Desarrollo
embrionario del globo ocular
El
sentido visual recoge los estímulos luminosos. La luz se identifica con
vibraciones de determinada longitud de onda y frecuencia. La longitud de onda
está relacionada con la percepción de los distintos colores. El ojo humano
puede ver los colores del espectro visible, desde el rojo (800 nm), hasta el
violeta (400 nm). Hay longitudes de onda mayores que las del rojo (radiaciones
infrarrojas) y menores que las del violeta (radiaciones ultravioletas), que no
son visibles.
Los
rayos luminosos se disponen para atravesar una piel transparente y ser recogidos
por el tubo nervioso interior. En el embrión aparece una evaginación del
prosencéfalo que posteriormente queda ligada al diencéfalo.
El
extremo distal de esa evaginación de forma esférica, se llama vesícula óptica,
la cual contacta con el ectodermo de la región lateral de la cabeza, en el que
induce la formación de la placoda del cristalino, la formación tubular
que une la vesícula con el diencéfalo es el pedúnculo óptic
La
vesícula óptica se invagina sobre sí misma, con lo que se transforma en una
estructura con forma de copa de doble pared, que es el caliz óptico o cúpula
óptica.
El
cáliz óptico tiene una pared externa, otra interna y una cavidad, y está
determinado por inducción que la placoda del cristalino se invagine, se
convierta en una fosita, y más tarde en una vesícula, la vesícula del
cristalino. A lo largo de la quinta semana, esa vesícula se independiza
totalmente de ectodermo originario, y se convierte en una estructura esférica,
y posteriormente en una lente biconvexa que es el cristalino, el cual se
sitúa en la boca del cáliz óptico.
Hacia
el cristalino se dirige la arteria hialoidea que recorre el borde ventral
del pedúnculo óptico en el que determina un surco, la fisura hialoidea,
patente en el reborde ventral del cáliz óptico. Posteriormente los bordes de
la fisura contactan entre sí, por debajo de la arteria hialoidea, la zona de
contacto se reabsorbe, con lo que la arteria hialóidea queda en el interior del
pedúnculo y del cáliz ópticos, y siguiendo el diámetro antero-posterior de
este último se dirige a la cara posterior del cristalino.
A
lo largo del desarrollo embrionario, la porción de la arteria hialoidea que
recorre el interior del cáliz óptico, regresa y se reabsorbe, el resto forma
la arteria central de la retina.
El
mesénquima que abraza el cáliz óptico, que es el mesénquima capsular, se
organiza y diferencia dos túnicas: una interna vascular, y otra externa
fibrosa. Esta última se abomba por delante del cristalino, formando un segmento
de esfera de menor radio de curvatura que el del mesénquima capsular, el
cristalino queda en el interior de la cápsula mesenquimatosa.
Antes
de cerrarse la fisura coroidea, en el interior del cáliz óptico penetró mesénquima
el cual se sitúa tanto por detrás como por delante del cristalino. Por detrás,
el mesénquima se convierte en una sustancia gelatinosa, que es el llamado humor
vítreo, el mesénquima situado por delante del cristalino, experimenta un
fenómeno de vacuolización, formándose así unas cámaras que se rellenan de
un líquido límpido y transparente, el humor acuoso, que es segregado
por unas formaciones mesenquimatosas de la túnica vascular.
El
conjunto formado por el cáliz óptico, las túnicas derivadas del mesénquima
capsular y su contenido, es el globo ocular.
-Contenido
del globo ocular.
El
contenido del globo ocular está constituido por el cristalino y por los humores
vítreo y acuoso, de éstos el primero está por detrás del cristalino,
mientras que el segundo está por delante de él.
-Pared
del globo ocular.
El
cáliz óptico y la cápsula mesenquimatosa envolvente forman la pared del
globo ocular, organizada en tres capas o túnicas.
La
túnica interna, que deriva del cáliz óptico, es la retina, de
origen ectodérmico como corresponde a una estructura procedente del prosencéfalo.
La retina es la capa funcional del ojo y, en realidad, es un divertículo del
SNC proyectado fuera de dicho sistema. Axones procedentes de la retina se
dirigen al diencéfalo pasando por el pedúnculo óptico.
La
túnica media de la pared del globo ocular es la vascular, derivada del
mesénquima capsular, se denomina úvea o tracto uveal (aunque
también se le suele llamar coroides
) y abraza a la retina, es decir, la pared externa del primitivo cáliz óptico,
convertida en capa pigmentaria de la retina, tapiza por dentro a la coroides. En
su parte anterior, la coroides se engruesa, y ese territorio engrosado es el cuerpo
ciliar, es el que segrega el humor acuoso. Más allá del cuerpo ciliar, la
coroides se adelgaza de nuevo y forma un diafragma, orientado en un plano
frontal, que está por delante del cristalino: es el iris, en cuya parte
central hay un agujero, la pupila, que puede variar su tamaño y, en
consecuencia, controlar el paso de los rayos luminosos.
La
túnica externa, fibrosa, derivada del mesénquima capsular, constituye
la esclerótica (en los cinco sextos posteriores del globo ocular) y la córnea
(en el sexto anterior). Esta túnica externa es la capa protectora del globo
ocular y representa la duramadre del SNC, continuándose con la pared del nervio
óptico, es blanca, dura y opaca excepto en su polo anterior. Ahí forma la córnea
que es un segmento de esfera de menor radio de curvatura que el resto y que ha
de ser transparente para dejar el paso de los rayos luminosos.
El
globo ocular y el nervio óptico están contenidos en una cavidad abierta hacia
delante, cuyas paredes se osifican, es la órbita, que está situada por
fuera de las fosas nasales.
El ojo o globo ocular tiene
como su nombre indica, forma de globo o esfera. En realidad, es un conjunto
formado por dos segmentos de esfera acoplados entre sí, uno posterior que es el
más extenso y ocupa la mayor parte del globo ocular, y otro anterior, mucho más
pequeño que el segmento de esfera anterior y de radio de curvatura menor. El
segmento de esfera anterior es la córnea.
Considerando
el globo ocular como una esfera, en él se puede distinguir un polo anterior, córnea,
y un polo posterior, por este polo, aunque no por su mismo centro, sale el
nervio óptico. El eje antero-posterior mide aproximadamente 25 mm, es la recta
que pasa por el centro de la córnea, por el centro del
globo ocular e incide en el centro del polo posterior. El centro geométrico
del polo posterior está un poco por fuera
y un poco por arriba de la salida del nervio óptico. El círculo
perpendicular a este eje, que pasa por su punto medio, es el ecuador. La
circunferencia que marca el engaste de la córnea con la esclerótica está
situada por delante del ecuador y es paralela a éste, por lo que se conoce como
paralelo esclerocorneal. El meridiano horizontal divide al globo ocular en dos
hemisferios uno superior y otro inferior. El meridiano sagital lo divide en un
hemisferio temporal o externo y en un hemisferio nasal o interno. El ecuador
permite señalar en el globo ocular un hemisferio anterior con la córnea, y
otro hemisferio posterior por cuyo polo sale el nervio óptico.