que desde 1981 han crecido en términos relativos por encima de los demás, entre ellos: Alboraia, Rocafort, Tavernes Blanques, Pobla de Farnals, Puçol o El Puig, en los que el grupo joven supera entre el 2,5 % y el 7 % al de los viejos. Una tercera clase intermedia englobaría al resto de municipios con diferencias entorno a un ±2 % entre esos dos grupos.(Anexo: Tablas y Gráficos: 4A).

 

En las figuras 10 y 11 podemos intuir el grado de envejecimiento de El Puig en relación con el de sus vecinos más próximos y el de la ciudad de Valencia. La notable diferencia, superior a tres años, en la edad media de ésta con la de los otros nos hace pensar en una relación directa con el carácter selectivo en generación de las recientes pautas migratorias entre la gran ciudad y sus municipios periurbanos.

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