El poblamiento del término municipal de la Vila Joiosa, se remonta al menos a la Edad de Bronce (segundo milenio antes de Cristo) de la que se han hallado varios poblados en los últimos años, aunque es previsible que futuras investigaciones permitan llevar el origen de la presencia humana a más de 200.000 años de antigüedad. El cerro donde se asienta el casco antiguo de nuestra población ya fue una ciudad ibérica desde los principios de esta cultura, en el siglo vi. a. C., y existen razones fundadas para identificarla con la Alonis de los textos clásicos. Las excavaciones de la Necrópolis del Poble Nou, la de mayor duracion actualmente conocida para la cultura ibérica (s. VI a. C.) han proporcionado abundantísimos materiales de uso militar y cotidiano que se exponen en el Museo Municipal. De época romana se conocen un gran número de yacimientos, entre los que destacan una de las diez ciudades romanos de la Comunidad Valenciana (probablemente Alona), varias residencias señoriales de carácter monumental (villas de Xauxelles, Plans etc..), un importante puerto comercial en la playa de la Vila, un barrio portuario sobre la antigua ciudad ibérica del casco antiguo, las Necrópolis de Casetes y torres, numerosas inscripciones conmemorativas y funerarias, etc... Entre los monumentos romanos destaca la torre funeraria de Sant Josep, la mejor conservada de la Comunidad Valenciana. Durante la Edad Media la ciudad y la costa se despueblan, y se produce un traslado de sus habitantes a núcleos del interior, debido a la decadencia del comercio marítimo y al peligro pirático. Desde el siglo VIII la población se islamiza, y encontramos varios yacimientos, entre los que destaca el gran poblado conocido como “Torres”. El nombre “Vila Joiosa” no aparece en los documentos hasta el año 1300, cuando el almirante de Jaime II, Bernat d’en Sarriá, funda esta nueva población. “Vila Joiosa” significa “ciudad alegre”, un nombre atractivo para los nuevos pobladores cristianos procedentes de Cataluña y Aragón. Desde sus orígenes la ciudad tuvo un castillo, hoy desaparecido y fuertes murallas que sufrieron continuos daños y reparaciones. Las que hoy pueden contemplarse son del s. XVI, uno de los ejemplos mejor conservados de la primera arquitectura militar renacentista. El peligro pirático continuó hasta el s. XVIII como demuestran las numerosas torres defensivas y de vigilancia de la costa y de la huerta. Según la tradición. Los pobladores de la Vila Joiosa pidieron la intercesión del santo del día para repeler un importante ataque de los piratas berberiscos. Desde entonces, el 29 de Julio se venera a Santa Marta como patrona de la ciudad, y desde 1694 se celebran en su honor las fiestas de Moros y Cristianos