Análisis de la Educación Social

En el Real Decreto 1420/1991, de 30 de Agosto, por el cual se establece el título universitario oficial de Diplomado en Educación Social, se define el educador social como:

"…un educador en los campos de la educación no formal, educación de adultos, inserción social de personas desadaptadas y minusválidos, así como la acción socioeducativa en general".

            Conceptualizar el Educador Social es una de las cuestiones que todavía quedan pendientes en el proceso de normalización de la profesión. Esta conceptualización debe utilizar un lenguaje posibilitador puesto que nos encontramos en un momento histórico de construcción de un espacio social de competencia de la disciplina. El propio Decreto lo permite al apuntar, en su última prescripción, la inclusión de un concepto general como es la acción socioeducativa. A partir de esto nos encontramos con la posibilidad de enmarcar la acción de la Educación Social en dos áreas principales:

1.      En todas las acciones englobadas en los componentes socializadores de cualquier política educativa (sí acaso hay alguna que no los tenga).

2.      En todas las acciones englobadas dentro de los componentes formativos o educativos dentro de las políticas sociales (y también habría que ver qué política social no los tiene).

            Estas áreas de actuación que se deducen a partir de la prescripción establecida en Real Decreto permiten orientarse hacia la construcción de un campo laboral y de conocimiento muy ambicioso, ya que el nivel de generalidad del concepto es muy amplio. Es por lo tanto decisorio utilizar un lenguaje posibilitador, de construcción conceptual, que no nos delimite las áreas de actuación potenciales que actualmente tenemos.

            Esto incluiría introducir campos de actuación que históricamente no fueron pensados en estadios anteriores de la Educación Social. Campos que, además, pueden ser y deben ser establecidos, de forma inacabada, por los propios implicados en la institución.

            Sin embargo, recogiendo el nivel empírico de análisis, vamos a proceder a hacernos eco de las aportaciones de aquellas actividades que históricamente y empíricamente se pueden constatar como dentro de la Educación Social. En este punto hacemos tres niveles de análisis:

1.- La vía histórica: Antecedentes del educador social.

Partiendo de una aproximación histórica hacemos referencia a los diferentes colectivos o campos profesionales existentes con anterioridad a la promulgación del Real Decreto y que utilizaban de forma generalizada el término de "Educador". Además son campos que aparecen de forma explícita en la prescripción del Decreto, saber:

·         Animación sociocultural.

·         Educación especializada.

·         Educación de adultos.

2.- La vía conceptual. Ámbitos profesionales.

Esta clasificación en ámbitos profesionales parte, por un lado, del análisis de la definición incluida en el Real Decreto, centrada en las características de los destinatarios: edades y necesidades o dificultades con las que se actúa, y por otro lado, de las aportaciones realizadas por diferentes autores desde perspectivas teórico-conceptuales. De esta manera, los ámbitos profesionales más destacados son:

1.      Servicios sociales de base o atención primaria.

2.      Infancia y adolescencia.

3.      Educación y formación de adultos.

4.      Justicia.

5.      Tercera Edad.

6.      Drogodependencias.

7.      Disminuidos físicos, psíquicos y/o sensoriales y salud mental.

8.      Animación sociocultural y tiempo libre.

3.- La vía empírica. Perfiles profesionales.

La vía empírica de aproximación partirá de las características de los propios educadores sociales. A partir de los datos obtenidos en la investigación que se llevó a cabo entre los educadores sociales de Cataluña se posibilitó la agrupación de los Educadores Sociales en seis perfiles profesionales:

1.      Servicios sociales de base e infancia y adolescencia.

Se consideran educadores sociales. Tienen un nivel de formación académica elevado. Trabajan en empresas públicas con contratos de educador. La función principal es socializadora. Dedican un porcentaje elevado de su tiempo a la programación y poco a la supervisión. Intervienen con una población mixta. Plantean la necesidad de formación y cambios políticos para mejorar su acción.

2.      Justicia y drogodependencias.

Se consideran educadores sociales. Tienen un nivel de formación académica elevado, aunque con estudios no relacionados con la educación. La profesión que consta en su contrato laboral es educador. Tienen estabilidad contractual y su salario es relativamente alto. La función que realizan fundamentalmente es socializadora. Las mejoras que proponen pasarían por la formación y la supervisión y no por cambios políticos.

3.      Educación y formación de adultos.

No se consideran educadores sociales. Tienen la formación académica más elevada de todos los perfiles y está relacionada con la educación. Están contratados como maestros o profesores, por empresas públicas, con contratación fija y salario elevado. Dedican mucho tiempo a la intervención y poco a la observación y evaluación. Realizan funciones formativas y compensatorias. Proponen como mejora el aumento de recursos y los cambios políticos.

4.      Animación sociocultural.

No se consideran educadores sociales. Su nivel de formación es moderadamente alto. Realizan una función dinamizadora. Es el perfil que menos tiempo dedica a la intervención directa y más a la gestión de recursos, observación, programación y evaluación. Las mejoras que proponen pasan por el aumento de los recursos y el reconocimiento social.

5.      Ocio y tiempo libre.

Están realizando, simultáneamente al trabajo, algún tipo de estudio oficial. Las empresas para la que trabajan son principalmente privadas. Están contratados como profesión diferente a la de educador y sus salarios son los más bajos. La función que realizan fundamentalmente es lúdica. Trabajan sin una programación. Dedican bastante tiempo a la observación, la gestión de recursos y la evaluación. Proponen mejoras que pasan por el aumento de los recursos y las mejoras de las condiciones laborales.

6.      Disminuidos, salud mental y tercera edad.

El nivel de formación es el más bajo de todos. Trabajan para empresas privadas. No están contratados como educadores. Salarios bajos. Realizan una función asistencial y compensatoria. Intervienen con programaciones hechas por otros profesionales. Dedican poco tiempo a la observación, la programación, la gestión de recursos, las reuniones y la evaluación y mucho a la intervención directa. Proponen que las mejoras pasan por mejorar las condiciones laborales y el aumento de recursos.