No estás seguro de que fuera el aspa izquierda la que faltaba. Vas en busca del obispo y le pides que te deje la llave de su habitación otra vez. Necesitas ver si recordabas bien. Entras en la habitación y sobre la mesa está el puzzle. Falta por completar el aspa derecha, la izquierda está perfectamente montada. ¿Cómo vas a investigar un crimen si ni siquiera recuerdas lo que has visto hace cinco minutos?
Mientras estos pensamientos rondan tu cabeza oyes un crujido de la madera del suelo tras de ti. Antes de que puedas girarte notas el frío cañón de una pistola en la nuca. Si hubieses recordado el puzzle no tendrías que haber vuelto a la habitación y esto no habría ocurrido. El asesino se ha aprovechado de tu error, y ahora te tiene acorralado.Sin poder ver quien sujeta la pistola, oyes la presión de un dedo sobre el gatillo.
Y todo se vuelve negro....