Las
teorías sobre la visión de los colores deben de explicar los hechos señalados.
La más aceptada es la siguiente:
Teoría
de Young-Helmholtz. En
los conos existirían tres sustancias químicas sensibles, una a la luz roja,
otra a la verde y la tercera a la violeta. Esta sustancia se descompone y
estimula ciertas fibras nerviosas que llevan sus impulsos a la corteza visual.
La
sensación de rojo, verde o violeta se debería a la estimulación de la
sustancia correspondiente por la luz; la de los otros colores del espectro y la
del blanco, por la estimulación de los tres receptores en grado variable; la
del negro, por la falta de estimulación.
Esta
teoría explica bien algunos hechos:
a)
la ceguera a un color, que se debería a la falta de la sustancia
correspondiente;
b)
la mezcla de colores, que se relacionaría con la estimulación de varias
de ellas;
c)
las posimágenes positivas, que se explicarían por la continuación de
la descomposición de la sustancia al cesar el estímulo, o las negativas, que
derivarían de la disminución de una sustancia y de la persistencia de las
otras dos, que se excitarían con los colores restantes al mirar la superficie
blanca.
Esta
teoría tiene también algunas objeciones serias. Por ejemplo, no explica la
visión del blanco y el gris en la periferia de la retina ni explica la visión
del amarillo más allá de la zona del rojo y el verde, que son sus colores
formadores. Finalmente no se comprende la ceguera total al color cuando hay visión
conservada de los objetos.